viernes, 29 de julio de 2011

Me estás estresaaando

Llevo 3 días aquí y ya tengo resueltas bastantes necesidades vitales: banco, teléfono, casa, primera compra... Mi amigo Oscar me dice que me he adaptado muy rápido pero que voy muy acelerado, que me tome las cosas con calma.

Y lo intento, pero aunque todavía me dura el ritmo de Madrid, mi cuerpo se está adaptando poco a poco a la vida aquí. Por el momento he conseguido que a las 6 de la tarde no me esté durmiendo por las esquinas (en España son 6 horas más y mi cuerpo se pensaba que tocaba dormir).

En la adaptación está también el sentir tranquilidad, paz, como si estuviera de vacaciones. Y es que aquí la gente no tiene ninguna prisa. Os doy varios ejemplos curiosos.

En las calles grandes de la ciudad (tipo Castellana) he estado circulando a 30 millas casi siempre (50 km/h), incluso más despacio, y nadie te protesta ni te pita. En Madrid, como vayas a 50 tienes a un montón de coches adelantándote. La velocidad máxima que he cogido hoy en autopista ha sido de 45 millas (70 km/h), que era como iba todo el mundo. Lo normal es ir en el coche con caaaaaalma.

Anteayer en Miami Beach, al pasar por Ocean Drive, la calle de las discotecas, los coches se paraban en medio de la calle para mirar, y luego seguían. Tardamos casi 20 minutos en atravesar una calle con poco tráfico, pero aquí da igual. Nadie protesta, nadie da acelerones, todos despacito. Aún no he oído tocar un claxon.

Otro ejemplo, por la calle no ves a nadie acelerado con cara de susto como en España. Aquí las cosas se hacen con tranquilidad, poco a poco.

Y el tercer ejemplo, lo que nos ha pasado hoy en el super. Hemos ido al mítico Wal-Mart, unos hiper muy famosos, la empresa nº1 del mundo por facturación. Pensaba que iba a ver maravillas ahí. Muchas cosas diferentes, sí, pero es como un Carrefour, con algo más de ropa y menos comida. El ejemplo lo he visto en la caja. Nos ha atendido una pánfila que pasaba el producto por el escáner y lo metía en una bolsita. Con tanta parsimonia que con cada cliente se tiraba, sin exagerar, 5 minutos largos. Hemos tardado 20 minutos en pasar por caja, y nos hemos tirado 10 ahí. Cuando he mirado a la cola que se había formado, unas caras de paz que tenían todos... Me ha sorprendido. En España estarían todos mirándome con cara de odio, y a la mema de la cajera más.

Así que nada, me voy ahora a cenar y a ver la tele un rato, pero eso sí, con mucha calma. Otro día os hablaré de Wal-Mart, las bolsas de plástico (2-3 productos en cada una) y el medioambiente para los americanos, que aún tienen que aprender mucho de los europeos.

2 comentarios:

  1. Muy bien Ñañas, esto marcha. A ver si te animas a enlazar el blog al facebook para que os podamos seguir más fácilmente. ¡Saludos!

    ResponderEliminar
  2. Eso esta bien, parecen sudaquillas, jeje. Por lo menos se estara trankilo no como aqui que la gente cada vez va a peor, seran las drogas...

    ResponderEliminar