lunes, 31 de octubre de 2011

Halloween

Bueno, ya se está pasando todo esto de Halloween. Menuda locura. Aquellos que sois amantes de todo este tinglado diréis ¿y cómo es esto del Halloween en los Estates? Pues aquí estamos un día más para retransmitiros en directo este disparate.

Todo empezó allá por principios de septiembre, hace dos meses, cuando un buen día las tiendas se llenaron de decoraciones Halloweenianas. Venga, no es posible, dos meses. Pues sí, esta gente planifica todo con dos meses de antelación, para que te de tiempo a preparar todas tus zarandajas. Ahora, por ejemplo, ¿qué tenemos dentro de 2 meses? Sí, Navidades. Y ya tenemos muchísimas tiendas petadas de motivos navideños. Al tema.

Con un mes de antelación ya están montado todo lo de Halloween, para que sea vea bien. En el cole las clases se decoran, hay concurso de puertas que hablan de eskéletrons y "no a las drogas" (no sé qué quieren decir, será que recomiendan a los niños no atiborrarse a saturados glúcidos). Pero no sólo los colegios. El fin de semana pasado ya estaban también preparándose restaurantes, tiendas, la oficina de Correos, hasta el aeropuerto. Por todas partes hay calaveras, telarañas y memeces por el estilo. Para no ir más lejos, ayer en una tienda nos recibió una cajera disfrazada de conejita de Playboy al grito de "Welcome!Happy Halloween!". En fin.

Esta semana pasada, que entrábamos en la recta final, se prepararon las famosas calabazas. Por casualidad, el jueves pasado cayó en mis manos una y como no podemos irnos de aquí sin probar todas las chorradas como pianos que se nos ocurren, nos dispusimos a tallarla.

1) Le abres la boina y piensas: Qué asco, quién me manda. Además, me han timado, está hueca. Tranquilo, es así.



2) Te lías a quitar pipas y pelos como un descosido, y la pelea inicial por ver quién corta la calabaza se transforma en un repentino ataque de generosidad: "No, por favor, te toca a ti que te hace más ilusión".

3) Después de sacar un quintal de carne, que no sabes de dónde ha salido, dejas la pared finica y empiezas a buscar recetas para ver si ese mogollón se puede aprovechar.



4) Le dibujas el gepeto y se lo taladras. Por fin podemos decir que le hemos partido la cara a alguien.



5) Ya está. Premio a la mejor sonrisa.



6) Detalle final. A falta de velas, buenos son móviles.



Llegó el gran día. En el colegio, después de un concurso de disfraces y un chute de azúcar que hará las delicias de los fabricantes de insulina, hemos concienciado a los niños de que se lo pasen bien, y de lo importante que es "no comer ningún caramelo sin envoltorio". La seguridad (estar safe) es lo primero para esta gente, y además de los caramelos ya han recordado a los niños lo importante que es no ir sin un adulto que te acompañe. Como si no hubiéramos comido todos de pequeños caramelos chupados que nos tiraban los Reyes Magos...

Bueno, pues queríamos ver a los zagales cumpliendo su entrañable tradición de trick-or-treat (¿cuál es la buena?) y... nada. Ni un niño ha llamado a nuestra puerta, ni uno. Pero ¿ves? no pasa nada, no me enfado... me como yo todos los putos caramelos y se acabó la historia. Eso sí, para darnos la tarde probando la mierda de la alarma anti-incendios sí se han acordado que estábamos dentro.

En fin, y si los niños no vienen a nosotros, tendremos que ir nosotros a ellos. Pero hemos salido a la calle y ya todos estaban yéndose a sus casas con el buche a rebosar y con el velcro del disfraz desabrochado. ¿A qué hora habéis salido? A las siete de la tarde, pero es que la hora "ideal" aquí para pedir caramelos en la NOCHE de Halloween es pedirlos de 4 a 6 de la tarde, mientras es de día, que es más "safe". Nos hemos dado cuenta de que la vida es una derrota tras otra hasta que terminas por desear que se muera Flanders.

viernes, 28 de octubre de 2011

Game Day

Día peculiar el de hoy. Mis emociones han progresado desde la ira hacia la incomprensión, indiferencia y curiosidad, para terminar el día partiéndome pensando en lo que he vivido. Hoy he acudido a un campeonato de softball (béisbol suavito).

Aquí en EEUU hay días de planificación en los que no hay cole. En teoría es para que los maestros puedan programar tranquilamente sin niños. Hoy era uno de esos días. Peeeero mi colegio ha decidido participar en un campeonato de confraternización los colegios de la empresa. Al campeonato era obligatorio asistir, y si no querías tenías que pedirte un día de vacaciones.

El cachondeo empezó el martes al enterarme de que había partido y era obligatorio ir. Quise apuntarme, pero me dijeron que el equipo estaba lleno. Curioso, miré la lista de jugadores y... oh, sorpresa. Entre los 10 titulares, la directora (evidentemente), los de Educación Física (evidente) y... cinco padres. Los 5 suplentes, 5 maestros. ¿Pero no era un campeonato para los maestros? Casualmente, sólo casualidad, no os creáis, los 5 padres son bestias jugando al béisbol, pero... creo que sólo era algo circunstancial. Quizá es costumbre por aquí hacer "pequeños cambios" en la alineación. Aquí está la foto de otro equipo que jugaba el campeonato.



Bueno, las americanadas van una detrás de otra todo el día. La primera, quedamos a las 9 en el parking en vez de en las pistas, que están al lado. Para llegar todos juntos, claro. Peero, para caminar 50 metros nos suben a las 30 personas en un bus de 15 plazas, y llegamos todos cantando y dando la nota. Bueno, yo intentaba esconderme, pero era difícil.

Segunda americanada. Antes de empezar el partido montamos la tailgate. Sacan las tiendas, ponen la música, abren el champán y las cervezas y a beber. Lo cachondo de esto es que por ahí andaban pululando muchos alumnos del colegio, hijos de profes.

Tercera. Con los niños delante, las maestras, todas ataviadas con pantaloncitos cortos y calchetos altos, se marcan unos meneos y refrotes dignos de grandes clásicos del cine universitario como Porkys o Supersalidos. Pero no sólo las de mi cole, las de todos los coles, o sea, que era algo generalizado. A los niños no les puedes enseñar la palabra culo, pero a las niñas de 8 años les jaleaban cuando bailaban muy insinuantes (tipo Rihanna, Beyoncé y amigas del estilo).



Cuarta. Empieza el partido. Y el cachondeo, al menos por parte de los jugadores, se acaba. Parecía la final de Quidditch de Cofiñal '04 (qué buena, ¿eh, Uge?). Para el que no lo entienda, parecía que los perdedores iban a pasar por la horca. El entrenador iba dando paso a los diferentes jugadores. Y claro, los reservas (los maestros en casi todos los equipos) ni olieron el campo. Ah, bueno, sí, salieron como al final de uno de los partidos cuando íbamos arrasando, por sacarlos.



Quinta. Los jugadores se reunían para hacer estrategia, y darse las señales. Alguno creo que no las entendió bien, porque luego fallaba mucho. Con tanta regla, estrategia y cambio, esto es lo que me hubiera pasado seguramente si hubiera jugado.



Bueno, y así podría seguir mucho rato. Como curiosidad, otro profe español había entrenado con su cole toda la semana, para encontrarse esta mañana que el padre de Fulanito, muy bueno él, se ha pasado y... ha habido cambios de última hora.

Y por supuesto, en un campeonato a vida o muerte como éste, no podía faltar una buena tangana. Uno de mi equipo ha bateado un zambombazo que ha ido a parar a la ceja de la chica que echaba la pelota. Le ha dejado una brecha de 7 puntos, y cuando estaban viendo qué tal estaba, otro le ha acusado de batear la pelota a la cabeza de ella a posta. Se ha liado una que para qué, han tenido que separarles, han llegado los bomberos, gente para un lado y para otro... yo me lo he pasado bomba. No me enteraba de lo que decían, pero ha sido muy divertido.

En fin, que me ha parecido algo mítico esto del campeonato de softball. Y que los Simpsons lo hubieran parodiado en este capítulo... es simplemente genial, y una muestra más de que los americanos son en muchas cosas A, B y C. Por favor, que alguien nos muestre cómo somos los españoles, que tiene que ser curioso. Bueno, espero por lo menos poder echarme una pachanga antes de volverme a España. Os dejo con esta cancioncita que me ha dejado el mismo regustillo del día de hoy. Está al revés la imagen, pero... mola.

jueves, 27 de octubre de 2011

Ay el borreguismo, qué malo es.

De viaje por Philadelphia, a parte de acordarnos de Rocky, nos acordamos también, cómo no, de los Simpsons una vez más. Diréis, joé qué pesados, parece que tienen acciones de la Fox y necesitan publicitarlos; pero es que hay demasiados "Simpsons" en esta zona y es inevitable acordarse de ellos.

Esta vez me refiero al capítulo en el que nuestra querida familia va de excursión a un poblado del oeste (luego, más adelante, al abuelo Simpson le revientan los riñones y Homer huye del hospital cuando le van a operar para donarle su riñón. ¿Os situáis, no?). El caso, llegan al pueblo del oeste y se apuntan a una visita guiada donde el guía les explica que antiguamente todo estaba lleno de fulanas, que a su lado derecho pueden observar un atadero donde los vaqueros dejaban a los caballos y que el suelo que están pisando es el original. Y va Marge y le hace una foto, al igual que lo hacen el resto de turistas.


Bueno, pues esto nos pasó igualito este fin de semana. ¡Y dos veces!

La primera en el Museo de Bellas Artes. Pagamos un pastoncio para entrar en la súper exposición de Rembrandt y resulta que de toda la morralla que tenían sólo había 2 ó 3 rembrandts. El resto que si bocetos de fulano o de mengano copiando su estilo. Peeeero la exposición estaba hasta los topes, ¿por qué? Porque te daban una maravillosa audioguía donde grandes "expertos" de tal o cual universidad hacían comentarios sobre los cuadros. Vamos, que a esta gente si le das una audioguía, un vídeo interactivo o un mapa educativo se vuelven chililis, y si encima la información viene corroborada por un experto de la universidad de Massachusetts, ya es el no va más.

A todo esto hay que añadirle que en el resto del museo sólo había gente concentrada delante de un cuadro si el cartelito tenía el simbolito de los auriculares. El resto, vacío. Los girasoles de Van Gogh, vacíos. Claro, no tenían auriculares pintados...


Y la segunda oda al borreguismo fue en el Independence Hall, el edificio donde se firmó la declaración de independencia y la constitución de los Estados Unidos. Una cola de aquí a Lima para ver el edificio que te explicaba un segurata (que parecía el guardabosques del Oso Yogui), en una amena e ilustrativa visita. El edificio por dentro era más feo que el copón pero allí todo el mundo hacía fotos a todo lo que pillaba, salas, sillas, cuadros y hasta el atrezzo de papel con pluma que habían puesto para darle un toque más realista.


En fin, que no pude evitar hacerle un foto al suelo en honor a Marge Simpson.


Que conste que era el original del s.XVIII, ¿eh?

miércoles, 26 de octubre de 2011

Centro de formación de patriotas: las notas

Hoy os voy a hablar de un tema que de rabiosa actualidad en mi colegio: las notas. Sí, ya sé que tenemos el viaje a Philadelphia pendiente, pero llevo dos días poniendo notas como un loco, así que no podía dejar pasar la oportunidad de contaros cómo funcionan las cosas por aquí.

Similitudes España vs Miami:

1) Las notas alegran a los empollones, martirizan al resto. Bueno, ya no estoy seguro de esto, creo que martirizan a todos.
2) Hay 3, 4 ó 5 evaluaciones.
3) Los padres más preocupados son los que menos se fijan en las notas. Los menos preocupados se siguen sorprendiendo porque el santo de su hijo haya podido suspender, con lo buena persona que es, y lo bien que hace las cosas. (Mantente alejado de la ironía)

Vamos con las diferencias:

1) Las notas no son Bien, Notable,... sino que van por letras: A(9-10), B(8-9), C(7-8), D(5-7), F(penco). A eso se le añaden + y -. No nos sorprende todavía, hemos visto muchas veces esta escena...


2) En España, te ponen una nota al final de la evaluación. Aquí también. Pero esa nota no es la media de 2 o 3 exámenes, no. Para poner la nota tienes que poner, como mínimo, 9 notas, una a la semana. Y eso en mi colegio. En otros colegios, por cada alumno tienes que poner 2 notas a la semana. Porque tiene que haber evaluación continua.

Y esta medida, tan bonita desde los despachos, acaba provocando que en muchos colegios la dinámica sea: de lunes a jueves introducimos material, el viernes hacemos examen. Precioso, ¿verdad? Pues esto termina desembocando en que los críos son expertos en hacer exámenes y genios de la memoria a corto plazo, pero a la larga no tienen ni idea de nada. Bueno, sí, de hacer exámenes.

3) El maestro no tiene su típico libro de notas. Aquí están más modernizados. Hay un sistema online, el "gradebook". Pero tan online que segun metes las notas los padres ya pueden verlas. Y a los 5 minutos tienes un email de un padre preguntándote por qué a su hijo le has puesto una B en vez de una A en tal o cual trabajo. Bueno, mejor aún, cuando encargas un proyecto especial, como son los padres los que acaban haciéndolo, se chinan si no les pones una A. Y como lo ven online, pues...

4) Las notas no sólo determinan el futuro del niño, sino también el de los maestros y colegios. Si el maestro no consigue que sus alumnos saquen buenas notas, a la calle. O si no sacan buenas notas, el colegio recibe menos dinero el año que viene. Dirán algunos,... ¡bien! Así os esforzáis, so vagos. Bueno, no está mal. Ahora me dices qué hacemos con los colegios de las barriadas, donde a los niños les preocupa más si papá llegará borracho a casa esta noche, que el examen del Sistema Solar. Menos pasta para el colegio y que haya que aprender gracias a Oscar Mayer ayudará mucho.



5) Y ahora, la mejor diferencia. Para nosotros, un 5 está bien, es un aprobadete. Pero esta gente con una B se queda con la mosca detrás de la oreja, con una C vienen a preguntar, y una D es un fracaso monumental. Las F ni existen, bueno sí, pero no se pueden mencionar.

¿Y por qué? Porque la concepción de las notas es muy distinta de la nuestra, y me está costando un poco, la verdad. Tú planteas una actividad y dices lo que hay que hacer. Si el niño hace LO QUE PIDES, tiene una A. En España con eso tiene un 5 pelado.

6) En España el maestro da la materia, llega el examen y te pone algo "nuevo", a ver cómo te las apañas. Sudas la gota gorda para aprobar. Aquí no puedes preguntar algo que no hayas dado antes. Mira, una cosa que hacen bien (aviso especial a los de Matemáticas).

7) En España el maestro hace el examen, y luego ya piensa cómo va a corregir. Aquí los padres te preguntarán cuál es tu "grading policy" con anterioridad. Vamos, que quieren saber a la perfección cómo se va a evaluar (objetivamente) a su hijo. Con lo que tienes que ser capaz de darles las cosas que vas a hacer.

En fin, que esto se alarga, y seguro que si lo pienso saco más diferencias. Ayer martes me escapé un momento del cole junto a Apu y Homer para ver si algún gurú me decía en qué narices ponía las 10 notas (9 + comportamiento) x 25 alumnos x 7 clases = 1750 notas, pero como podéis ver, no pude sacarle nada y tuve que hacer horas extra. Maldito Homer.



P.D: Capítulo 13, temporada 5. Estoy hartito de no encontrar fragmentos en español de España. Sólo puedo expresar mi indignación (global) con este otro fragmento...

martes, 25 de octubre de 2011

Que te calles, niño

Todos hemos vivido la siguiente escena: vas con tu madre de visita a ver a alguien.

- Uy, que niño tan guapo, ¿te gustan los caramelos?
- Sí, le encantan.
- ¡No, no me gustan los que tú me das, y a mi mamá tampoco!
- Que te calles niño.

También tenemos la variante en la que tu madre sonríe, y al iros te aprieta del brazo a la altura del codo mientras te dice: "No vuelvas a dejarme en evidencia" o "no seas impertinente".

Pues en Philadelphia a la peña le molaba este rollo. Bueno, no será porque viéramos muchos niños, que los había pocos. Más bien era porque en algunos sitios les gustaba que las cosas estuvieran en silencio. Vamos, el clásico cállate niño que estás más guapo. ¿Y en qué basamos nuestra suposición? En primer lugar, en que en general en los sitios la gente solía estar bastante callada, nada que ver con España.

Pero en segundo lugar, porque, atención, encontramos esto en un vagón de tren. Os presentamos el "CualleRai" .



El QR es un vagón de cercanías donde no se puede hablar. Sí, así, como suena. ¿Te despiertas con dolor de cabeza? No hay problema, te subes en el QR. ¿Te has encontrado al amigo que siempre te da la brasa? Le llevas sibilinamente al QR. Vamos a traducir algunas de las sugerencias que tienen:
- No se puede usar el teléfono para hacer llamadas.
- Hay que usar cascos para escuchar música.
- Las conversaciones, de haberlas, deben ser en susurros y muy breves.

Grandes preguntas nos acechan: ¿cómo consigues que la gente lo cumpla? ¿te chivas al revisor si alguien habla? ¿te tienes que chivar bajito o puedes levantar la mano? ¿podrás denunciar a tu vecino de asiento como en los partidos de fútbol americano? ¿tan harta está esta gente de usar el Cercanías? Debe ser, porque el centro de Philadelphia era algo más parecido a las ciudades europeas: muchos edificios, grandes avenidas y poco espacio para aparcar, muy diferente de Miami. Así teníamos a todo el mundo caminando y, por tanto, ¡demasiado expuestos al peligro del ruido ambiental! Normal que tengan que crear sus pequeños remansos de paz.

Os dejamos con una de las fotos que sacamos allí, ya os iremos enseñando más. Y aunque nos notamos algo fondones de no andar, nos pareció bonito, suponemos que el NY de las pelis será similar. Mañana más.



P.D: Sí, vale, ha sido una chorradaca de entrada. Pero estamos de evaluación, yo poniendo notas y Marga con exámenes. Ale, a zurrir mierdas con un látigo todos.

lunes, 24 de octubre de 2011

Bebés contra perritos

Sentimos no haber publicado nada antes. Como ya sabe la muchachada, este largo fin de semana hemos estado en Philadelphia, hogar de la mundialmente conocida campana de la libertad. Bueno, realmente es más famosa por su quesito de untar, qué bueno que está el jodido, pero no, están más orgullosos de una campana que se partió na más estrenarla. En fin, pues ahora mismo estamos en su aeropuerto. Esperamos que el avión no sea de queso.

Después de cargarnos de chorradas como pianos con las que os entretendremos por lo menos dos semanas, hemos tenido que estrujarnos la sesera para decidir cuál ha sido el mayor chorrazo. Y no nos ha costado mucho, así como 5 segundos. Señoras y señores, damas y caballeros, niñas y niños, muchachas y muchachos que pueblan nuestra página… con todos ustedes… ¡BEBÉS CONTRA PERRITOS! (Puppies vs babies para los astutos políglotas)



El sábado por la noche, después de una larga jornada, nos dispusimos a ver la tele en la TV de la habitación, así como 40” de tele. Ya sabéis que no tenemos tele en casa, así que hay que aprovechar los hotelacos. Empieza el zapping: fútbol (que no soccer, listos), béisbol,… encontramos una entrevista a Johnny Depp, que nos aburrió por repetitiva. Los más de 3 “you know” por minuto que soltaba por la bocaza el muchacho eran demasiado para nosotros. Debe ser que era lo único que entendíamos de todo lo que hablaba… En fin, que pasamos al siguiente canal y…

Descubrimos un mundo, una maravilla, la quintaesencia de la tele más podrida y basuril que hemos visto jamás. Y nos encantó. ¡¡Nos encantó!! No podíamos dejar de mirarla. Era un programa predecible, absurdo, mal hecho, cutre, rancio y con contenidos sacados de Youtube, pero al igual que la fritanga del aeropuerto nos supo riquísimo. Al grano.

El susodicho programa respondía una pregunta que todos nos hacemos con frecuencia, fundamental para la existencia de todo ser humano. “¿Qué es más entrañable, un bebé o un perrito?”. Ambos haciendo cosas graciosas, claro está. Qué, ¿cómo os habéis quedado? ¿A que el otro día en “59 segundos” hablaban de esto mismo? Sí, pues los americanos nos han traído la respuesta.

Todo comenzaba con una cuadrícula de estas de los campeonatos con octavos, cuartos, semis y la final. En cada ronda sacaban un vídeo de perritos contra otro de bebés, todos haciendo el canelo y poniendo carusa. Tras examinar a los contrincantes, un “jurado” hacía la votación. Entre los egregios miembros del jurado se encontraban jugadores de hockey, niños, peluqueras, bomberos,… vamos, gente muy cualificada para dar respuesta a las grandes preguntas de la vida. Eso sí, de tres en tres, no fuera a ser que hubiera empate.



Después de unos momentos de confusión, entendimos que en cada ronda obligatoriamente se tenía que enfrentar un bebé contra un perrito, con lo que estaba cantado que tenía que ganar uno cada vez, que si no se iba el programa al carajo. Pero claro, los de la tele pretendían darle una gran intriga haciendo que el jurado votara a uno cada y tuviera que desempatar el tercero animándolo con una musiquilla de intriga (nos han dicho que es la que usan los monjes tibetanos para responder sus grandes preguntas).

En la segunda Ronda el jurado era un panel de tres expertos, a saber, “piñates”, “plastico-man” y “la mujer ochentoide”. Aunque no sabíamos de qué eran expertos estos tres, ellos decidían los que pasaban a.. ¡la FINAL FOUR! (así en mayúsculas suena como más importante, algo parecido a lo que hacían en el programa).

El formato de semifinales incluía a grandes hombres de negocios que… bueno, aquí nos perdimos. Era muy complicado de entender, ¿vale? Y en la gran final llevaron a nuestros bebés y perritos a una justa medieval, donde en un castillo a lo “Castillo Conde de Alfaz”, lleno de gañanes hasta la cencerreta, se decidía el futuro de la humanidad. Para ayudarles a sobrellevar tamaña responsabilidad tenían unos escuderos, pollo frito de la semana anterior y unas coronas de cartón estilo “Burrikín”.

No os vamos a chafar la gran final, con lo que fastidia que te digan cómo ha quedado el Madrid antes de ver tu vídeo VHS grabado (¿verdad Berbel?). Cada cual debe decidir cuál es el mejor de los dos vídeos que llegaron a la final y hallar respuestas a su propia existencia en este confuso mundo.



jueves, 20 de octubre de 2011

A vista de pájaro

Hoy quiero contaros un poco cómo se ve España a vista de pájaro. Vamos, cómo se ve y percibe España desde aquí. Bueno, cómo lo perciben los americanos con los que hemos hablado.

Igual que cuando estábamos en España veíamos los EEUU llenos de topicazos, las buenas gentes de estos lugares nos perciben así. Comencemos con algunas de los grandes mitos que pueblan las mentes de estas gentes de bien:

1) Comenzamos por el clásico que cualquier americano con algo de educación desmonta: España es un país de América Latina en el que la gente baila flamenco, todo mozo torea y se echa la siesta tras pimplarse una paellaca. Sí, yo hago eso todos los fines de semana. Atentos a la definición visual de "paella" que apareció en varios trabajos de clase.



2) En España la gente vive sin preocupaciones. Los americanos se ven como un país en el que la gente tiene que trabajar mucho sin parar. En cambio, a España la perciben como un país en el que la gente duerme la siesta, no tiene preocupaciones y trabaja para vivir.

3) En España se come mucho. Por lo menos un mito en el que han acertado. Claro, comparado con esta gente hasta Piticli se pone hasta las trancas y luego se echa la siesta. Sí, nos gusta comer, y charlamos con los amigos. Vamos a darles un gallifante por esta respuesta correcta.



4) En España la gente está muy preocupada por su salud, y por eso pasean tanto. Meec, error. En España paseamos porque no hay Dios que aparque en ningún lado. Paseamos porque las ciudades tienen aceras por las que pasear, y porque todo está cerca, no precisamente por nuestra preocupación por la salud.

5) En España la ropa es muy bonita y muy barata. Fíjate que este mito es recíproco. Nosotros también pensábamos que la ropa aquí iba a ser baratíiiiisima. Sí, espera sentado, que algún día lo será.

6) España está gobernada por Zapatero, un gran líder que ha traído un gran estado de bienestar a nuestro país, donde todo el mundo tiene trabajo. Debe ser que vieron este cartel electoral. No voy a entrar en política, que cada cual opine lo que quiera.



7) En España tenemos el español más puro. Un crío me soltó el primer día de clase que estaba muy contento de tener un profesor que hablara tan buen español. Claro, con el espanglish multiacento que hablan aquí el chaval se había hecho la picha un lío. En el país de los ciegos el tuerto es el rey.

8) En España la gente vive en el campo. Resulta que uno viajó a ver a unos familiares en Asturias y todos los españoles nos criamos dando de comer a las vacas. Qué país tan folklórico.

Menos mal que para combatir esto tenemos el Barça, equipo compuesto por un jugador (Leo Messi) e Internet. Aunque tampoco os creáis que ayuda mucho. La noticia del año en España, el comunicado de ETA, aquí ha aparecido en letra muy pequeñita, y no en todos los medios. Gadafi es el rey de la pista. Quien sí explica al mundo quién es España, pero de verdad, es ELLA, que estaba esperándonos en los estantes de nuestro pequeño supermercado de barrio. Que viva España.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Uno de los grandes

Adivina adivinanza: genial y archiconocido actor que se comía 50 huevos en La Leyenda del Indomable, que hacía el tonto montado en bicicleta en Dos Hombres y un Destino, que hizo una de las mayores trampas de la historia del póker en un vagón de un tren en El Golpe y que se llevaba a matar con su autoritario padre en La Gata sobre el Tejado de Cinc, ¿quién es?

Sí, es Paul Newman y la entrada de hoy va dedicada a él. Pero no va a ser una entrada dedicada a sus memorables logros como actor, si no a algo que tenemos mucho más cercano, que incluso podemos tener en casa metido en el congelador o en uno de los estantes de la puerta de la nevera. Se trata de los productos alimenticios Newman's Own.

Yo no lo sabía hasta que llegué aquí. Bueno, miento, justo antes de venir me lo contó mi querida madre (que está hecha toda una experta en Paul Newman desde que se leyó su biografía) y una vez aquí lo pude comprobar en los supermercados. Resulta que el señor Newman, harto de comer ensaladas malamente aliñadas en restaurantes y en casas de sus amigos, decidió montar una línea de productos alimenticios que en un principio comenzó fabricando aliños para ensalada. Esto ocurría allá por 1982 y pronto empezó a comercializar otros tipos de productos.

Lo más divertido, que vas por el supermercado y puedes encontrar su cara en un montón de productos variados. Y mejor aún, en cada producto aparece vestido de una cosa diferente relacionado con el origen de la receta. Y más mejor aún, en la parte de atrás te puedes entretener en leer la pequeña historieta que se han inventado con personajes protagonizados por los principales ingredientes donde se explica el origen o la fabricación de dicho producto.

Ahí van unas fotos de lo más llamativo.

En primer lugar, vino californiano. No sé a qué sabrá, aún no lo hemos probado, pero si es Newman, es bueno. En la imagen podéis verle ataviado con una camisa blanca y un chaleco negro que le hace parecer un oriundo vinicultor de California. Si os fijáis en el sello de la etiqueta pone "Desde 1982. Más de 300 millones de dólares donados por todo el mundo". Se me olvidaba deciros que todos los beneficios de esta empresa se destinan a la caridad.



En segundo lugar, las pizzas. Buenísimas. Saben a gloria. El primer día que las compré me dijo Josu, "¿Qué pizza has comprado?" y le dije "Una de un señor que era la que mejor pinta tenía y la que mejor salía de precio". Pardilla de mí no me había dado cuenta de que ese "señor" era Paul Newman. Jeje, qué gracia nos hizo ver su jepeto cuando nos dimos cuenta.



Y en tercer y último lugar (que tengamos fotos, porque productos hay muchos más, como frutos secos donde sale en una foto con su hija. Por cierto, su hija también abrió otra empresa con su nombre de productos alimenticios, ¿no, mamá?) los aliños para ensaladas. Hay miles y a cuál más divertido. Os podéis entretener en verle el atuendo que lleva para cada receta.



Pero si no lo veis bien os pongo una foto-detalle donde se ve mejor los vestiditos. Como podréis observar va ataviado con sus mejores galas de recolector de frambuesas (con camisa haciendo juego con el color de los mencionados frutos), con camisa verde oliva muy propia en los ambientes mediterráneos de donde procede el aliño de aceite y vinagre, con gola de hombre posrenacentista italiano muy apropiado para todo lo relacionado con el vinagre balsámico, y el mejor de todos, con traje de apicultor con alguna abeja que otra rondándole alrededor.



Como veis, toda una maravilla para el entretenimiento y goce de la mente mientras uno hace la aburrida compra semanal.

Y, cómo no, una vez más, los Simpsons nos acompañan, porque como son unos grandes, estaba claro que le tenían que hacer un homenaje en uno de sus capítulos a otro de los grandes como es Paul Newman.

martes, 18 de octubre de 2011

Los libros gordos de Petete

Hoy el post es un poco más serio, hablaré de educación. ¡Menudo coñazo, queríamos más chorradas como pianos! A callarse todos, que toca compartir algo bueno que usa mucho esta gente. Este post va dedicado especialmente a aquellos maestros y personal dedicado a la educación (incluídos los scouts) que se preguntan: "Me dicen qué tengo que hacer, pero nadie me explica claramente CÓMO consigo eso". Aquí hay respuesta a vuestras preguntas.

Hay en la vida algunos momentos en los que llega algo nuevo y ¡zaca! te cambia tu forma de ver el mundo. El año pasado tuve uno de esos momentos lúcidos cuando descubrí dos libracos americanos:

- The First Days of School (Harry Wong)

Este libro me abrió los ojos a algo que casi desconocía y que en España no importa: los procedimientos. ¡Buff, suena a rollo! Pues no. ¿Te sorprendes cuando un profesor consigue llevar su fila en silencio? ¿Cuando empiezan a trabajar segun entran en clase? ¿Cuando no le están preguntando constantemente "hoy qué vamos a hacer"? El secreto no se llama castigo infernal sin recreo. El secreto se llama procedimiento: enseñar a los niños qué tienen que hacer y practicarlo, practicarlo, practicarlo.


También toca otros dos aspectos importantes: la disciplina (o cómo conseguir que los niños no te tomen el pelo), y la planificación (o cómo saber qué es lo que queremos enseñar y por qué, que se traduce en niños que hacen las cosas motivados). Pensadlo, vosotros también haríais las cosas a desgana si no hubiera un por qué.


- Tools for Teaching (Fred Jones)

Este libro tendría que ser obligatorio en las escuelas de magisterio. Como el título reza, trabaja la motivación, la instrucción y la disciplina. ¿Acabas agotado todos los días después de estar con los niños? Eso es porque no te planificas bien, porque trabajas sin orden ni concierto.


Leer el primer capítulo de este libro te abre los ojos y dices: "¡Ala, si no tengo ni idea de enseñar/llevar niños!" No está nada mal saber que uno no tiene ni idea ni aprendió nada útil en su formación. Es el primer paso para mejorar. Algunos no llegan nunca a dar ese primer paso, directamente la culpa es de los (elegir una opción) niños/padres/administración/sociedad.

El libro profundiza aún más en lo que empieza First Days of School, y te explica más y mejor el CÓMO. No se centra en una asignatura en general, sino que es aplicable a cualquier situación de enseñanza. Repito: incluidos los scouts. Que Víctor os dé un cursillo básico de gestión del aula. Os va a cambiar el mundo.

Estos libros me abrieron a empezar a usar cosas ocurrentísimas en clase. Y todavía tengo mucho que aprender de ellos. Otro día os cuento otros proyectos que estoy estudiando: "The Daily Five", poco aplicable a España pero interesante, y leer a Doug Goodkin, que aunque habla de música es un placer leerle.

Y para terminar, ahí tenéis vuestra chorradaca, sólo me faltan 2 palabras para las 500. Joróbate Flanders.

lunes, 17 de octubre de 2011

Centro de formación de patriotas. Hoy... Elecciones escolares

Esta mañana me he desayunado con carteles por todo el colegio para las elecciones al consejo estudiantil. La democracia es una cosa muy seria para esta gente. Y si quieres ser un líder en el futuro tu carrera comienza ganando estas elecciones.

La carrera hacia la Casa Blanca comienza con una entrevista a los alumnos interesados en ser parte del consejo estudiantil (se admiten alumnos a partir de 3º de Primaria). A estos alumnos se les da cita para un día y hora concretos, y una hoja con las preguntas que se les va a hacer. Ojito con las preguntas, que esto no tiene nada que envidiarle a una entrevista de trabajo.

- ¿Cuáles son tus puntos fuertes y tus puntos débiles?
- ¿Cuál ha sido tu mayor logro este último año?
- ¿Por qué crees que deberíamos escogerte a ti como candidato?
- ¿Qué nos vas a aportar para mejorar nuestras viejas ideas sobre el colegio?

Después de pasar esta primera parte, se anuncian los candidatos a presidente, vicepresidente y tesorero. No sé de qué modo un crío de 5º puede ayudar con la tesorería del colegio, pero sí, hay cargo de tesorero también. Cada niño seleccionado opta a uno de los tres cargos.

Comienza después la campaña. Esta mañana se ha dado el pistoletazo de salida a la pegada de carteles. Tenemos el pasillo lleno de pósters con el carile de los críos y eslóganes molones como "Pepito for President!", "¡Choca esos 5! ¡Vota a Juanita!". Y, el mejor, una cartulina con el eslogan: "Adivina quién va a votar por Jaimito", y un espejo debajo del eslogan. Brutal.

El que más me ha gustado, el que detallaba su programa: un día al mes para cada clase de educación física en el parque; por cada cinco "A", posibilidad de hacer un trabajo para subir otra nota; o comprar una máquina de helados para tener más variedad en los postres.

Ahí van un par de ejemplos de las cosas que hacen. Al loro, que el crío es de 3º de Primaria (8 años) y la cría no debe andar muy lejos. Igualito que cuando nosotros teníamos elecciones a delegado. (*)





Estoy ansioso por ver la última parte de las elecciones: el debate. Esto sí que es la fiesta de la democracia.

Os dejo con un enlace a un capítulo de la temporada 15 de los Simpsons (benditos) que refleja cómo funciona este mundillo. El capítulo se titula: "El presidente llevaba perlas". Mola mucho a partir del minuto 4:45. Atención al debate y la cancioncita de marras. América en estado puro.

*: Los niños mostrados no son de mi cole, son producto de la fantasía de Internet. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

domingo, 16 de octubre de 2011

Como en casa

Así es como nos estamos sintiendo estas dos últimas semanas. ¿Que por qué? Pues principalmente porque... no ha parado de llover. Diréis, ¿en Florida?¿El estado soleado? Pues sí. Aquí llevamos una racha maja maja de lluvia. Y no cuatro gotas, no, llueve como nunca habíamos visto llover antes.

El clima aquí ya sabíamos que era subtropical. Y en Julio y Agosto hizo un calor de mil demonios, pero Octubre está siendo el mes de la lluvia (sin abandonar el calor, eso sí). El fin de semana pasado empezó a lo Donosti: cielos plomizos. Pero poco a poco evolucionó y empezó a llover. Como en la ducha. Igual. De verdad, no exagero, impresionante. Y hoy está siendo algo similar. Así que nos ha tocado estar estos dos fines de semana en casita metidos.

Bueno, el fin de semana pasado nos dio tiempo el domingo a salir a dar una vuelta por el centro de Miami. Nos fuimos al Bayside Market, un mercado que en la guía que tenemos parecía la leche. Después de leer algunas perlas como... "el mayor reclamo turístico del condado", "miran al puerto, que a veces parece tan activo como el de Hong Kong", "atmósfera desenfadada y alegre" o "ambiente seguro y cordial", no pudimos resistirnos y para allá que nos fuimos.

Desde luego, el autor de la guía tiene no poca imaginación. Llegamos ahí y a los americanos les encantaba. Pero nosotros, una vez más, nos sentíamos como en casa. Y es que España tiene mucho que ver. Y aquí pudimos ver lo mismo que en cualquier ciudad turística de Levante: cientos de puestos que te venden chuminadas, gente paseando (para esta gente pasear es exótico), y muchos restaurantes que daban a una marina pequeña. Vamos, turismo de playa y pipas.



No estuvo mal la visita, nos entretuvo, pero sin más. Lo mejor de todo fue llegar hasta allí en el metro que es como el Monorail de Springfield. Hay una parte, la más bonita, que es gratuita, parece una montaña rusa y te lleva por entre los rascacielos. Creo que el alcalde Quimby lo copió de Aruba.



Y aquí estamos ahora echando la tarde mientras fuera no para de llover. Y no podemos evitar acordarnos de la madre patria. A la cabeza me viene una canción de gallegos. No soy gallego, pero como ahora sí somos emigrantes, y además parece que estamos en el norte que no para de llover... pues nada, ahí se queda la canción. Va por ti Andrés.

jueves, 13 de octubre de 2011

Dime de qué presumes...

Piensa rápido en un símbolo, un monumento que represente a los americanos y sus ideales. Algo que lo veas y digas: América. ¿Lo tienes? A ver si hemos acertado...


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Bueno, pues aquí está, la estatua de la libertad. Este es el país de los hombres libres, el país de las oportunidades, donde todos pueden decir lo que quieran y pensar como quieran. La teoría es muy bonita. Lo que nos vamos encontrando en la práctica últimamente no lo es tanto.



La noticia que nos han contado hoy es un ejemplo. En un colegio de Hialeah, un barrio de emigrantes cubanos, contrarios al régimen en su mayoría, los niños estaban celebrando el mes de la herencia hispana. Uno de los zagales preparó un típico trabajo en una cartulina con fotos recortadas sobre Cuba. Y entre las fotos había una de Raúl Castro.

El profesor cuelga todos los carteles en el pasillo, y un par de días después un padre que pasa por ahí, ve la foto de Raúl Castro y se indigna. Y como le parece inmoral que esa foto aparezca ahí, no se le ocurre nada mejor que pedirle al profesor que la retire. Al negarse el profesor, el padre decide llamar a la radio. Se empieza a liar una que para qué, porque la radio emite la queja. Y al final, el alcalde del barrio termina yendo al colegio, a ver qué pasa, a solicitar que se retire el póster (hecho por un niño que recorta fotos, no lo olvidemos) porque es ofensivo. No sabemos cómo termina la historia.

No deja de ser curioso que en un país que presume de libertad, alguien se enfade porque aparece la foto de un Jefe de Estado en un trabajo de un niño. Vamos a ver. Puede ser lo que usted quiera que sea, bueno, malo, un ángel o el mismísimo demonio. Pero no deja de ser el jefe de estado reconocido por el resto de países del mundo. Sobre si llegó ahí por las buenas o las malas se puede discutir, pero es un jefe de estado, es lo que hay. Así que no puede uno enfadarse porque le planten una foto de una realidad. Y si se enfada, tiene un problema serio. Porque para tomarse el trabajo de un niño como una ofensa... hay que ser un niño.

En fin, que ejemplos como éstos estamos viendo muchos. Aquí todos son libres, pero tienen la susceptibilidad tan a flor de piel, que una de las palabras más comunes de su vocabulario es "offensive", y una de las profesiones más habituales es la abogacía. Al final, quizá va a ser que no son tan libres como parece... Qué bien se vende esta gente.

miércoles, 12 de octubre de 2011

¿Y tú de quién eres?

En todos los pueblos de España hay una sana costumbre: enterarse de quién narices es el que pasea por el pueblo. Todo empieza cuando las señoras, sentadas en un banco a la fresca, ven pasar al coche y se preguntan: "¿Quién son?". Como no reconocen el coche, pasan al siguiente punto, acercarse como quien no quiere la cosa a pasear a tu lado. Y si te ven que no estás perdido ya pasan a la siguiente fase y te preguntan directamente: "¿Y tú de quién eres?"

Pues estos americanos, previsores como son, se adelantan a estas incómodas preguntas y van con la verdad por delante. Para darse a conocer y no tener que entablar inútiles conversaciones, inventaron los uniformes y las tarjetas de identificación. Lo de los uniformes es normal, en España también se llevan. Pero aquí los llevan por todas partes. Cada profesión tiene un uniforme, todos con el logotipo bien visible. No llevar uniforme implica no ser profesional. Tanto aman sus uniformes que por la calle van con el uniforme de trabajo. Hasta las enfermeras. No sé cómo será en España, pero si tienen que trabajar con enfermos, ¿no deberían ponerse la ropa limpia en el hospital?

Por otra parte tenemos esas tarjetas que se ponen al cuello. Todos las hemos visto en las películas: la llevan los médicos, en la NASA y hasta en la CIA. Pero lo que nosotros no podíamos imaginar es que aquí lo lleva TODO QUISQUE.


El orgulloso americano medio lleva colgada una tarjetita moñas donde aparece su gepeto, junto con el logotipo del lugar al que pertenece, y unos números o letras Times New Roman 4 casi siempre incomprensibles para el común de los mortales. El que lleva código de barras o banda magnética consigue sobresalir entre los demás, igual que el niño que compraba el Frigurón en vez del triste Popeye.

La susodicha tarjeta no sólo se ve en los hospitales y edificios del gobierno sino que lo tienen en casi todas las tiendas, oficinas, supermercados, bibliotecas, y hasta colegios. Sí, colegios. Yo no me lo podía creer hasta que lo ví.

Hace un par de semanas nuestro colegio nos repartió las tarjetas de empleado, con un agujerito para poder poner la cinta. Pero lo mejor vino dos días después, cuando a los niños les proporcionaron una tarjeta igual, pero con código de barras. ¿Para qué? ¿Van a hacer fichar a unos niños... de Primaria? Eso sí, al día siguiente la mayor parte de los niños exhibían sus tarjetitas. Hay que reconocer que la idea mola, a mí me hubiera encantado tener una de pequeño, pero... no sé, sigo encontrándome cosas que me chocan.

Por último, nos encontramos con la versión automovilística. Todos los que estudian en alguna universidad llevan una pegatinita. Y aquellos cuyos hijos sacan buenas notas llevan en el coche, orgullosos, algo así:



Acepto ideas sobre qué pegatina friki hacerme para el coche. Por el momento gana la de: "Soy capaz de jugar a un juego de mesa haciéndome pasar por los 4 jugadores".

martes, 11 de octubre de 2011

Sacados de un chiste

"Parece que nos han sacado de un chiste". Ayer estuvimos explorando otra de las grandes opciones que ofrece esta ciudad: otro centro comercial. Uno diseñado para gente de otra categoría social bien distinta a la nuestra.

Nos habían hablado de este sitio y aunque nos dijeron que había gente con pasta... no hicimos ni caso. Ahí que nos fuimos con nuestras camisetas y nuestras chanclas del Decathlon. Y, claro, fue entrar y sentirnos como el payaso desteñido de Micolor.

El sitio en cuestión era un centro comercial con unas galerías que miraban a un jardín japonés. La gente paseando tranquilamente... vamos, como sitio para pasear estaba estupendo.



Una de las diferencias entre Miami y Madrid es que en Madrid las tiendas hiperespecializadas son pequeñas y están en sitios recónditos. Aquí no. Aquí son enormes y están en cualquier centro comercial. El problema viene cuando la tienda mola muchísimo, pero de tan buena que es te da dolor de corazón hasta pisarles el parqué. Aun así, no pudimos evitar hollar esta "tiendecita".



Madre del amor hermoso. Se nos debió volver a poner la cara de Paco Martínez Soria al llegar a la ciudad, porque tenía cosas... bueno, yo no las había visto nunca, pero se supone que servían para cocinar exquisiteces. Tenían hasta... ¡¡un pasapuré!! Casi se nos caen las lágrimas de la alegría al verlos. Pero nuestra dicha duró poco. Tenían tres modelos: 30, 50 y 150 dólares. Y nos despedimos con un "gracias, ya si eso me lo pienso" mientras delicadas señoras preguntaban por los cursos de cocina in-situ o las ollas de cobre. Marga decía que la gente directamente cogía las cosas y pagaba sin mirar el precio. Definitivamente, nada que ver con nosotros.

Donde sí coincidíamos era en lo de ser humanos. Quizá no tan cursis como ellos, pero también tenemos nuestro corazoncito, que se reblandeció al encontrarnos esto otro:



En fin, cada día tenemos más claro que nuestra clase es más bien la de los pisos de abajo. Aunque aún sueño con el cuento de la lechera (y esta cara se me queda) de que Marga algún día se haga rica y famosa y me tenga viviendo del cuento.



P.D: Algunos han pedido que deje de chupar cámara. La respuesta es sencilla: Marga no puede salir en las fotos porque yo hago las fotos con el culo. (¡El profe ha dicho culo!)

lunes, 10 de octubre de 2011

Auténtica sabiduría por $3.99

Y ríete de la enciclopedia británica.

Sí, de nuevo en el Winn Dixie, no he podido resistirme a comprarme una maravillosa revistilla con auténtica sabiduría popular escondida entre sus finas y malencoladas páginas. Diréis, ¡bah! es como una Quo normal y corriente de las que se venden en los quioscos, pero no, porque es tamaño pocket. Diseñada para poder ser transportada cómodamente en cualquier bolsillo camisero a lo Homer Simpson.



Y sí, resulta que la he comprado hasta de la misma marca: Reader's Digest. Como os decía, toda una maravilla del entretenimiento por unos pocos dólares. ¿Qué más se puede pedir si encima Homer Simpson la tiene igual?

He empezado a leerla nada más llegar a casa y me he encontrado capítulos de lo más variopintos a la par que interesantes. Desde el homenaje que le hacen a un perro-soldado herido en Afganistán, hasta cómo combatir los virus que se dedican a criar familia en el estropajo (¿sabíais que los podéis matar metiendo el estropajo en el microondas?). También he leído un artículo de cuáles son los pasos a seguir para evitar un posible error médico y a partir de qué edad una mujer se tiene que hacer una mamografía. Como veis, la primera sección es de salud y es la que por ahora me ha dado tiempo a leer, jeje. Creo que luego viene un artículo de perros que hacen yoga, o eso aparece en la portada de la revistilla.

Vamos, que esta noche pienso irme a la cama y ponerme a leer para saber más y más cosas de gran utilidad para la vida diaria. Al igual que Homer Simpson con la pobre Marge, no dejaré dormir a Josu, porque cada vez que vaya a pegar el ojo le espabilaré con un: "¡Hala! ¿Sabías que... el aceite de pescado tiene Omega3 y es bueno porque combate el estrés?" En fin, y como esa, otras muchas.

viernes, 7 de octubre de 2011

Red Code

Menudo mes de octubre más movidito. Hoy he podido vivir otra americanada en mis carnes. Un gran clásico del sistema educativo: un auténtico CÓDIGO ROJO. Pero uno real, no un simulacro.

Después de las clases, cuando se quedan los de extraescolares, hemos tenido claustro. Y justo cuando nos íbamos, se ha oído por megafonía algo así como inside the building, pero no se oía bien porque estábamos todos hablando. Total, que era un Red Code.

Resulta que en el exterior del colegio se habían oído unos disparos y un policía que pasaba por ahí ha dicho que todos para dentro y que se declarara un código rojo.

Cuando sale una cosa así, aquí hay que:

1) Cerrar todos los accesos al colegio.
2) Meterse en el aula más cercana y cerrar con llave.
3) Apagar las luces, cerrar las persianas y alejarse de puertas y ventanas.
4) Permanecer en silencio hasta que se declare levantado el código rojo.

Todo esto por si al que ha disparado le da por entrar en el colegio a seguir cargándose peña.

Total, que como no lo hemos oído muy bien, al poco alguien ha dicho: "¡A las clases, venga, venga!" Y los profesores con los que íbamos han corrido hasta sus madrigueras cual perritos de las praderas. A mí me daba la risa, la verdad, aunque seguramente mi vida estaría en peligro, no sé...



No sé qué me preocupa más, que esta gente actúe como perritos de las praderas o que tengan que hacerlo porque muchas vidas corren peligro real. Pero mira, nos hemos metido en nuestro despacho, y ahí nos hemos tirado a oscuras casi 1 hora. Menos mal que teníamos la ayuda de Internet, bendito Internet, que entre eso y corregir exámenes se nos ha pasado rápido.

Al final, ya ha empezado a aparecer la policía y una ambulancia. Había debido ser alguna riña familiar, que me imagino que resuelven con un par de tiros y todos tan contentos. Si no hay víctimas, claro.

Por fin ha llegado la policía, ha visto que no habia peligro, y nos ha dejado salir. Pero lo mejor de todo, cuando he salido, nuestro amigo el policía estaba haciendo exactamente esto:



¡Se estaba comiendo una rosquilla que habían vendido unos niños por la mañana! Disfrutaba del deber cumplido. Dios bendiga América.

jueves, 6 de octubre de 2011

El orgullo americano

Hoy voy a hablar de algo que hacía tiempo que tenía en mente. Pero primero de todo necesito que veáis este instructivo vídeo de los Simpsons que os ayudará a comprender muchas de las cosas que voy a contaros a continuación.



Bien, con el vídeo ya visto, necesito que empecéis a poner vuestra imaginación en marcha y veréis cómo lo entendéis todo:

1. Sustituid a Rainier Wolf Castle, vamos, el conductor del coche, por una señora pija de cierta edad de esas a las que les gusta ir bien maquilladas, lucir el último modelito de Prada y llevar en su bolso un precioso iMac (guiño al gran Steve Jobs) que saben medio manejar.
2. Mantened en mente el tamaño del coche pero cambiadlo por uno mucho más moderno comprado por el marido, automático, de gran cilindrada y carrocería en la que se te refleja hasta la legaña de ayer.
3. El carnet de conducir de dicha mujer se lo ha sacado con una parte práctica de 5 minutos hecha en el parking de un centro comercial.
4. Por último, imagináos que conducís sin tener grabado en vuestras mentes el significado de las palabras "prioridad", "intermitentes", "carril", "rotonda" y "distancia de frenado".

Bueno, pues con todos estos ingredientes podéis entender ya lo que es conducir por esta ciudad. El juego de los megacoches de choque: coches que se salen de los carriles sin que su conductor se entere, intermitentes que nunca se utilizan y que, cuando los usan, se olvidan de quitarlos y te crees que el coche va a torcer en algún momento, grandes frenadas dentro de las rotondas porque olvidan que la prioridad la tiene el que se encuentra dentro, curvas en las que casi se roza el bordillo porque no se entiende lo de que es necesario abrirse y, sobre todo, frenazos debido a que algún coche parado en el carril de al lado decide meterse en el tuyo pero olvida mirar el retrovisor para ver si viene alguien. En fin, la feria de los autos locos.

¡Ah! Se me olvidaba. A todo esto hay que añadirle que se puede hablar por el móvil mientras se conduce y que también se pueden escribir sms aunque la ley te "recomiende" que no lo hagas. Jeje, estos americanos...

Bueno, os voy a poner otro maravilloso vídeo que muestra a la perfección el sentimiento que corre por la sangre de la gente de estos lugares. Aquí el que mola, el que presume de más orgullo americano, el más poderoso y al que mejor le va en la vida es el que tiene el coche GRANDE.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Culo

El lunes estuvimos en clase hablando de las partes del cuerpo. Y entre ellas, nombré el culo. No quise poner nada más explícito, no fuera a ser que se me quejaran. Pero mi censura no estuvo a la altura.

El martes iba al colegio pensando en que quizá habría alguna queja porque los niños se reían mucho... Bueno, en España también se ríen pensaba yo. No sé, veremos...

Y... hubo quejas, por supuesto. La Jefa de Estudios me llamó a su despacho para trasladarme las quejas de algunos padres porque había enseñado a sus hijos una palabra inapropiada. Varias madres se lo comentaron según iban llegando por la mañana y el colmo ya fueron los padres que llamaron por teléfono para quejarse. Menos mal que su hijo, al que también doy clase, se lo dijo en casa el día anterior, así que estaba sobre aviso y reaccionó muy profesionalmente.

¿Qué hizo? Les dijo que yo era español, y para nosotros esa es una palabra habitual. Ya me indicó que no volviera a usarla y que los niños conocían muy bien el significado, pero que era una palabra... "mala". Y no había que usarla en el colegio. Amén.



Pues sí, es una palabra habitual y una parte del cuerpo que aparece en todo tipo de medios, hasta en los Simpsons. Ahora pensemos. ¿Cuántas veces utilizamos la palabra culo a lo largo del día? Yo la uso mucho. Como atributo humano (culo, culopollo, culocarpeta), como fondo de cualquier tipo de objeto (culo del vaso, de la botella), para indicar acción (mover el culo), para insultar (eh, tú, caraculo), para describir un mal resultado (me ha ido de culo), para situaciones anímicas (estoy como el culo), cantidades (esto está hasta el culo), distancias (esto está en el culo), calidades (está hecho con el culo), incomodidad (me ha sentado como el culo) o pareceres (me cae como el culo). Incluso también lo uso como lenguaje hiriente: que te den por, vete a tomar por o deja de darme por.

Vamos, que es una palabra variada, variada. Más quisieran estos americanos tener una palabra con tan amplios significados. Ah, sí, la tienen. El verbo "get" que lo usan para todo.

Así que me sorprende que esta gente, tan hispana como es, se escandalice con la palabra culo. Ahora, la pregunta que no me atreví a hacer: "Y entonces, ¿cómo le llamáis al culo aquí?" ¿Pompis, nalgas, posaderas, trasero, anazo, hojaldre, donde la espalda pierde su nombre, culito, trastrás, sitio por donde el perrito asoma el hocico? No sé, en Internet seguro que hay muchos más para referirse a ello. Y fijo que hay hasta monólogos.

Algún día averiguaré cómo lo llama la gente aquí y una persona normal dice en su casa: "Niño, límpiate bien el...".

martes, 4 de octubre de 2011

Que viene el coco

Estos americanos no andan nada. Y como últimamente nos estamos aceporrando, esta tarde hemos decidido ir en busca de algún sitio donde poder caminar. Y para ello, hemos tenido que coger el coche. Sí, suena cutre, pero aquí es lo que hay.

Hemos ido hasta el parque más cercano que tenemos, que nada más llegar parecía que no prometía ni un poquito (pensábamos que teníamos que pagar $5 por entrar) y que al final, ha prometido.

Nada más aparcar el coche, la vista ha sido ésta:



Después de muchos días yendo de casa al cole, del cole a casa, rodeados de americanos que no saben conducir y de edificiacos, un poco de paisaje no nos venía nada mal.

Nos hemos puesto en marcha muy decididos a dar el paseo, pero al final ni paseo ni nada. No hemos podido parar de hacer fotos a la puesta de sol...



...ni de agitar cocos al lado de la oreja como locos para ver cuál era el que más líquido tenía dentro. Para aquellos que sois scouts, la escena ha sido equivalente a agitar las bombonas azules para ver si tienen gas dentro.

El caso es que no hemos podido evitar traernos dos a casa, aun pensando que igual el segurata nos decía algo y nos acusaba de delito. Quién sabe, en Kentucky creo que es ilegal llevar un cucurucho de helado en el bolsillo. (Víctor, ¿sigue existiendo ese mechero?)

Tras volver con los cocos dando tumbos por el maletero del coche, Josu se ha puesto a pelarse el coco, jeje. Ha sacado su cuchillo a lo McGyver y ha sacado esta Pokèball. Lo sentimos, no sabemos hacer una entrada sin frikadas.



Uno vamos a plantarlo, y otro lo vamos a abrir. O por lo menos esa es nuestra intención. Josu me insiste en que ponga que quiere beber del coco, es su sueño. Menos mal que el otro día me guardé una sombrillita de papel que me dieron en un bar. Así, la escena será auténticamente caribeña. Veremos en qué acaba la cosa. ¿Del que plantemos saldrá un Exeggutor? (Guiño, guiño a Nico y Miguel)



Mañana os contaremos las aventuras de Josu con la palabra culo. Fascinantes.

lunes, 3 de octubre de 2011

Tú sí que sabes

Todos hemos tenido días de esos en los que estás delante del ordenador, cabreado como una mona, y... se te abren las nubes, suenan las trompetas y... No, no descubres una nueva página con chicas ligeras de ropa, descubres algo como esta maravilla de la ciber-naturaleza.



Bienvenidos a una nueva era, la era de Google Flights. Marga y yo, como ávidos turistoides siempre nos habíamos planteado: "Bueno, este fin de semana nos queremos largar a donde sea. ¿Cuál es el sitio más barato?" Para responder a esta pregunta teníamos dos opciones: ir al aeropuerto a que nos dieran destino donde fuera (mentira, y gorda, esto no existe); o bien ponernos a buscar en cualquiera de las mierdas de buscadores de vuelos baratos que todos conocíamos. No voy a dar nombres, que luego todo se sabe, pero lo dejo ahí.

El caso es que encontrar el vuelo de nuestros sueños era como pretender que los Reyes Magos te trajeran el juego que tu querías y no apareciera sustituido por una burda copia de Falomir Juegos. Vamos, casi imposible. Y mira que al buscador se lo decíamos por activa y por pasiva, pero no había manera. Creo que nos lo hubiera encontrado antes la simpática robot-señora de Correos del otro día.

Vine, ví, vencí. En Abril Google compró los sistemas donde casi TODOS los buscadores buscan sus cutre-precios. Y ahora directamente los ofrecen ellos. Si queremos hacer nuestra búsqueda, de un vistazo tenemos todos los precios y sitios. En fin, sobran las palabras con esta maravilla. Comprobadlo vosotros mismos. (Letra pequeña: sólo disponible para vuelos dentro de EEUU por el momento).

Os dejo con una imagen para el recuerdo. La de cómo era el buscador de Internet más popular antes de que apareciera Google, nuestro amigo el Altavista. Google lo cambió todo. Google lo cambia todo.