lunes, 24 de octubre de 2011

Bebés contra perritos

Sentimos no haber publicado nada antes. Como ya sabe la muchachada, este largo fin de semana hemos estado en Philadelphia, hogar de la mundialmente conocida campana de la libertad. Bueno, realmente es más famosa por su quesito de untar, qué bueno que está el jodido, pero no, están más orgullosos de una campana que se partió na más estrenarla. En fin, pues ahora mismo estamos en su aeropuerto. Esperamos que el avión no sea de queso.

Después de cargarnos de chorradas como pianos con las que os entretendremos por lo menos dos semanas, hemos tenido que estrujarnos la sesera para decidir cuál ha sido el mayor chorrazo. Y no nos ha costado mucho, así como 5 segundos. Señoras y señores, damas y caballeros, niñas y niños, muchachas y muchachos que pueblan nuestra página… con todos ustedes… ¡BEBÉS CONTRA PERRITOS! (Puppies vs babies para los astutos políglotas)



El sábado por la noche, después de una larga jornada, nos dispusimos a ver la tele en la TV de la habitación, así como 40” de tele. Ya sabéis que no tenemos tele en casa, así que hay que aprovechar los hotelacos. Empieza el zapping: fútbol (que no soccer, listos), béisbol,… encontramos una entrevista a Johnny Depp, que nos aburrió por repetitiva. Los más de 3 “you know” por minuto que soltaba por la bocaza el muchacho eran demasiado para nosotros. Debe ser que era lo único que entendíamos de todo lo que hablaba… En fin, que pasamos al siguiente canal y…

Descubrimos un mundo, una maravilla, la quintaesencia de la tele más podrida y basuril que hemos visto jamás. Y nos encantó. ¡¡Nos encantó!! No podíamos dejar de mirarla. Era un programa predecible, absurdo, mal hecho, cutre, rancio y con contenidos sacados de Youtube, pero al igual que la fritanga del aeropuerto nos supo riquísimo. Al grano.

El susodicho programa respondía una pregunta que todos nos hacemos con frecuencia, fundamental para la existencia de todo ser humano. “¿Qué es más entrañable, un bebé o un perrito?”. Ambos haciendo cosas graciosas, claro está. Qué, ¿cómo os habéis quedado? ¿A que el otro día en “59 segundos” hablaban de esto mismo? Sí, pues los americanos nos han traído la respuesta.

Todo comenzaba con una cuadrícula de estas de los campeonatos con octavos, cuartos, semis y la final. En cada ronda sacaban un vídeo de perritos contra otro de bebés, todos haciendo el canelo y poniendo carusa. Tras examinar a los contrincantes, un “jurado” hacía la votación. Entre los egregios miembros del jurado se encontraban jugadores de hockey, niños, peluqueras, bomberos,… vamos, gente muy cualificada para dar respuesta a las grandes preguntas de la vida. Eso sí, de tres en tres, no fuera a ser que hubiera empate.



Después de unos momentos de confusión, entendimos que en cada ronda obligatoriamente se tenía que enfrentar un bebé contra un perrito, con lo que estaba cantado que tenía que ganar uno cada vez, que si no se iba el programa al carajo. Pero claro, los de la tele pretendían darle una gran intriga haciendo que el jurado votara a uno cada y tuviera que desempatar el tercero animándolo con una musiquilla de intriga (nos han dicho que es la que usan los monjes tibetanos para responder sus grandes preguntas).

En la segunda Ronda el jurado era un panel de tres expertos, a saber, “piñates”, “plastico-man” y “la mujer ochentoide”. Aunque no sabíamos de qué eran expertos estos tres, ellos decidían los que pasaban a.. ¡la FINAL FOUR! (así en mayúsculas suena como más importante, algo parecido a lo que hacían en el programa).

El formato de semifinales incluía a grandes hombres de negocios que… bueno, aquí nos perdimos. Era muy complicado de entender, ¿vale? Y en la gran final llevaron a nuestros bebés y perritos a una justa medieval, donde en un castillo a lo “Castillo Conde de Alfaz”, lleno de gañanes hasta la cencerreta, se decidía el futuro de la humanidad. Para ayudarles a sobrellevar tamaña responsabilidad tenían unos escuderos, pollo frito de la semana anterior y unas coronas de cartón estilo “Burrikín”.

No os vamos a chafar la gran final, con lo que fastidia que te digan cómo ha quedado el Madrid antes de ver tu vídeo VHS grabado (¿verdad Berbel?). Cada cual debe decidir cuál es el mejor de los dos vídeos que llegaron a la final y hallar respuestas a su propia existencia en este confuso mundo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario