miércoles, 30 de noviembre de 2011

La bosquepatrulla

Os íbamos a hablar de Washington, pero hemos encontrado algo mejor. Hoy en el cole nos han dado una contraseña para la fotocopiadora. Por fin se han dado cuenta de que tenían que controlar el tema. ¿Cómo que controlar? Bueeeno, el cole tiene 3 años de viiida, y la fotocopiadooora ha hecho yaaaa 2.930.000 copias. Sí, casi 3 millones. Pero, ¿cómo?

Hoy el profesor Frink nos ilustrará:



- A cada niño se le pide a principio de curso que traiga de 3 a 4 paquetes de 500 folios. Flipábamos cuando nos dijeron que teníamos que pedir a CADA alumno 1 paquete sólo los de español, pero se gastan, sí.

- Hay 26 clases de 25 alumnos cada. Son 25x26=650 alumnos.

- 650 alumnos x 2000 folios = 1.300.000 folios CADA CURSO

- Conclusión: Más de un millón de fotocopias.

Pero ñañas, ¿qué dices? ¡Eso es imposible! Bueeeno, la fotocopiadooora está más ocupada que el presidente. Yyyyyy, tiene un contrato míiinimo de 70.000 copias al mes. Y ayer nos dijeron que la tenemos sobreutilizada.

Lo mejor de todo es que este curso estamos batiendo récords. Creo que en 3 meses de curso hemos hecho ya medio millón, ¡JA! Joróbate colegio de Madrid, sólo 900.000 copias en 10 años. Vamos a ganar a todos, ¡atiende!

Lo que no concebimos, como americanos, como creadores, es hacer nada para ayudar a la naturaleza. Y por eso a lo largo y ancho del país tenemos la semana del medio ambiente, y precios especiales en muchas tiendas para combatir el cambio climático y la desaparición del Amazonas. ¿En qué consiste? En recaudar fondos para una ONG que lucha por los derechos de la madre tierra.

Sí, esta gente tiene momentos que rozan la absurdez. Por esa lógica, donar 1 dólar después de 1 millón de fotocopias ayuda a preservar el Amazonas. ¿Cómo funciona? ¡No funciona! Sigues gastando un millón de folios al año. Eso, claro, sin contar las millones de bolsas que te dan en el súper, los coches "ecológicos" que consumen 9 litros a los 100km, y el aire acondicionado (invento de un floridiano, por cierto) a tope el aaaaño entero (hay que bajar la temperatura de 25 a 18, ¿vale?)



Pero no os preocupéis, que instauraremos rápido una donación que salve nuestros bosques con la bosquepatrulla. Ni un bosque a la vista, aaah.

martes, 29 de noviembre de 2011

Memoriales

Y si nos preguntáis: ¿qué tal en Washington, qué visteis? Fácil, os lo resumimos en tres palabras: memoriales, museos y ardillas. Pero hoy toca hablar de memoriales.

Esta gente es mu sentida. Y no sólo farda de las cosas que tiene, sino de las que ha tenido. Sobre todo de su gente y sus presidentes. Aquí hay un megamemorial de mármol para cada uno de ellos. Y si no lo tienen, lo están construyendo. El más importante, el pirulín de piedra en honor a Washington, seguido de cerca por el señor Lincoln.

Pero bueno, los memoriales que más nos impresionaron fueron los de las guerras, especialmente el de Vietnam.

Aquí tienen un chiringuito montado con un mural con los nombres de los 58.000 soldados muertos o desaparecidos en Vietnam. Los hemos contado, están todos. Y para asegurarnos, el gobierno pone a nuestra disposición un libraco con los nombres, fechas, lugares de nacimiento y fecha de baja de todos y dónde está su nombre. A lo grande.



Estas cosas les tocan mucho la patata a los americanos, sobre todo porque en Vietnam se les torcieron un poco las cosas. Así que para facilitarte el toque de patata, había una mujer repartiendo papelitos y lápices para calcar el nombre de tu familiar y tenerlo de recuerdo.

No podía faltar la bandera de los desaparecidos. La banderica dice: "POW-MIA You are not forgotten". Al llegar a EEUU pensábamos que era algo de Miami, por lo de Mia, y que era de una secta. Pero no. Resulta que quiere decir Prisoners of War - Missing in Action (prisioneros de guerra - desaparecidos en combate, no se os olvida). Así que ahí la tenían entre los memoriales, ondeando bien orgullosa.



Había otros muchos memoriales, pero nos llamó mucho la atención este mensaje, capaz de sustentar toda un filosofía de vida: La fama cuesta, y aquí es donde vais a empezar a sudarla. (La libertad no es gratis)



Menos mal que para evitar caer en la depresión este gran país ha inventado el patriotismo y Los Simpsons, que se encargan de quitar leña al asunto, y todos tan contentos:

lunes, 28 de noviembre de 2011

La locura thanksgivinal

Acción de gracias... eso es lo que damos nosotros por estar de vuelta en casa. Madre de Dios, menuda paliza nos hemos metido en el cuerpo. Aquello parecía pequeño en el mapa, sí, sí, ¡una leche! Casi una hora de una punta a otra del parquecito de marras. Bueno, otro día os hablaremos sobre Washington.

Hoy todavía estamos recuperándonos, así que os vamos a hablar sobre algo fundamental para esta gente: Thanksgiving y el Black Friday.

Esto es lo que el americano medio hace en Acción de Gracias (4º jueves de noviembre). El miércoles todos se despiden del curro deseándose feliz día de Acción de Gracias, a lo Feliz Navidad de España. Lo mismo. Ya ese día las ciudades son un hervidero de gente. Ese miércoles es el día con más desplazamientos del año.

El jueves por la mañana, a dar un paseo con la familia mientras la suegra cocina el pavo, que por cierto tiene que estar en el horno media hora por cada libra (450 gr). Así que la buena señora se tira la mañana entera preparando la cena: pavo, puré de patatas, mazorcas, y otras verduras.

El jueves por la "noche", a eso de las 18, todo el mundo está en casa cenando con su familia. Aquí esto es más importante que Nochebuena, que es cristiana. Pero Thanksgiving no, lo celebran toditos. Y claro, como en la Nochebuena española, cada familia tiene su tradición.

Dos de las más extendidas son: poner el arbolito de Navidad al terminar de cenar, y ver por la tele el partido de fútbol americano. La estrella todos los años es el megaequipo de los Cowboys de Dallas, algo así como el Madrid o el Barça. Juegan siempre en su estadio por Thanksgiving, y es uno de los partidos más vistos con permiso de la SuperBowl. Ahora entendemos por qué Homer Simpson sueña con ser el dueño de este equipo, y se queda decepcionado cuando Hank Scorpio le regala los Broncos de Denver. (Nota para no aficionados: Homer sólo querría ser el dueño del Madrid o del Barça, no del Almería)



Pero la tradición que de verdad mola, de verdad de la buena, no es ni el fútbol ni el arbolito. Son las compras. Después de cenar muchas familias se largan a hacer cola a las grandes superficies para cuando abran, entre las 12 y las 5 de la madrugada, y arramblar con los mayores descuentos de la temporada. Es el Black Friday, el día que más facturan los comercios aquí. Y para que veáis cómo se las gastan, hicimos unas fotos a los "suplementos" que traía el periódico del jueves: 50 páginas de periódico, 100 de publicidad. Brutal.

martes, 22 de noviembre de 2011

Ve-ri-tas

Mmm, qué ocurrente título el de hoy. Es que me vuelvo más listo sólo de pensarlo. Bueno, en verdad no. En verdad me doy cuenta de lo tonto que soy. Y es que ese título (Veritas, verdad) es el lema de la archiconocida Universidad de Harvard que pudimos visitar en Boston.

La zona, como os contábamos ayer, nos recordaba a Portobello Road. Mucha gente por la calle, todo el mundo andando, edificios de ladrillo, algo curioso. En nuestros viajes últimamente estamos teniendo algo de mala suerte: siempre hay algo cerrado temporalmente. Y esta vez le tocaba a lo que prometía ser lo mejor, el Harvard Yard. Resulta que unos estudiantes indignados habían acampado allí, y sólo podían pasar estudiantes acreditados. ¿Indignados? ¿Por qué? ¿Por estudiar en la mejor Universidad del mundo? Así que nada, nos conformamos con respirar el aire, a ver si se nos pegaba algo. Las puertas de Harvard se nos habían cerrado. Seguro que en Brown nos admiten.



Estuvimos viendo por fuera otro edificio que no sabíamos muy bien qué era, hasta que nos asomamos a la puerta y vimos que era... ¡Howarts! Ahí estaban, en el comedor de la universidad, ingiriendo suculentos bocados para seguir pensando. Se nos olvidaba decir que era sábado y aquello estaba también hasta la bandera de gente.



Lo que nos sorprendió mucho fue el minimuseo de Ciencias Naturales que tienen. Aparte de los típicos bichos disecados, tenían una colección de flores, de todo tipo, unas 1200. Y cuando nos preguntábamos cómo harían para tenerlas tan bien conservadas, mirando con detalle nos dimos cuenta de que estaban hechas...



... de cristal de Bohemia. Flipa. Desde luego, sí que son listísimos los tíos.

Muy listos sí que son, pero necesitan desahogar la presión antes de los exámenes. Y como esta gente tiene exámenes todos los días, les pasa como a sus vecinos de la Universidad de Massachussets:



No sabemos si de aquí al lunes que viene podremos volver a publicar. Nos vamos a Washington DC, a la capi. No sabemos dónde cenaremos el jueves, Acción de Gracias, pero seguro que nos tomamos algo con pavo. Nos esperan Lincoln y los mayores museacos del país. Ya os contaremos.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Muchachada around the world. Hoy... Boston

Volvemos con otra entrega más de nuestros locos viajes. Hace ya un par de semanas decidimos que sería buena ocasión visitar Boston: cuna de la Revolución Americana, donde sucedieron muchas memeces importantes, como lo de aquellos que tiraron el té al mar, el Tea Party.

Para ilustraros brevemente, Boston fue una de las primeras ciudades que surgieron en los EEUU. Los puritanos fueron los fundadores de la ciudad. Este grupo, pasó de ser perseguido en Inglaterra a establecerse aquí para, poco después, perseguir a aquellos que no pensaban como ellos. Estos orígenes han marcado mucho la historia de esta zona, pues es una zona muy conservadora. Nada que ver con los cuáqueros que se instalaron en Philadelphia, un grupo religioso con mentalidad muy abierta. Actualmente, Boston es una ciudad con bastante peso en EEUU, sobre todo desde el punto de vista de política y educación.

Llegamos y lo primero que notamos: hacía un frío del carajo. Sí, pasar de los 27º que tenemos casi todos los días aquí a casi 0 se nota un poquito, pero también vino bien el fresquito. Otra cosa que notamos, importante: existe el otoño en otras partes del mundo. Una de las primeras cosas, el Boston Commons, donde los bostonianos apacentaban sus vacas. Cuando la historia de uno tiene sólo 250 años hay que destacar cualquier memez que suceda. Lo que nos gustó de este sitio fue encontrar tantos colores en los árboles, y ardillas a patadas.



Esta gente se ha hecho un recorridito, visitable en un par de horas, llamado el Freedom Trail, o Sendero de la Libertad, con muchas iglesias y casas de época repleticas de historia. A mí me gustó personalmente más la historia que se respiraba en Philadelphia, pero hay que admitir que la combinación de la casita al lado de los rascacielos es curiosa.



En general podemos decir que la ciudad es preciosa. El centro, además de histórico, lleno de rascacielos. Y los barrios, como Cambridge, nos recordaron muchísimo a la zona de Portobello Road en Londres. Otro día os hablaremos de la zona de Cambridge y de la mejor Universidad que tiene: HARVARD.

Aparte de pasear por la ciudad en sí, estuvimos en el Museo de Bellas Artes. Otro megarobo para entrar, como todos los museos que tienen los americanos. Pero con unas cuantas cosas interesantes: algunos Renoir míticos, una exposición de un Degas un tanto pederasta, cosas de Egipto, y hasta una capilla catalana (Santa María del Mur).



En cuanto a su gastronomía (hoy parecemos una guía de viajes) probamos algo curioso: la sopa de almejas de Nueva Inglaterra (la parte noreste de EEUU, donde está Boston, llamada así porque sus primeros colonos eran todos ingleses). Pudimos degustarla en otro sitio curioso: el Quincy Market, con un montón de puestos de comida, lleno hasta la bandera de turistas como nosotros. Vamos, como un Mercado de Sant Joan en Barcelona.

Dicen que Boston es lo más parecido a Europa que hay en EEUU. Damos fe de ello. Para empezar, parecía que hablaban en British, ¡les entendíamos todo! Una maravilla de acento. Y hubo otra zona que nos recordó al centro de Madrid: Little Italy (pronunciado "Lirelireli"). Casi se nos saltan las lágrimas al comprobar que los coches aparcaban en línea, ¡en línea! Y sin plazas enormes para aparcar. En fin, muy maja la zona. Nos llamó mucho la atención la mezcla de culturas: creencias italianas, patriotismo americano.



En definitiva, ciudad muy recomendable para visitar, con mucha historia en los EEUU y muchos grupos diferentes de inmigrantes, principalmente italianos e irlandeses (ahí están los Boston Celtics), que dan forma a la ciudad.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Más Feria que Libro

Ayer estuvimos disfrutando de (copio textualmente) "el evento literario más importante de los Estados Unidos que cumple 28 años de ininterrumpida existencia rindiendo justo tributo al libro, el autor y los lectores": La Feria Internacional del Libro de Miami.

Y diréis, cómo mola, ¿no? Pues no, no mola. Ni un poquito. Para esta gente todo tiene que tener el lo más grande, lo más antiguo o lo más importante. Y les creí, confié en ellos, ¡y creí que asistiría a ElDorado de los eventos literarios! Bueno, quizá no me engañaron, quizá sí era el mayor, pero entonces menuda chufa de evento. Menudos gañanes que están hechos...

Os cuento cómo iba el percal, y lo comparo con lo que yo pensaba que era una Feria normalita, la de Madrid.

- La Feria abre sus puertas 3 días (15 en Madrid).
- Tiene unos 180 puestos (casi 400 en Madrid; 7500 en Frankfurt, la Feria más grande del mundo).

Hasta aquí bien, pequeña pero quizá con mucha calidad, ¿no? Pues no de nuevo.

Entrar cuesta 8 dólares (gratis en Madrid), menudos ladrones. Dicen que es por seguridad, para que no se acumule demasiada gente. Claro, si yo en cualquier ciudad monto la Feria en una calle cualquiera, también es inseguro. ¿Dónde están los grandes parques públicos de esta ciudad? Ah, que no se puede hacer ahí porque no son "safe" ni "family-friendly" (otro día os cuento esta batalla).

Sigo, que estoy que trino. Segun llegamos a la zona, nos encontramos con un tobogán gigante de estos hinchables para niños, puestos de comida, y música. Mmm, sí ¿eh?, esto... ¿y los libros?

Nos asomamos por el sector A (20 puestos) y creo haber contado 2 puestos con libros. ¿Y el resto? De todo: sectas varias anunciando cómo salvarse, supermercados, bancos y universidades. Por fin nos encontramos con los dos puestos, y podéis ver en la foto la enorme cantidad de libros que ofertaban.



Seguimos paseando y ya en la zona intermedia confirmamos nuestras sospechas: aquello era una ful de primera. Lo más importante de la Feria era el escenario donde estaban dando un concierto, y la zona de comida (quizá deba decir zona de elementos ingeribles, porque comida lo que es comida... pues tampoco)



Ya visto el percal intentamos disfrutar un poco de lo que había. Pero tampoco os penséis que pudimos demasiado. Después de esquivar a los de los bongos y los zancudos conseguimos encontrar algún puesto medio digno, en el que vendían libros de segunda mano, como casi todos los de la Feria. Editoriales presentando sus novedades... poquitas.



En resumen, tome usted un par de tejadillos, súmele unos libros que se ha encontrado tirados por casa, añada unos puestos de comida, un par de escenarios, cobre 8 dólares la entrada y... ya tiene Ud. el evento literario más importante de los EEUU, ergo uno de los mejores eventos del mundo para los americanos. O esta gente no lee o es muy fácil engañarla, o las dos cosas.

Menos mal que nos salvó el día encontrar un puesto de la Editorial Usborne, mi favorita, autora de libros míticos de nuestra infancia como la serie "Cómo hacer...". Un puestaco con unos libros nuevos que daba gusto ojear, tocar y saborear.



El mejor puesto, sin duda, para esta Editorial... Británica.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Americanos sobre alas

No es oro todo lo que reluce. Ya os estuvimos contando hace tiempo que los viajes en avión son caros de narices. Como últimamente nos ha dado por dejarnos los cuartos en viajar, nos estamos pasando muchas horas metidos en aviones. Y, claro, empezamos a leernos con fruición todas las publicaciones que encontramos ahí.

El primer folletín que encontramos es el de la comida. Sí, amigos, los americanos son tan o más rancios que los europeos y no te echan ni unos panchitos para comer. Eso sí, te ponen una hamburguesa ridícula a precio de oro (10 dolarazos). Y encima, un triste chef sonriente que ha "diseñado un menú de altura". Como no sea la de la factura que me estás clavando, no sé de qué altura hablas...

En fin, seguimos admirando las revistas. Y nos encontramos con una completísima revista llena de artículos gañanes. La teletienda, ¡desde tu propia butaca! Nos llamó mucho la atención (leer con voz de anuncio de Micro-Machines):

la bata-manta; el sofá para perros; un organizador de ropa plegable para descolgar del armario y meter en la maleta tal cual; un repele-ácaros electrónico; una tapa de váter que se abre con sensor; una silla plegable gigante; una cometa para ir en monopatín; el último grito en artículos navideños; un palo para quitar la nieve del tejado; un mono-esquijama con abertura para el culo; braga-fajas varias; una empresa que te envía una caja con plastilina pa que pises y te hagas las plantillas sin necesidad de ir al podólogo; una jirafa para poner el papel higiénico; una hélice; un espejo con bigotes varios pintados; una réplica de la silla de Tutankamon; un crecepelo láser, con el antes y después de una señora alopécica, y... una almohada-airbag, que se apoya en la mesita, para sobarte mientras vas en el avión. Simplemente demencial. Y así, chorrada tras chorrada, ¡durante más de 200 páginas! Una revista que haría las delicias de cualquiera en el tiempo libre de campamento.


(Este no está dormido, está mareado de tanto soplar airbag)

La siguiente publicación, al estilo suplemento dominical, que pasaría desapercibida si no fuera por la imaginación desbordante que emplea a la hora de ilustrar al sufrido americano sobre la geografía española. Ahí tenéis el ejemplo. Sabemos que la plantilla de las ciudades se le movió, Coruña está flotando, pero no conseguimos encontrar cómo se les ha movido. Es para ponérselo a los críos como ejercicio de Geografía. A ver si encontráis León, Vitoria y la ciudad de Asturias.



Pero la mejor parte está por llegar. A mi me da por tocar todo lo que veo, así que cuando enganché las instrucciones de emergencia, encontré todo un mundo por explorar. Las imágenes más bizarras, antiguas y absurdas que he encontrado nunca en avión alguno. Os presento dos ejemplos, sacados del folleto, de auténtico coraje y valor. Dos personas, que saben afrontar con entereza y serenidad el trágico accidente de su avión. Ahí van el hombre-muellín y la mujer sin sonrisa (su ilusión era morir en un avión pero no lo consiguió). Ahora sí sé qué debo hacer.



miércoles, 16 de noviembre de 2011

Vivan nuestros veteranos

El viernes, Veteran's Day, salimos a conocer Boston. Y sin comerlo ni beberlo, nos encontramos con que había organizada una parada militar. Y, claro, no podíamos perdernos tan yanqui evento. Hay que joderse, que en 10 años que he vivido en Madrid no haya ido nunca al desfile del 12 de octubre y vaya al de Boston, pero bueno, mira, "Tenemos que vivir con nuestras incoherencias" (Tolo, 1995).

Y, claro, al vernos envueltos en la vorágine decidimos convertirnos en unos auténticos patriotas americanos, a ver si con la emoción de los militares nos salía el "GO USA" o "God Bless America" de las pelis.

Ya antes de comenzar la parada, nos hicimos con un buen sitio. Y, casualidad, con un elemento que no puede faltar en la vida de un buen americano:



Comienza la parada: un tanto sosangas, para qué engañarnos. Pero muy americano todo. Los primeros, nuestros amigos los bomberos, que tanto nos ayudan a todos (lo del fuego y esta gente es una relación que nunca comprenderemos). Y, claro, mientras el camionaco pasaba, ahí estábamos nosotros, agita que te agita la bandera, echando gritines americanos. Y los bomberacos, pues nos decían hola. Qué emoción, hasta me sentí un poco americano, fíjate (guiño a la ironía).



Después, algunos militares, jóvenes, viejos... de todo. Pero una parte sorprendente fue encontrarnos con... las academias militares. Tenían a un montón de críos de High School marchando todo orgullosos. Cadetillos, con un sargento que les iba cantando rimas molonas que coreaban, a lo Chaqueta Metálica. Me los imagino en el comedor del instituto con una escena a lo Recluta Patoso con el Donut.



Tampoco podían faltar un buen grupo de amigos de los americanos en tierra extranjera. Ahí teníamos a los chinorris del año pum tan contentos, como "veteranos" Pre-Mao. No se nos ocurre en qué guerra lucharon, como no sea en la de Corea...



Y todo buen desfile, tiene que terminar con un grupo de peña que sigue al desfile. En esta ocasión eran un montón de pacifistas con cartelones al estilo "Despertad, os están engañando", "Traed a nuestros muchachos de vuelta", "Hola, mamá", y cosas por el estilo. Era muy curioso ver el orgullo de unos y otros, defendiendo sus ideales.



Os dejamos con, cómo no, otra escena de Los Simpsons que parodia cómo muchos acaban entrando por comida de tarro y luego se dan cuenta de que no querían estar ahí.

martes, 15 de noviembre de 2011

Los pequeños placeres de la vida

Una entrada pequeña para recordar uno de los pequeños placeres con los que contamos los españoles, y que pasan desapercibidos.

Me viene a la cabeza una ocasión en la que el Mono, mi colega que vive en Turquía, vino a Madrid, y nos llevó a un gallego a cenar. Casi se pidió la carta entera, todo productos regionales, y nos dijo: "Es que no veas cómo se echa de menos todo esto fuera". Cuánta razón tenía el mono.

Hoy hemos estado cenando con Oscar, otro colega de Cullera que vive aquí en Miami. Algo sencillo, pero adornado por ese placer llamado Chorizo Palacios. Sí, el más cutre del supermercado aquí existe, y hoy nos ha sabido a gloria bendecida por los arcángeles celestiales. El queso García Baquero ha ayudado también, y por un momento nos hemos sentido en España.

Cuánto se echa a veces de menos el terruño patrio. Menudos placeres tenemos por allí.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Los gilís

Un nuevo sueño se ha hecho realidad. Ayer, en Boston, tuvimos la ocasión de ir a Gili-Landia, la mayor concentración de gilis del mundo. Y me sentí genial.

En mis años locos de teleco siempre soñé con poder seguir estudiando en una institución americana con un aura mítica: entre sus paredes se criaban genios y todos eran quasar-listísimos. Hasta se rumoreaba que El Agrio, profesor de Mate del cole (uno de los mejores que he tenido, por cierto) había estudiado allí (el rumor decía que luego la NASA le había querido contratar, pero prefirió dar clases a anacletos como nosotros).

Estoy hablando del...



El MASSACHUSSETS INSTITUTE OF TECHNOLOGY (mira cómo se me pone la carne de gallinaca), ¡El MIT! (joróbate Potro, a ver cuándo lo visitas)

Todo esto está en un campus enorme, lleno de laboratorios y edificios rarunos. Aparte de contar con 8 premios Nobel, alguno todavía dando clases, este sitio es uno de los mejores del mundo en cuanto a tecnología. Segun entramos, Marga pudo observar en mí algo que hacía tiempo se había ocultado. Ayer domingo comencé a decir "¡Ni!", a dar datos absurdos, a tirar piedras al suelo como si fueran dados, a calcular probabilidades... me transformé en un... ¡GILÍ! (sí, se puede ser aún más).



De hecho, en el museo encontré cómo hubiera sido yo hoy en día si mi sueño se hubiera hecho realidad. He de decir que me corté el pelete así durante años y tuve unas gafas iguales, porque era "importante ver lo que había en todas direcciones". Menos mal que cambié.



Estaba todo de gilís hasta la cencerreta, y eso que era domingo. Imaginaos el lunes. Había muchos gilís, se respiraba el ambiente a Dragones y Mazmorras. Los números flotaban en el ambiente. Por un momento hasta nos entró la "listura" por los poros y me pareció muy curioso un libro de diseño de circuitos con VHDL. A Marga lo único que se le ocurrió fue la palabra quásar-inteligente sin saber lo que significaba quásar. Está claro que no es gilí.

La visita concluyó con una lagrimilla por la carrera que abandoné en favor de la educación. Eso sí, la lagrimilla no pudo evitar que nos riéramos de los pobres gilís, reconocibles hasta de espaldas.



De todas formas, viendo el paso de los años, y que no llegué a tan listo como para ser un Sheldon, creo que en el MIT me hubiera pasado lo que a Homer:



Y éste sería yo si hoy en día volviera a clase, no sé cómo pude con la ingeniería.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Los veteranos

Ya sabéis que uno de los pilares de este país es su ejército, repartido por todos los continentes. Es realmente importante, se lo toman muy en serio, y lo respetan mucho. Os ponemos algunos ejemplos que hemos visto.

El primero, este viernes se celebra el Veterans Day. Es fiesta nacional y se conmemora a todos los veteranos de guerra, especialmente a los caídos por la patria.

Otro ejemplo: en el avión, les dejan pasar primero a los militares uniformados. No sabemos si es por honrarles, o porque, según dicen las malas lenguas, en momentos sensibles (atentados, guerras del Golfo,...) la gente se ponía en pie al entrar un militar y le aplaudían. Y, claro, ponte tú a decirles que no. Así que le meten primero al tío y así agilizan.

Existen eventos variopintos titulados nosequé "supporting our troops" (en apoyo de nuestras tropas). El último del que he sido testigo: ayer los niños en el colegio podían ir sin uniforme. Pero tenían que ir vestidos de rojo, azul o blanco (colores de la bandera) y pagaban algo (1 o 2 dólares). El dinero recaudado se envía a un programa de Apple llamado "iPads for soldiers". No voy a darles cera a los de Apple, que hoy el post intenta ser un poco respetuoso.



El himno americano es una poesía escrita en 1814 durante un bombardeo de los británicos a un fuerte americano. Y habla de resistir, de bombazos y guerras, de orgullo patriótico. Y, claro, un himno sobre hacer la guerra para tener libertad está muy relacionado con el ejército.

Así que, cuando en 1991, en plena I Guerra del Golfo, Whitney Houston lo cantó para honrar a las tropas en guerra por la libertad, los americanos se volvieron locos. La parafernalia era buena: banderas de los 50 Estados portadas por soldados de cada estado, la orquesta del ejército, la Whitney vestida con los colores de la bandera, avioncitos volando, máxima audiencia televisiva (era la final de la SuperBowl). Pero además, la tía clavó el himno. Hasta a mí se me ponen los pelos como escarpias cuando lo veo.



En fin, que el sentimiento patriótico y de apoyo a las tropas de esta gente es, a mi parecer, envidiable. Y es una de las cosas, junto a la bandera y el himno, que más cohesión les da. De todas formas, en todas las casas se cuecen habas, y también se dice que una vez que los veteranos regresan no se les hace ni caso. Aún no lo hemos comprobado.

P.D.: Mañana no publicaremos nada, nos vamos de viaje a Boston. Ya os contaremos algo si podemos este fin de semana.

martes, 8 de noviembre de 2011

Vendo humo

En estos últimos años parece que en España hemos copiado la moda de llamar a las cosas por otro nombre, y de paso subir un poco las tarifas. En eso son expertos en este país. EEUU es el país de la publicidad y de conseguir hacer lo mismo de siempre, pero pareciendo guay (y ganando más dinero, claro). Hoy os voy a poner un ejemplo que me ha impactado: el 1on1.

Esto del guanonguan, uno a uno, es algo más viejo que la tos, pero que estos últimos años no nos hemos cansado de ver por España. También se conoce como "coaching" o "personalización de necesidades". Vamos, el clásico profesor particular.

Pero en un país como éste, en el que todo tiene que ser espectacular, épico, o digno de ser incluido en la Historia Universal, tú no puedes decirle a la vecina de enfrente: "le he puesto un profesor particular a mi Manolito". Mola mucho más decir: "He contratado a un experto en educación que ha diseñado un plan personalizado para explotar al máximo las capacidades de mi Manolito". En el primer caso estás llamando tonto o vago a tu vástago. En el segundo, parece que mañana mismo la NASA va a llamar a tu puerta para contratarle.

Aprended, profesores particulares, de los genios del marketing. Os copio unas frases que he encontrado en un folleto de publicidad de profes particulares (lo he encontrado en el colegio, algo impensable en España). Aquí...

- Uno no da clases particulares. Aquí ofrece servicios individualizados cuyo objetivo son las necesidades específicas del estudiante.

- Uno no tiene experiencia dando clases particulares. Aquí tiene un amplio conocimiento de la educación en general y de los procedimientos de aprendizaje en particular.

- Uno no ayuda al alumno en lo que le cuesta. Aquí identifica las fortalezas y debilidades y entonces desarrolla un programa de aprendizaje específico que se ajusta a las necesidades de cada alumno en todas las áreas.

- Uno no cuenta al padre cómo ve al chaval. Aquí está en contacto permanente con los padres para mantenerles informados del progreso de su hijo y discutir los pasos necesarios para mantenerle en el camino adecuado hacia el éxito.

- Uno no busca ejercicios para reforzar. Aquí selecciona cuidadosamente los materiales de enseñanza y los adapta para asegurarse que se adecúa a los estilos específicos de aprendizaje del alumno.

Bueno, y así podríamos seguir con chorrazos como pianos toda la noche. ¡Eso en un tríptico!

Lo mejor de todo: para un americano las referencias son FUNDAMENTALES. Aquí el rollo de las cartas de recomendación está a la orden del día. Y si no hay cartas, por lo menos hay que incluir unos buenos testimonios, como el de la foto. No os preocupéis si no lo entendéis, sólo dice que son muy buenos. ¿Y por qué la foto molona? ¿Va a sonreír así mi niño si les contrato?



Hasta hoy ante folletos de este estilo pensaba: qué flipados los americanos. Cuán equivocado estaba. El destino me ha reventado en la jeta, y me ha demostrado que no hay nada mejor que venderse con palabrería barata para que un profesor particular, con una licenciatura, cobre sus clases particulares a... 50 dólares LA HORA (40 sin ser licenciado, y ni quiero imaginarme los precios de la gente del folleto).

Practicad vuestra palabrería. Bienvenidos a América, tierra de oportunidades.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Centro de formación de patriotas: la comida

Hola amiguitos. Hace tiempo os hablé de la comida de los adultos. Hoy os voy a hablar de lo que degluten los adultos del mañana.

Partimos de la base de que habéis visto muchas pelis americanas y sabéis cómo funciona el rollo este: hora de la comida, autoservicio, cuatro chumineces y tira p'alante. Pues hoy os voy a desvelar en qué consisten esas cuatro chumineces (al menos en mi cole y en todos los que me cuentan).

Plato principal para dos semanas: hamburguesa, macarrones, quesadilla de pollo, pollo con arroz, pizza (2 días), tacos, espagueti con albóndigas, nuggets de pollo y... nachos con salsa de pollo.

Veamos los acompañamientos, que nos ponen el puntito "healthy" al menú: patatas fritas, brócoli, frijoles, ensalada (¡wow!) y... maíz (sí, abres una lata y la echas en el plato).

Diréis... ¿y ya está? Ah, no, se me olvidaba... opción de fruta o de "Malk" con chocolate (se pagan aparte).



Yo creo que a los americanos de pequeños no les dieron la brasa con la pirámide alimenticia, porque me faltan muchos grupos. Lo que no conozco muy a fondo es la calidad. Algún día he probado la comida, y juro que es una mezcla entre McDonalds y comida mala de colegio, pero no tengo información suficiente como para hablar. Me remito a la sabiduría de los Simpsons, que tendrán esto más investigado: "Estas colchonetas tienen muy poca carne"



Si aún no os habéis hecho una idea, me permitiré agregar tres pequeños apuntes:

1) Todos los viernes hay un "Donut Sale". Una de las clases pone un chiringuito a la puerta del colegio, y venden donuts. Los proporciona una empresa (se los compras a $4,25 la docena, y los vendes al doble, compra mínima: 25 DOCENAS) muy popular, cuyos donuts, para qué engañarnos, están cojonudos. Se notan los viernes. Muchos chavales segun entran por el colegio se pimplan 2, 3 o... los 6 que se metió un día uno de 7º. En clase luego están tan tranquilitos con el subidón de azúcar.

2) Una recompensa habitual es una "pizza party". En vez de la comida de ese día, se llama al "telepi" para que traiga pizzas para toda la clase.

3) A la salida, en plena puerta del colegio, hay un chiringuito que vende algo de merendar, a saber: chocolatinas de todo tipo, batidos, vamos, cualquier cosa con mucho azúcar. Aún no he visto fruta por ahí.

En fin, en este país a los críos les preparan para un sabroso futuro repleto de pastillacas e insulina. Os dejo que tengo que terminarme las cookies antes de ir a la cama.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Nais

Así es como he vivido esta historia: llegas a América, y tooodo el mundo te sonríe, te pregunta qué tal te ha ido el día, sigue sonriendo, te atiende con una amabilidad exquisita y se despiden con una franca sonrisa deseándote un buen día. Y dices: qué moderno todo, qué amables, cómo acogen al extranjero, qué buena gente. Peero han pasado los días y ya no vivo en el país de la piruleta. Y lo peor, me he dado cuenta, como Hulk Hogan, de que era todo una mentira, GORDÍSIMA. Es pura fachada y entrenamiento.

Ser nice (Traducción: agradable, bueno, simpático, amable) supone afrontar el mundo con una sonrisa por delante. Al buen americano se le distingue por su cordialidad, por sus maneras refinadas y, sobre todo, por la sonrisa que tiene. Especialmente en las ocasiones complicadas, cuando la sonrisa está más que forzada, ahí uno nota los años de trabajo desde pequeños.

Ayer estuvimos en South Beach, en la noche en blanco. Fue interesante ver a un huevo de gente metida allí, todos llegando a la misma hora en coche (casi no hay transporte público), y todos intentando aparcar (imaginaos los atascos). Paseando por la calle nos encontramos un puesto interesante, y no pudimos evitar mi amigo Nacho y yo sacarnos esta foto con las cheerleaders de los Dolphins.



A lo que voy, fijaos en las sonrisas. A eso me refiero con ser nice. Las muchachas estaba hasta las tetas de sacarse fotos con memos como nosotros toda la noche. Pero su entrenamiento les permitía forzar la sonrisa una y otra vez (la morena debía ser nueva).

En mi colegio, flipa, los niños también están entrenados para forzar la sonrisa. Cuando pides voluntarios bien sentados (modo de aplacar también a las bestias), se ponen bien, cruzan las manitas y te sacan una sonrisa forzadísima. Algunos expertos hasta pestañean y ponen ojos de cordero. Qué cracks. Estoy convencido de que en casa practican, o les "ayudan", como la Pequeña Vicky a sus alumnas.



Pero no os penséis que ser nice se limita a una sonrisa. Va mucho más allá. Los buenos americanos son capaces de llamarte imbécil sin perder un ápice la sonrisa de su cara. Y te digan lo que te digan, siempre terminan con un "Have a nice day!", que al fin y al cabo es lo importante.

Un ejemplo. Un compañero de Marga que se volvía a España tenía que recoger un cheque en conserjería a nombre de su novia que ya estaba en España. Le conocían desde hacía muchísimo, pero cuando fue a recogerlo, le dijeron que no, que no era el procedimiento. Todo con sonrisas y muchos "have a nice day". El tío intentó convencerles de buenas maneras, y los otros con sonrisas pero que no. Hasta que en una de esas apareció otro inquilino y ellos le dejaron con la palabra en la boca.

Y para nuestro amigo se acabaron las apariencias. Les puso de vuelta y media por la falta de respeto. Y, claro, los americanos flipados, sin saber reaccionar, pensando que el tío estaba loquísimo. Tan nice que son ellos, que un tío te diga las cosas a gritos, como hacemos a veces los españoles, ... pues se quedaron como Lisa Simpson en el barrio ruso.



Al final, el colega convenció a los otros de que hay que ser un poquito más flexibles. Pero eso de la flexibilidad os lo contaremos otro día.

Have a nice day!

jueves, 3 de noviembre de 2011

Lemmings

Hoy hemos tenido una revelación. Un día que parecía destinado a la normalidad se ha revelado como uno de los mejores desde que estamos aquí. Hoy hemos descubierto que vivimos rodeados de... Lemmings.



Todo ha empezado cuando a Marga le han regalado dos entradas para la Premiere de Tower Heist, la nueva peli de Ben Stiller y Eddie Murphy. Un truño de primera, pero la peli era lo de menos. Lo que en general entendemos como americanada. Necesitamos que alguien nos confirme cuando llegue allí (que llegará) si la anuncian con el valor añadido de "¡Nº 1 en USA!". De verdad, estad pendientes. Añadiría fuerza a nuestra teoría.

Llegamos allí, bien. Nos sentamos, y ya vemos aparecer a gente, a mucha gente, con los aperitivos clásicos del Badulaque: Nachos cocidos en su propia grasa, hotdogs, palomitas dulces (suponíamos dulces porque eran las únicas que había y eran amarillas, esperemos que no por la grasa) y... un fresisuis azul plutónico bien espumoso (veneno de calidad, oiga). Menos mal que no compramos nada, quizá nos hubiéramos transformado en Lemmings también.

Antes de la peli, patrocinada por nuestros amigos de la radio, llega el locutor. Da la bienvenida a todos a voz en grito desde el patio de butacas (¿?). Respuesta del público: griterío, aplausos, silbidos, gente de pie... ni que fueran los Reyes Magos. Pero la locura empieza cuando enseña unas camisetas, y dice de manera molona, que alguien le tiene que decir 3 pelis de Eddie Murphy, que no sean secuelas para obtener una preciosa camiseta, tamaño muchas XL. El público enloquece entonces y levantan la mano. Lo mejor es que eran igualitos a mis niños: levantaban la mano, pero no sabían la respuesta. Han tenido que pasar como 5 ó 6 personas para acertar. Muy bueno también cuando decía: "Que se prepare la gente del fondo, que la siguiente va para vosotros". Y todos, ¡yo, yo, elígeme a mí! Brutal.

Pasa entonces al lanzamiento de camisetas. Años de Polis y Cacos han dado sus frutos. Siguiendo la vieja táctica de "arrugar" la fila de capturados para que no sepan cuán larga es... lo mismo he hecho con mis brazos, y cuando ha lanzado la camiseta, mis tentáculos han surcado los cielos para quitarle la camiseta a una señora cuando la tenía en los morros. ¡Toooma ya! (Ahí va el trofeo con pose yanqui cineástica)



Después del bochornoso espectáculo, no sabíamos si por parte del público o de los organizadores (oye, que se lo creían todos), comenzamos a ver la película. Y ahí llegó la mejor parte.

En los primeros compases, algunas risotadas por comentarios que no comprendíamos bien. Pero ya entrados en la peli comienzan las bromas malas, absurdas y evidentes. Al estilo de los lobatos en una velada: niños de 8 años cuyo número consiste en salir a escena y caerse al suelo, o pelearse y morirse todos. Graciosísimo como sabéis (ironía).

Continúa la peli y las chorradas son cada vez más básicas. Cada chuminez era aplaudida. Con cada chascarrillo se tronchaban. En los momentos más sorprendentes (previsibles desde 10 minutos antes) salían exclamaciones de asombro de sus bocas: oooh, aaah. En los momentos de mayor tensión se notaba cómo la gente contenía la respiración, y cuando todo salía bien (evidentemente) aplaudían y silbaban.

Volviendo a casa, entre risas, sorpresa e indignación, no hemos podido más que acordarnos, nuevamente, de Homer Simpson. De los duros momentos que vive cuando, tras volverse inteligente por quitarse un Crayon del cerebro, no encuentra graciosas las bromas del cine, y es expulsado por ser el único que no se ríe. No hemos encontrado el fragmento en Youtube, podéis buscarlo en megavideo y sus amigos: temporada 12 capítulo 9 "HOMR" (minuto 17:30). Os dejamos con otro capítulo, que también refleja bien lo que hoy hemos visto en el cine: (grititos y entusiasmo varios)

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Quiero mi bocadillo

Hoy os vamos a hablar de algo que nos sorprendió, gratamente hemos de decirlo, en Philadelphia. El sábado por la mañana nos desayunamos un perrito en un clásico puesto callejero, mítico de las pelis. Y luego no encontramos más, nos dió mucha pena. Peero, el destino vino a nuestro encuentro, y el lunes nos trajo una grasienta a la par que apetitosa sorpresa. Por toda la ciudad habían surgido cientos de puestecillos rancios para resolver el problema del apetito de miles de oficinistas con prisa.

Los puestos estaban montados en miniremolques que traían sus dueños y preparaban a primera hora. Y cada dueño se especializaba en un tipo de comida: hamburguesas, comida turca, perritos, y hasta los había especializados en fruta y postres.

Pero la estrella del mogollón, sin lugar a dudas, era el Philly Cheesesteak. El susodicho bocata está compuesto por carnaza que hacían en la plancha en un momento, con cebolla, y... bueno, no sé. Ahí desmigolaban todo, le hacían un revuelto que para qué, y luego llegaban los quesos y las salsas. Cada cual más difícil de pronunciar que el anterior. En las guías te recomiendan que los pidas "Whiz wit"(el wit viene de with), algo así como con queso Whiz, que no supimos nunca qué era. Incluso decían que si lo pronunciabas mal se ofendían (eso decía la guía), había hasta uno que decía en el letrero de su tienda: "En América, habla americano".



Armados de valor nos acercamos a uno de estos puestos para hacernos con uno de estos manjares. Cuando uno se acerca piensa: ¿cómo narices les entra tanta fanfarria en un puestico tan ridículo? Pues tienen todo organizadito, fíjate. Lo vamos a usar como cocina para el próximo campamento. Ríete tú de Ikea.



Cuando por el ventanuco apareció un Amish renegado pensamos: mierda, a ver si nos entiende. Se parecía al de la foto, no os creáis.



Todo fue bien hasta que nos dice: "¿Menes?". ¿Mande? Joder, ¿qué es eso? Como nos vio cara de póker, sacó de su escondrijo un bote blanco... mayonesa. Del Mayones a menes... aquí hablan fatal, la madre del cordero. Yo creo que al cuáquero le dimos pena porque éramos los únicos turistas en un kilómetro a la redonda. Menos mal, porque si no, con el hambre que tenía hubiera sido capaz de liarle ésta:

martes, 1 de noviembre de 2011

Muchachada around the world. Hoy... Philadelphia



Uy! no. Muchachada around the world. Hoy... Philadelphia.



Ahora sí. Pero vamos, que a mí me hablas de Philadelphia y sigo pensando en el queso de untar...

Empecemos el capítulo de hoy. Como sabéis, estuvimos hace un par de findes allí y vimos varios topicazos por los que esta ciudad es conocida, aparte de por el susodicho quesete. La primera de todas, en la que estaréis pensando más de uno, es nuestro querido, valiente, luchador y noble Rocky. Vimos la escultura (sí, todos creéis bien, antes estaba en la parte alta de las escaleras mirando hacia la ciudad, pero ahora la han cambiado de sitio), subimos las mencionadas escaleras corriendo y con sudadera gris incluída, nos hicimos fotos, vídeo (que algún día montaremos y os mostraremos) y dimos saltitos una vez arriba mientras dábamos unos puños al aire. Vamos, lo más pueblerino que cabía esperar de ese momento y lugar. Menos mal que todo estaba lleno de Marciales Ruiz Escribano (Pa servirles) haciendo lo mismo.



Vimos también el Museo de Bellas Artes que, como ya puse en otra entrada, estaba de gañanes hasta la cencerreta haciendo cola para que les dieran su preciada audioguía. Y, tras ver este museo, fuimos a otro museo, el "Franklin Institute". Es así como un Cosmocaixa y fuimos porque pensábamos que ahí tenían el corazón gigante que sale en uno de los capítulos de House (donde sale una profe embarazada en un excursión con los alumnos y piensas que el chunguele le va a dar a ella pero al final le da a un chaval). El caso, que el corazón gigante no era el de House, menudo chasco. Sí, te podías meter dentro y tal y convertirte en un glóbulo rojo que hacía su rutinario recorrido, pero mira, yo sólo conseguí empezar a tener dudas de cómo es el corazón humano, y eso que creía que lo tenía claro...

Después de salir decepcionaicos nos fuimos a dar más vueltas por la city. Era sábado por la tarde-noche y sólo veíamos a gente muy cool sacados de alguna película de Woody Allen. Pero como nosotros no somos prósperos ciudadanos americanos que quedamos para cenar en el loft de unos amigos guionistas de cine y les llevamos de regalo una botella de vino europeo, pues nos fuimos a eso de las 7 y pico de la tarde al hotel y nos tragamos "Bebés contra perritos". Oye, que es un plan como otro cualquiera, eh?

El domingo, tras querer mimetizarnos con la ciudad nos compramos un colacao y nos lo llevamos en un vaso para tomar mientras caminábamos. Lo único que conseguimos, quemarnos la lengua. Tras ese fallido intento de convertirnos en autóctonos, decidimos volver a nuestro papel de turista y nos fuimos a ver todo el chiringo histórico que tienen para gente de nuestra ralea: la Campana de la Libertad y el Liberty Hall (qué guay, qué libre es esta gente). Vimos todo, hicimos las visitas guiadas correspondientes y le sacamos la foto de rigor a la campana rota. Josu aprendió mucho con todos los carteles que encontraba y hasta le tuve que sacar de un vídeo en chino que se suponía que explicaba la historia de cómo se independizó esta gente. (Nota de Josu: oye, que llevaba dos semanas chapando la historia del s. XVIII).



Y así, por hacer un poco recuento de los que vimos durante la tarde del domingo y la mañana del lunes pues... visitamos una bonita exposición de alumnos de Bellas Artes (con el mismo regusto que todas las exposiciones de alumnos de Bellas Artes), paseamos al lado del río que estaba lleno de gente haciendo footing con el último modelo de deportivas (excepto uno, que iba corriendo a pecho descubierto y en chanclas),intentamos subir a la torre del City Hall pero estaba cerrada porque habían tenido un terremoto, fuimos a ver la tumba de Benjamin Franklin, vimos la casa de Betsy Ross (la mujer que bordó la primera bandera americana) pero sólo por fuera porque nos querían cobrar unos cuantos dolarazos por entrar,...



...callejeamos por la zona más antigua de la ciudad (muy bonita, por cierto),...



...vimos dónde estaba situada la casa e incluso el váter de Franklin, nos comimos un bocata en un puesto callejero de comida rápida, hicimos unas fotos a la Pinza y al Love y vuelta para el aeropuerto.



En fin, que Philadelphia es una ciudad bastante chula en la que merece la pena pararse un par de días para visitarla.