miércoles, 16 de noviembre de 2011

Vivan nuestros veteranos

El viernes, Veteran's Day, salimos a conocer Boston. Y sin comerlo ni beberlo, nos encontramos con que había organizada una parada militar. Y, claro, no podíamos perdernos tan yanqui evento. Hay que joderse, que en 10 años que he vivido en Madrid no haya ido nunca al desfile del 12 de octubre y vaya al de Boston, pero bueno, mira, "Tenemos que vivir con nuestras incoherencias" (Tolo, 1995).

Y, claro, al vernos envueltos en la vorágine decidimos convertirnos en unos auténticos patriotas americanos, a ver si con la emoción de los militares nos salía el "GO USA" o "God Bless America" de las pelis.

Ya antes de comenzar la parada, nos hicimos con un buen sitio. Y, casualidad, con un elemento que no puede faltar en la vida de un buen americano:



Comienza la parada: un tanto sosangas, para qué engañarnos. Pero muy americano todo. Los primeros, nuestros amigos los bomberos, que tanto nos ayudan a todos (lo del fuego y esta gente es una relación que nunca comprenderemos). Y, claro, mientras el camionaco pasaba, ahí estábamos nosotros, agita que te agita la bandera, echando gritines americanos. Y los bomberacos, pues nos decían hola. Qué emoción, hasta me sentí un poco americano, fíjate (guiño a la ironía).



Después, algunos militares, jóvenes, viejos... de todo. Pero una parte sorprendente fue encontrarnos con... las academias militares. Tenían a un montón de críos de High School marchando todo orgullosos. Cadetillos, con un sargento que les iba cantando rimas molonas que coreaban, a lo Chaqueta Metálica. Me los imagino en el comedor del instituto con una escena a lo Recluta Patoso con el Donut.



Tampoco podían faltar un buen grupo de amigos de los americanos en tierra extranjera. Ahí teníamos a los chinorris del año pum tan contentos, como "veteranos" Pre-Mao. No se nos ocurre en qué guerra lucharon, como no sea en la de Corea...



Y todo buen desfile, tiene que terminar con un grupo de peña que sigue al desfile. En esta ocasión eran un montón de pacifistas con cartelones al estilo "Despertad, os están engañando", "Traed a nuestros muchachos de vuelta", "Hola, mamá", y cosas por el estilo. Era muy curioso ver el orgullo de unos y otros, defendiendo sus ideales.



Os dejamos con, cómo no, otra escena de Los Simpsons que parodia cómo muchos acaban entrando por comida de tarro y luego se dan cuenta de que no querían estar ahí.

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