domingo, 27 de mayo de 2012

Muchachada around the world. Hoy... Salt Lake City

Saludos desde el Wild West, muchachada. Esta semana vamos a estar un poco menos activos que en otras ocasiones. Estamos haciendo acopio de chorradas que contaros en otro interesante viaje. No podía faltarnos a nuestras experiencias hacer realidad otro mito de nuestra infancia: dar una canasta de emparedados de mantequilla de maní al oso Yogui. Sí, estamos en Yellowstone, una pasada de parque. Ya os contaremos. Hoy os dejamos con otro lugar en el que hemos vivido una auténtica experiencia religiosa: Salt Lake City, Utah.

Salt Lake City, además de haber sido sede de los JJOO de invierno, es la capital mundial de unos personajes por todos conocidos...



¡Los mormones! Estos simpáticos muchachos que todos alguna vez hemos evitado (menos Mikel que les aguantó la chapa hasta que le regalaron el libro de Mormón, claro), tenían que salir de algún sitio. Aquí, en Salt Lake City está su base. Resulta que en 1852 los americanos echaron de su territorio a los mormones por considerar peligrosa su religión. Y como no tenían a dónde ir caminaron hasta llegar a un sitio que nadie quería: un lago salado. Y a pesar de que vivir al lado de un lago salado es un poco ful, prosperaron, ¡y cómo!

En Salt Lake City hay muchas cosas que visitar: Temple Square, y Temple Square. Esto de Temple Square es la sede de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la Iglesia de los mormones. Esto es como si os vais al Vaticano: hay mucha pasta. Pues aquí, como capital de su religión, también hay pasta, y eso que su Iglesia es pequeña.



En Temple Square hay montones de edificios multiuso: sala de conferencias, biblioteca especial, oficinas para coordinar la religión a nivel mundial, y una iglesia que tardaron 40 años en construirla.



Pero lo que más destaca de todo Temple Square es el centro de visitantes, donde te explican cómo se creó su religión, cuáles son sus pilares, cómo está montado todo el chiringuito... Para eso usan sencillos cuadros con pasajes de la Biblia, como éste de Adán y Eva. (La primera vez que los vemos con más ropa que una hoja de parra, sí que tenían pasta en este Edén).


También utilizan dioramas con todos los profetas de la Biblia, además de los propios de su religión: Mormón, un jefe indio del s. I; y Joseph Smith, un chaval de la América del s. XIX. Todos los dioramas están muy estudiados, con figuras, escenario, vídeos y Dolby Surround con música épica.


El caso es que sigues avanzando hasta que te encuentras en lo más alto del edificio, con un argumento irrebatible para gran parte de los creyentes del mundo mundial:


Para rematar, llegamos a otro edificio, donde, en parejas, simpáticos mormones te intentaban convertir. Imaginaos si es difícil en España esquivarles. Pues ahora pensad que no había una pareja, eran por lo menos cuatro o cinco. Menos mal que estaban evangelizando a otros y debían estar consiguiéndolo, porque varias familias miraban muy atentas unos vídeos que les habían puesto. Aquello era como un concesionario:
- Hola, queríamos mirar nuevas religiones, a ver qué modelos tienen.
- Sí, mire, esta es la nuestra. Pase a ese sofá para que le pueda mostrar las características. Podrá comprobar que tenemos algo para toda la familia, y su salvación está garantizada.
- Ah, sí, vale, nos encantará conocer esas interesantes cualidades. ¿Dónde está el vídeo?

En fin. Que a nosotros tanto despliegue de medios, además de varios cientos de fieles que celebraban bodas casi nos convencen. Menos mal que, en el último momento, vimos de dónde salió el Libro de Mormón: Jesús, al resucitar, visita América, donde le hace una serie de revelaciones a Mormón, un jefe indio; el jefe lo escribe en unas tablas de oro y lo entierra; 1800 años después a Joseph Smith se le aparecen Dios y Jesús, que le chivan dónde está escondido aquello; lo desentierra, lo traduce de una lengua incomprensible bajo el influjo divino y, ale, Libro de Mormón al canto. Demasiada información que procesar en sólo 20 minutos.

Eso sí, la bondad que destilan estos muchachos se transmite a todas las partes de su ciudad. Y, por primera vez en EEUU, nos hemos encontrado una ciudad en la que el transporte en el centro es gratuito, todo está limpio y ordenado, y se respira como una paz especial. Homer, esto es la calle de la piruleta, del país de la gominola.

jueves, 24 de mayo de 2012

Chica americana, sigue tu estrella interior

Paseando por Chicago, nos encontramos una tarde con un montón de gente que salía de una tienda con bolsas con el cartel "American Girl". Qué será eso, vamos a ver. Entramos en una tiendaca enorme, llena de muñecas y accesorios, todo un mundo de ñoñería sin límites.


Nos invadió entonces una mezcla de sorpresa, curiosidad y, a mí al menos, ganas de salir corriendo de aquel lugar. Pero la curiosidad ganó.

Resulta que las muñecas en cuestión no son unas muñecas cualesquiera, no. Hay varios modelos diferentes que representan siempre a una niña de 9-11 años, americana, a la que le ha tocado vivir en una época importante de la Historia de EEUU. Así tenemos a la de la Revolución, la Guerra Civil, la Gran Depresión o las Grandes Guerras. Y para hacer algo actual, cada año tienen una "chica del año", con foto de una niña a la que visten como la muñeca. Esta es McKenna, la gimnasta del 2012.



Todas ellas tienen sus propias historias, siempre les pasan cosas interesantísimas, como que sus amigas del cole no les ajuntan, que se han mudado a una nueva ciudad y no hay escuela de ballet o que el campeonato de gimnasia rítmica este año es muy difícil. Vamos, lo que le motiva a la niña americana, todo reunido en sencillos cuentos.

Además de los libros, cada muñeca tiene accesorios. Una barbaridad de ellos, todos "baratísimos". Entre los accesorios tenemos ropa, complementos, animales, mobiliario,... todo de la época. Hasta ropa real, la misma línea de ropa que tiene la muñeca puedes comprártela para ir vestidita igual que ella.


Pero la mejor parte viene cuando las niñas pueden crear una muñeca propia. Y se puede personalizar todo, para hacer una muñeca igualita a la niña. Tenían hasta un estudio de fotografía en la tienda para ponerte en un fotomontaje con tus heroínas americanas. Ahí tenéis a la nueva muñeca: Margota, ¡que siempre sigue su estrella interior!



En fin, que todo esto estaría muy bien si no lo hubiéramos visto ya antes. Y es que estas muñecas son sospechosamente parecidas a una muñeca patria. Una muñeca que nació 50 años antes que las American Girl, y que se parece en tamaño, personalización, complementos y hasta historia. Por una vez se nos han ocurrido las cosas antes que a los americanos. Gracias Mariquita Pérez.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Muchachada around the world. Hoy... Key West

Bueno, bueno, bueno, Key West, Cayo Hueso, qué emoción más grande. Todo el año estaban los americanos diciéndonos que Key West molaba, que era un sitio muy diferente de Miami, que las puestas de sol eran hermosísimas, que si el ambientazo de la zona, que si la abuela fuma... En fin, nos lo habían vendido muy bien. Y ya dijimos, oye, a lo mejor va a ser verdad.

Y fíjate por donde que sí, que era verdad... pero para el filtro de los americanos, que tienen un gusto digamos... local, por muy grande que sea el país. No es por echarnos el pisto, pero los europeos tenemos vistas otras cosas que el cartón piedra americano no puede ni soñar. Vamos a contaros qué es esto de Key West.

Key West está al sur de Florida, en una zona de islas conocida como "Los Cayos". Es una islita pequeña, dicen que pueblo de pescadores pero... ejem, espera que tosa un poco. Creo que vimos, a ver... espera... sí, 0 barcos pesqueros. Muchas barcas de recreo para pesca de particulares, pero poco barco de pescadores, poco puerto y menos pescado. Primer mito desmontado.

Otro de sus puntos fuertes es ser el punto más al sur de los EEUU continentales. Y todos tienen el título de "Southernmost", hasta el supermercado es el "más al sur de los EEUU". Pues enhorabuena chavales. Estuvimos en un mojón que, ya ves tú, tampoco tenía nada del otro mundo. Estaba petadísimo de turistas que hacían cola bajo un calor del infierno. Así que nos pusimos al ladito, que no había nadie, y venga: fotaca.



Donde no había nadie y sí que nos hizo ilusión estar (qué raros somos) fue en el principio de la US-1, la carretera que va desde aquí hasta Canadá. Ilusión porque vivimos al lado de la US-1 aquí en Miami. Es como nuestro segundo hogar.



Más cosas de Key West: los puestos callejeros. ¿Conocéis Benidorm o similar en Levante? Pues ya conocéis cómo son los puestecitos de Key West. A otra cosa.

Key West tiene edificios muy famosos, como un faro, la casa de uno que se dedicaba a expoliar galeones españoles hundidos o, esta vez sí, algo relativamente conocido: la casa donde vivió Hemingway durante 8 años. La verdad es que el tío se lo montó bien. Menudo caserón, y menudo estudio donde escribir. Esto sí que merece la pena verlo si venís por aquí.



Vamos con otro mito: "Las playas de los Cayos son fabulosas". Eso dicen todos. Bueno, las de algunos Cayos, porque las de Key West no lo son. Tiene tres playas, cada cual más estrecha que la anterior. El paisaje sí que parece como de película, pero es básicamente como todo lo que hay por aquí: fachada. La playa está petada de peña, huele a peces, y cuando te bañas ves por qué: hay "algún que otro" pez muerto, señal inequívoca de la excelente calidad de las aguas. Creo que me quedo con Miami Beach.

Bueno, a algunos les hace ilusión casarse en este punto tan al sur de EEUU. Así que las autoridades montan un chiringuito en la playa con unas sillas de plástico, una pérgola con flores, y listos para la boda.


Luego ya vimos cómo funcionaba, radicalmente opuesto a lo que haya en España. Estuvimos hablando con la juez de paz: 7 bodas tenía para ese día. Aquí cada cual alquilaba el material que quería, lo había en varias calidades, se llevaba a 20 invitados a la playa, se casaban y ya está.

Pero es que atentos a los invitados. Teníamos por un lado al gorritas blanco, que llevaba camisa y guantes blancos también, una mezcla entre Michael Jackson y Tamariz. Todo un personaje. Pero no se le quedaba atrás el mata-cocodrilos, que acudía a la boda con sombrero de pantano australiano, camisa con motivos salvajes, bermudas de explorador, calchetos blancos, playeras y, en la mano, una cosa con lo que quiera que beban los matacocodrilos (¿licor destilado de manglar del sur?). En fin, que menudas pintas para ir a una boda.


Pero lo que sí tiene "fama mundial" son las puestas de sol en Key West. En el paseo se reúne una marabunta para ver ponerse el sol en un sitio muy romántico. Bueno, si es romántico ver atardecer rodeado de gañanes bebe-cervezas y entretenido por todo tipo de actores callejeros, vale, era romántico.

No pudimos comprobarlo porque se nubló, y adiós invento. A nosotros nos gustó más el atardecer del viernes, que lo vimos desde el puente de las 7 millas, que une dos Cayos. Y mola, la verdad es que sí. Ahí tienen razón los americanos: el atardecer en el mar, desde cualquier sitio del mar, es una maravilla.

martes, 22 de mayo de 2012

Home Run

Potro, esta entrada va por ti. Hoy hemos avanzado un poco más en los 4 grandes. Por desgracia se nos ha pasado el arroz, y no vamos a poder ver el hockey, pero por fin hemos ido a... ¡el béisbol!



Bueno, pues ahí que hemos estado. Hace un mes en Miami estrenaron un nuevo campo de béisbol. Oye, hay que reconocer que todo un señor estadio. Cubierto, con capacidad para más de 30.000 espectadores... y con aire acondicionado, como debe ser. El estadio estaba bien, porque toda la típica zona para moverse entre secciones está abierta al campo, y te puedes detener a contemplar el partido mientras aguardas que te sirvan suculentos manjares.



Aparte del estadio era curioso todo lo de la comida. Todo tipo de comida rápida para todos los gustos, pero un poco de todo, como siempre. Para los americanos era uno de los puntos fuertes del estadio, la calidad de la comida. Tengo que reconocer que al menos no sabía a fritanga barata. Con lo que no hemos querido atrevernos es con el casco de nachos (1ª opción del menú). Hubiera sido todo un puntazo hacerse con el caso de Homer, pero no ha habido valor. Estamos flojos últimamente.





El partido en sí... bueno, un partido de béisbol. El Potro nos avisó de que era algo lento. Y ya los mismos americanos nos dijeron que el deporte era... bueno, la excusa para reunirse, charlar con los amigos, tomar algo, y... de cuando en cuando, echar un vistazo a lo que pasaba en el campo. Tan peñazo era que, de cuando en cuando, escuchabas a alguien gritar mucho... y resulta que estaban reunidos en el bar entorno a una pantalla de tele viendo el baloncesto.

¿Y por qué la gente sigue yendo? Pues porque cada dos por tres te ponen una musiquilla de esas que parece que toca un tipo con un Casio. Pues sí. De verdad. Hay un tío con un piano Casio que toca la musiquilla para que la gente aplauda. Su pieza más socorrida, la del segundo 40. Cuando la tocaba Marga y yo no podíamos más que terminarla con el... ¡Poder perruno!



En fin, que la gente se estaba montando su propio show constantemente, bailoteando, y haciendo el memo para sobrellevar las 3 horas largas que ha durado el partido. Hasta hemos tenido un Homer bailón, un tipo loqueras que se ha puesto a hacer bailes raros en mitad del pasillo, se ha quitado la camiseta, y ha hecho la competencia a las propias animadoras. Puro espectáculo americano.



lunes, 21 de mayo de 2012

Centro de formación de patriotas: La motivación

La motivación es parte fundamental en el sistema educativo americano. Lo primero es que la moral de las huestes esté bien alta para que puedan rendir. Por eso en los colegios americanos no se duda en usar cualquier medio al alcance con tal de que el crío esté como una moto y rinda a tope. Hasta aquí estamos de acuerdo.

Pero esto que ha llegado a mis manos... no sé yo cómo catalogarlo. El salto cultural es demasiado amplio como para describirlo yo solo. Ayudadme por favor. Esta es la idea:

1) Queremos motivar a los niños para el FCAT y hacemos un vídeo musical animándoles a sacar buenas notas. Traemos a todo el claustro para participar una mañana.

2) Para el vídeo elegimos una canción de moda, y le cambiamos la letra para que diga algo así como "amo mi cole", "estamos destinados a brillar", "toca el cielo", "vamos a sacar la nota máxima".

3) Ponemos el vídeo a los niños, que se lo creen y trabajan como cosacos.

Bien, de entrada una idea original  y motivadora. Ahora veamos cómo esta ideaca se aplica en EEUU.

La canción elegida es de una cantante llamada Nicki Minaj. Un auténtico ejemplo de esfuerzo y de valores típicamente familiares.

Ponemos como promotora y protagonista a la directora del cole (la señorita de rosa para entendernos). Una señora que debe levantarse unos $100.000 anuales. Y ahí está, en su salsa. Le secundan las maestras. Que se lo creen, es que se lo creen. Ojito, que toda la gente del vídeo es el claustro, no son actores. ¡Qué jóvenes! Sí, son las maestras. La edad media en algunos colegios es de 27 tacos.

Elegimos un vestuario adecuado para un colegio, y todos a bailar.



Ahora yo me imagino haciendo esto mismo con mis compañeros del colegio. Al día siguiente no sé cómo podrían mirarme a la cara, ni ellos, ni los niños, ni sus padres. Imaginad a vuestros profes del cole haciendo lo del vídeo. ¿Os quedaría algún respeto por ellos?

Puedes hacer otros vídeos motivadores con cancionacas como "El twist de mi colegio" (Parchís) o... no sé, "I'm sexy and I know it", por ejemplo. Haces el vídeo tan contento, pero luego resulta que no te explicas cómo un crío de 6 años se atreve a cantar esa fea canción a una niña, y le expulsas. Y, claro, a echarnos las manos a la cabeza y "Save the children".



En fin, que este país es un caos, no hay quien lo entienda. Ahí va el vídeo original del primer temazo. Altamente recomendado para todos los menores que os rodean.

domingo, 20 de mayo de 2012

Rema, rema, marinero

No, hoy no venimos a hablaros de una nueva aventura en el barco de Oscar. Hoy os venimos a hablar de nuestra última aventura en nuestro querido bólido, que por un día se ha convertido en barquito.

Resulta que esto de la estación húmeda nos sigue dando alegrías. Hoy hemos ido a Miami Beach a pasar el día y, de paso, conocer el nuevo piso de Nacho y Raquel (¡gracias por la invitación!)

El caso es que hemos decidido irnos cuando un trueno de estos que parte el cielo ha sonado. Hemos salido corriendo de su casa, y hemos llegado al coche cuando unos goterones enormes nos atacaban. Bien, estamos a salvo. ¡Ja! Sólo acabábamos de superar el Level 1 del videojuego del día.

El puente que une Miami Beach con Miami ya estaba fino de coches. Y frente a nosotros se veían rayos y centellas en un paisaje bastante parecido a esto:


Ha habido un momento en el que no veíamos ni la carretera, sólo seguíamos al de delante. Miami, la ciudad paradisíaca, en cuanto llueve un poquito (bueno, un muchito), ya no se ve la carretera. Ah, a todo esto, un nuevo ruidito en una rueda se había añadido a nuestra no poca incertidumbre.

Una vez superado el Level 2, el Level 3 del videojuego ha consistido en: ¡encuentra la salida rápidamente! Cuando estábamos cerca de nuestra salida ya vemos un cartelón que dice: salida cerrada. Joder, qué hacemos, que la pantalla sigue moviéndose y nos pilla: ¡a Brickell!

Una decisión poco sabia como os mostraremos ahora. No sabíamos nosotros que Brickell, cuando llueve mucho, tiene un tramo de calle que le da por acumular el agua. Y ahí que nos hemos metido. De los charquitos hemos pasado a los charcazos y luego al lago. En el vídeo os podéis hacer una idea.



Bueno, era parecido, pero no igual. Porque el agua estaba más alta, a los coches grandes les cubría los bajos, y era de noche. A lo que había que sumar 3 BMW parados (¿qué les pasa a esos coches?) en medio de la carretera.

Y por si no fuera poco, nos hemos sentido auténticos marineros cuando un megatanque todo-terreno ha pasado como Pedro por su casa a todo trapo haciendo una "olita" que nos ha pasado por encima del coche. Sí, sí, por encima. Y ha movido el coche como si estuviéramos en el barco de Oscar. Level 4 superado.

El malo final era un último lago. Sí, lago. Con semáforo en rojo incluido. Así que, con el culo bien apretado y los dedos cruzados dando ánimo al coche, otro valiente y nosotros nos hemos saltado el semáforo (no venía nadie, palabrita) para no quedarnos varados en el medio de aquel océano.

Al final hemos cruzado a la voz de "¡El coche no tira!". Era por el agua que estábamos empujando, no porque el motor se estuviera parando. El coche se ha portado como un titán y nos ha traído sanos y salvos a casa. Parece que no tiene daños, excepto que se ha quedado como afónico el claxon. Mañana comprobaremos los daños en el mecánico.

Nuestro Ford, coche americano, ha superado esta gran prueba. Los alemanes han sucumbido ¡Viva América!

jueves, 17 de mayo de 2012

Matar moscas a cañonazos

A lo largo de estas dos últimas semanas han llegado a nuestra querida Miami dos cosas: las lluvias y los bichos.

Las lluvias empiezan a ser comunes cada par de días. Se empieza todo a nublar, se forman unas nubes negras que asustan al más valiente y a lo largo de media tarde se tira tronando como si se fuera a caer el cielo hasta que, de hecho, se cae en forma del más temible aguacero. Si vas conduciendo pierdes de vista al coche de alante, sólo ves las débiles luces de los semáforos y si vas en el carril de la derecha vas provocando una cascada tras otra. Menos mal que no suele haber gente andando por la acera. Y si por casualidad, eres uno de los poco que camina (llamémosle homeless, universitario o Josu y Marga), la lluvia cae en forma de ducha en la cual te puedes hasta lavar el pelete. Fijo que se te queda suave, suave.

Pero lo que más nos ha sorprendido es la llegada en masa de los bichos. Está claro que si sumas calor más humedad es igual a bichos. Bichos por todas partes, de todos los tamaños, con alas o que saltan, pero eso sí, toooooodos pican.

A nosotros, esta última semana no ha habido día en el que una manada de minibichines saltanines nos invada la bañera al atardecer. ¿De dónde salen? Ni idea, salen porque sí, ya está, no hay otra explicación. Pero a veces vienen acompañados de esas hormigas con alas que lo único para lo que creo que sirven es para morirse o para aparecer moribundas listas para morirse. En fin, lo que está claro es que todos estos bichos mueren con el spray matacucarachas, comprobado.

El caso es que esto de que a estas alturas de año aparezcan bichos en casa debe ser bastante común. Y lo digo porque últimamente es difícil pasar un día sin ver una casa envuelta. Sí, como en las pelis, lo mismo. Aquí vas conduciendo tan tranquila y de pronto ves una casa que parece un regalo. Completamente envuelta. Y encima suele ser con lonas a rayas con colores chillones, no sé si para hacer creer a los niños que ha llegado el circo y que pueden pasar o para alertar del peligro. Con esta gente nunca se sabe.


La historia está en que las deben envolver de madrugada porque cuando pasas por las mañanas aparecen ya así. Todavía no he visto el hecho en sí del envolvimiento. Se ve que lo hacen pronto para pillar a los bichos dormidos y no dejarles escapatoria. Luego las deben fumigar con una nube verde hiper tóxica y a eso de media tarde la familia puede volver feliz a su dulce hogar libre de criaturas desagradables y cenarse un buen cubo de sabrosas alitas del Kentuky.

En fin, ya veis que estos americanos no dejarán nunca de sorprendernos. Tienen siembre unas ideacas tremendas para solucionar a lo grande los pequeños problemas cotidianos. Creo que todavía no han descubierto esas cosas cuadradas negras que suelen estar detrás de las puertas de los hogares españoles que sirven para matar cucarachas...

miércoles, 16 de mayo de 2012

Centro de formación de patriotas: Pasando lista

Lo de pasar lista es más viejo que la tos. De pequeños, en el colegio los profes nos pasaban lista de uno en uno los primeros días, hasta que nos conocían. Y, más adelante, dejaban a un niño encargado de pasar lista, o directamente cuando veían un hueco soltaban la mítica frase: "¿Quién falta hoy?", y rellenaban el parte de asistencia. En mi cole de España tenemos que entregar el parte una vez al mes.

Pero para los americanos esto de la asistencia es mucho más importante, tienen que tener muy claro quién está en el colegio, quién ha llegado tarde, quién se va antes de la hora... en fin. ¿Por qué? Porque además de tener informados a los padres, o de controlar que el niño asista, el tema de la responsabilidad legal es aquí demasiado gravoso para que le pase algo al chaval y no quede claro si estaba o no en el colegio.

Así que los americanos se ponen manos a la obra de dos maneras: control y prevención del absentismo.

Control

El control de la asistencia es, en algunos distritos, impresionante. Os cuento el caso de mi colegio. Los niños pueden llegar de 8 a 8:30 al colegio. A las 8:30 las maestras tienen 15 minutos para pasar lista, de uno en uno, y rellenar un formulario online indicando si el chaval está, ha llegado tarde o falta (y si es justificada la falta o no). A las 9 el formulario debe estar subido a Internet.

A partir de las 8:30 se monta un dispositivo especial en recepción. Los chavales deben pasar por ahí para entrar al colegio, y les ves esperando tranquilamente en fila. El recepcionista rellena un parte de retraso en una chequera con copia. A los niños les dan una copia para la maestra y la otra, con la hora a la que ha entrado el crío, se queda en secretaría. Ahí va la foto del libro que se usa:



Si un padre tiene que llevarse a su hijo antes de la hora, debe firmar en un libro de registro. Y los que se quedan a las extraescolares también tienen otro libro en el que los padres deben firmar indicando a qué hora han venido a recoger a su hijo. Si no pueden venir ellos, hay que dejar los datos de la persona autorizada, quien tendrá que identificarse.

Prevención

Para la prevención utilizan el modo amable y el de caraperro. El caraperro es sencillo: 10 retrasos son una falta injustificada. 10 faltas injustificadas suponen que no puedes matricular a tu hijo el siguiente curso. Nada de poner un asistente social para que ayude a las familias, y tal... nadita. Aquí cortan por lo sano. En algunos casos también hay asistentes sociales, pero no suelen ser tan simpáticos como en España.

El modo amable de prevención se da por el refuerzo positivo de la asistencia. Todos los meses a los niños que han asistido regularmente al colegio se les hace entrega, con toda pompa y circunstancia, de un diploma de asistencia perfecta. El clásico certificado de asistencia que en España tiras a la papelera nada más salir por la puerta es parte de la vida misma aquí. Hay certificados hasta por haber asistido todos los domingos del mes a catequesis. Y para que veáis lo mucho que les importa, en Internet me he encontrado este certificado de 1919, que guardan como oro en paño:


No sirve para absolutamente nada,... ¿o sí?

Hoy he desayunado con la noticia de un distrito cerca de Miami, que ha montado un homenaje a una alumna por su asistencia perfecta, desde Infantil hasta 2º de Bachillerato. Ni un solo día sin faltar ni llegar tarde al colegio durante 13 años. Ahí va la foto de la agraciada (17 palos tiene, atentos a los efectos de las vitaminas):


Y como estos americanos lo cuantifican todo con recompensas, ahí van los premios que le han dado, todos muy educativos, como siempre:
- Homenaje de las autoridades escolares, superintendente Chalmers incluido.
- Flores.
- Un diploma chachi.
- Beca de $1000.
- Tickets gratuitos para el baile de graduación.
- Regalos varios de los Miami Heat y Miami Dolphins (camisetas, entradas para los playoff,...)
- Tarjetas regalo de las tiendas de la zona.
Lo mejor de todo es que en el evento estaban homenajeando también a los otros 165 alumnos con asistencia perfecta este curso, los elegidos, los mejores patriotas de entre los más de 250.000 alumnos del distrito.

Son los más grandes estos americanos.

martes, 15 de mayo de 2012

El encantador de perros

Hace un añito me dio por ver la tele en inglés para prepararme para entender bien a los americanos. En Miami con el español me hubiera bastado, pero bueno. El caso es que mi programa favorito en inglés era El encantador de perros. Y se me quedó grabada una frase del César Millán, que decía algo así: "Si los americanos se dieran cuenta de que la mejor herramienta para adiestrar un perro es una simple cuerda, se vendría abajo una gran industria." Y qué industria.

En este país es absolutamente increíble la cantidad de chumineces que existen para las mascotas hogareñas. El trato es el siguiente:

- Tú quieres mucho a tu "mejor amigo", ¿verdad?
- Tú quieres educarle muy bien, ¿verdad?
- Tú harías lo mejor por él, ¿verdad?
- Pues si quieres hacerlo, y enseñarle según los últimos descubrimientos científicos, de un modo eficaz y seguro, tienes que comprarle... x, donde x es cualquier objeto inimaginable, y suele correr en paralelo a la estupidez del dueño.

Esto es aplicable a perros, gatos, lagartos, pájaros, peces, y hasta niños. Ahora imagináos todo lo que el americano medio, llamémosle Homer J. Simpson, puede comprar si su estupidez tiende a infinito.

Su tienda favorita será, sin lugar a dudas, PETCO, el gran supermercado para animales. Una gran superficie del tamaño de un supermercado de barrio, donde da gusto entrar porque no dejas de ver chorrada tras chorrada. Y donde no puedes dejar de pensar: ¿y esto para qué sirve?

Además, en PETCO también piensan en los animales. Y hay guardería para los animales mientras compras, y a todos los perretes les regalan una chuche para perros, chuches que a veces dan ganas de comérselas. Así, tus animales quieren volver a la tienda una y otra vez, y antes de salir de casa te pongan carusa de "Papá, ¿me llevas a Petco?".



Hoy nos hemos acordado del Petco porque en el super normal también se encuentran exquisiteces dignas de finos gatetes persas. Y, una vez más, nos han vuelto a sorprender. Hemos encontrado...


...helados para perros. De verdad. Por sólo $3 puedes hacer feliz a tu perro en 4 cómodas tomas. El helado está disponible en varios sabores: menta, cacahuete, y hasta original. ¿Sabrá a helado de verdad? Pero por si acaso no estás totalmente convencido de las bondades del producto, y de lo mucho más que te va a querer tu perro por comprarle esto, en la caja te convencen:
- "Dogsters saluda a toda la gente que celebra a sus mascotas, y a los innumerables voluntarios que alegremente ayudan en el cuidado y bienestar de los animales". (Yo cuido a mi perro, me están convenciendo)
- "Algunas divertidas formas de servir el producto: colóquelo en el suelo, sujete la copa en su mano, o saque el helado y échelo en el bol de su perro" (No se me habían ocurrido ninguna de las tres, fíjate, son expertos)
- "La inspiración detrás de Dogsters son los voluntarios que saben que una persona puede marcar la diferencia, y la gente que supera los retos de la vida cotidiana". (Ahora sí, yo quiero marcar la diferencia y proporcionarle la felicidad a mi cánido, póngame uno de cada sabor)



En fin, este país es un paraíso de chorrazos como pianos. Y nos sigue sorprendiendo el patriotismo de los americanos que compran cualquier cosa con tal de levantar el país. ¡Viva América!

lunes, 14 de mayo de 2012

Muchachada around the world. Hoy... Santa Mónica

Santa Mónica es una ciudad de playa al ladito de Los Ángeles. Y pasear por ella es acordarse permanentemente de películas, series y otras americanadas. Llegamos a Santa Mónica con dos propósitos: bañarnos en el Pacífico, y visitar la playa del pueblo de al lado: Venice Beach. Sí, Santa Mónica y Venice Beach son parte de la misma playa, una muy pero que muy famosa.




En la intro del vídeo, además de ver a las "vigilantes" se ve cómo se debe poner la playa en verano. Como era marzo hacía un frío del carajo, así que sustituimos lo de bañarnos en el Océano con meter los piececicos. Y a las supervigilantes las cambiamos por un tipo con mucha ropa. Eso sí, con su caseta, coche y... ¿eso es un flotador? La playa vacía, pero ahí, hay que mantener el orgullo americano bien alto, y subir corriendo a la caseta, por si hay alguien en peligro.


La playa en sí parece la leche, como todo lo americano. Pero es una playa normal. Bueno, normal normal tampoco, porque es más ancha que el carajo, pero toda la infraestructura de playa que acompaña a la arena era cutre tirando a perrofláutica, especialmente en Venice Beach. Y es que cuando uno se mueve en coche a todas partes no le hace falta concentrar en poco espacio todo. Y las cosas terminan como desangeladas.



Sí que era muy curioso el muelle de Santa Mónica. Estos americanos son muy amigos de los muelles, los pier. En muchas ciudades tienen uno, y en el Pier, como la pesca ya no les funciona bien, y el transporte está en muelles más grandes, los pequeños muelles están dedicados al turismo. En Santa Mónica tienen un parque de atracciones, que no pudimos catar, porque domingo a las 7 de la tarde estaba ya todo chapado. Era demasiado tarde para esta gente. Lo que sí molaba mucho era el atardecer.



Bueno, hubo dos cosas del muelle que sí nos gustaron. La primera, una frikada del 15. Tenían en una sala recreativas del año pum. Y encontré un Time Crisis 1 al que jugué. Mis pagas universitarias gastadas en esta máquina dieron sus frutos: 15 años después aún recordaba de dónde salían los bichos. Pero estaba mal calibrada y me mataron rápido. Lo que me impactó fue encontrar otro clásico, original: Street Fighter II.


Y lo segundo, lo que más nos gustó, fue encontrar el final de la Ruta que hizo nacer en nosotros la idea de venirnos a EEUU. Si el otro día os enseñamos el principio, aquí estaba el final de la Ruta. Así que ya podemos decir que, aunque sólo haya sido parcialmente, nos hemos hecho la Ruta 66.

domingo, 13 de mayo de 2012

Campground weekend

Ayer tocamos cumbre en tema de americanadas. De todas las chorradas típicas que habéis visto hacer a los americanos, de todas las cosas que se os puedan ocurrir, hay una por encima de todas: una noche de campamento asando en una hoguera esas cosas blancas pinchadas en un palo.



En todos nosotros siempre hubo un niño que quiso asar salchichas y comer marshmallows (así se llaman). Y a todos los que hemos sido scout la primera pregunta que nos han hecho era: ¿Y por la noche cantáis canciones alrededor de un fuego mientras asáis nubes?

Ahora podemos decir que sí, lo hemos hecho. Pero no de cualquier forma. Un sueño tan delicado como éste sólo se puede llevar a cabo de la mano de un auténtico profesional en la materia: un Boy Scout of America.

Este fin de semana nos hemos ido a los Cayos para visitar Key West y estar de acampada con Maite y sus hijos: Pablo y Ana. Resulta que cuando nos levantamos el sábado nos encontramos con esto al ladito de nuestra tienda:




Como esto es América se tienen que cumplir todos los buenos prototipos de película. En nuestro caso fue la Banda del patio. Entre los troperos que pululaban había un friki con pecas, un gordo y un larguirucho gafotas sabelotodo que nos saludó desde lo alto de un castillo con un "Hola. This is the only thing I know in Spanish".



No pude apagar mi curiosidad y me presenté. Allen, el jefe scout, era el arquetipo de scout americano. Ya os contaremos las diferencias entre scouts en América y España. Me costó 15 minutos de conversación llegar hasta LA pregunta: "Oye, ¿y vosotros hacéis marshmallows por la noche?" Me dijo que sí, ¡que sí! Y que hablaríamos.

Ya llegó la noche, y después de pelearnos para hacer un mísero fuego, pudimos asar salchichas en un palo. Aunque los scouts americanos tenían una fogata enorme (la culpa la tiene la legislación española que no nos deja hacer fuegos en el campo), disfrutamos como niños.



El momento cumbre llegó cuando nos pusimos con los marshmallows y le enseñamos al jefe scout el primero. Su respuesta, muy educada: "Bueno, a mí me gustan menos quemados". Dejó a un lado nuestro marshmallow carbonizado tamaño estándar y sacó una bolsaza llena de marshmallows XL. Y nos enseñó cómo se hace de verdad.

Se pincha uno en un palo, se pone al lado del fuego, pero no encima de la llama. Y se le da vueltas para que se dore un poquito. Luego, ya muy profesional, se pone entre dos galletas "Graham cracker" (a mí me sabían a María Fontaneda) con un poco de chocolate Hershey's (en versión española Nestlé Extrafino) y a comer.

¿A qué sabe? Aquella esa la mierda casera más pegajosa que se pueda fabricar. Como se te ocurra tocarlo hasta que no te laves te sigues pegando a todas partes. Y es una bomba de azúcar. Las muelas rechinan y el colesterol se regocija. Pero es como el "tomacco", aunque sepa a dulce mierda quieres uno más, hasta que tu pobre estómago dice "otro más, no", y decides agradecerle el esfuerzo bebiéndote media garrafa de agua para que pase.

En fin, una delicia para los niños, una tradición para los scouts y un gran negocio para los dentistas. América genera oportunidades para todos.

jueves, 10 de mayo de 2012

Centro de formación de patriotas: La Feria de Arte

Ya sabemos de dónde saca nuestro colegio la pasta. Hoy hemos tenido el honor de asistir a la feria de arte. Y feria, nunca mejor dicho. Porque aquello tenía más de feria que de arte.

La idea, en teoría, es mostrar a los padres los progresos de sus retoños en diferentes facetas. Hace dos años los niños prepararon unos cuadritos especiales en la hora de arte, se expusieron en el colegio y luego se vendieron. Hasta aquí algo similar a lo que se puede hacer en España. Pero vamos a jugar a las diferencias:

1) La Feria ya no se hace en el colegio. Este año se ha hecho en un banco. Sí, sí. Una sucursal bancaria enorme ha cedido sus instalaciones gratuitamente, para potenciar la comunidad. Esto es España es impensable, que alguien que no sea el Ayuntamiento te ceda algo porque sí. 1-0 ganan los americanos.

2) El Colegio ha alquilado unas mesas con mantelitos muy elegantes para exponer los cuadros de los niños. Ha hecho publicidad del evento y han acudido muchos padres. Bien por América: 2-0.

3) Los cuadros se vendían a $15 la unidad. El destino del dinero es "unknown" (desconocido). Sí, se sabe que es para el colegio, pero no hay ningún proyecto concreto donde vaya a parar. Si a eso le añadimos el factor de que el colegio lo gestiona una empresa privada... En España somos más transparentes. 2-1.

4) Además de los cuadros, el Colegio se ha encargado de que hubiera comida y bebida, previo pago. Pero gestionada por empresas conocidas. Ahí teníamos a la pizzería del barrio, una ludoteca-cafetería, un bar y hasta el 100 montaditos de la esquina. Sí, sí, un 100 montaditos que ha llevado unos pocos montaditos. Oye, qué bien. Sí, claro. Para los padres que han pagado por una pulsera todo-incluído. Verídico. En España si hay comida la pone el colegio pero lo de cobrar a los padres... 2-2.

5) En el circo comercial que se habían montado había también una china vendiendo unos jarrones por el método de "subasta silenciosa". La puja comenzaba en $75. Otro pollo tenía un puesto de kárate, y el Banco había puesto su publicidad también. De cualquier cosa hay que sacar negocio, hasta para aparcar han salido de la nada un gordo y un mindundi, han plantado un cartelón y se han puesto a cobrar $6. En España no se mezcla el cole con los comercios (por ahora). Gol para España. 2-3.

6) Un compañero me dice: "tenía que haberte avisado para que trajeras otra camisa, porque esa lleva el logo del colegio y con el logo no puedes beber porque están los alumnos". ¡Genial! ¿Y si me pongo otra camisa puedo mamarme delante de los alumnos que no pasa nada? Golazo para España. 2-4.

En fin, que esto ha sido todo un espectáculo. Está clarísimo que los americanos lo que tocan lo convierten en un negocio. Son expertos en hacerlo y no les da nadita de reparo. Convierten el templo en un mercado.

Lo que me da pie a presentaros otro blog muy risas. Un tipo que se dedica a poner títulos chorras a obras de arte. Genial. Os dejamos con un cuadro que nos viene al pelo con la escena de Jesús echando a los mercaderes:  ” Cristo metiéndole a un notas ” (La primma hostia dil messiah) Giotto



miércoles, 9 de mayo de 2012

Centro de formación de patriotas: Querido profesor

Esta semana en el colegio es un tanto especial. Como ya terminamos el FCAT, pues aquí tonto el último, y no se hace absolutamente nada. Hoy los niños han tenido un Field Day, que para ellos es la bomba. Y que consiste en salir al parque a jugar una gymkhana de bases. Pobres... En fin, que me voy del tema.

El caso es que, como hay que rellenar, esta semana en todo Miami se celebra el Teacher Appreciation Week. Vamos, como el día del profe, pero toda la semana. Y hoy ha sido el día central. ¿Y qué se hace? Pues poca cosa, aparte de que los niños te están trayendo memeces todos los días, pequeños regalitos. Ya me han traído un cuaderno, golosinas, bombones, tarjetas regalo para que me tome un bocata y un café... pero la mejor parte viene de la directora. Nos ha preparado toda una semana de jugosos acontecimientos.

El lunes comenzamos con un desayuno. En la biblioteca nos puso zumo, café, bollería variadita... y así íbamos todos, por el pasillo con nuestro "breakfast". No os penséis que a los niños les dábamos mucha envidia. De cuando en cuando ellos también tienen sus desayunos a todo trapo.

Ayer martes nos obsequió con un "vale" para escaparnos un día de la última semana de cole al mismo tiempo que los chavales. Si no, tenemos que quedarnos un par de horitas más. Ya ves tú, para lo que vamos a hacer esa semana...

Hoy nos ha regalado a cada uno un neceser bordado con nuestro nombre de pila. Mira qué bien, voy a poder tirar mi ranci-neceser de Mahou 5 estrellas.

¿Y qué nos esperará mañana? No lo sabemos, pero asegura que vamos a salir diciendo "Oh, boy!". Misterio...

Para el viernes ya sabemos que nos va a invitar al lunch, que fijo que son sandwiches y sushi. Dudo que nos aparezca con pollos asados...

Pero el regalo chachi es la invitación al Seminole Hard Rock Hotel & Casino. Un casino indio que hay cerca de aquí, con todo tipo de lujos. Nos ha invitado a todos los profesores a pasar dos noches, del 7 al 9 de junio, para celebrar que el curso se ha terminado. ¿De dónde sale la pasta? Mañana voy a un evento donde seguramente sacaré algo de información. Ya os contaré.



En fin, que todo esto está muy bien. Pero yo no me muero tranquilo hasta que los alumnos no me canten el Querido Profesor como a Don Matías. (Queremos a Don Ñañitas...) Pero lo quiero con chucho en la clase, niños vestidos por sus madres y con niño zampabollos a punto de reventar. Malditos Parchís, qué alto pusisteis el listón.

martes, 8 de mayo de 2012

Mi adorado hijo

Acabamos de volver de casa de Maite, otra profesora visitante como yo, y nos contaba la Primera Comunión a la que asistieron el domingo por la tarde.

Para empezar, el "niño" tenía ya 13 palos. Una edad un poco extraña. Máxime cuando la semana pasada en mi colegio varios niños de 2º celebraban también su comunión. Y hemos oído de otros que la reciben con otras edades. Vamos, que aquí cada cual hace lo que le sale del pie, como siempre.

El caso es que la invitación, cursi como ella sola rezaba: "Doña XXX tiene el placer de invitarles a la celebración de la Primera Comunión de mi adorado hijo Jaimito." (sí, con errores de concordancia, ellos son así).

Llegaron a la celebración, en casa, como mandan todos los cánones americanos. Y allí se encontraron con:
- Una fuente de chocolate en cascada que llegaba hasta el techo.
- Una mesa de 2 metros con 42 variedades diferentes de queso.
- Tres pantallas gigantes con unos 200 títulos con los últimos videojuegos de PS3 y XBox360.
- Una fotógrafa que estuvo toda la tarde trabajando, y que nada más entrar, al más puro estilo parque de atracciones, te hacía una "foto de familia" con el niño.
- Bandejas de comida caliente.
- Camareros sirviendo canapés entre los invitados.
- Una carpa con muebles y lámparas de jardín.
- Un tipo que te hacía cócteles.
- Barra libre.
- Y, para agradecerte tu presencia, un recordatorio, con la fecha y el nombre del niño en un marco de plata italiana. Con certificado de autenticidad. Calculamos, a ojo de buen cubero, unos $25-$30 el marquito.

Ah, y por supuesto, más de 200 invitados a tan magno evento, amiguitos del colegio incluídos.

Todo para celebrar a su "adorado hijo". ¿Y qué recibirá la criatura cuando se case? O mejor, ¿cuando se gradúe? En fin, estamos investigando otra celebración horterísima que pensábamos que era sólo de los sudamericanos, pero los norteamericanos también la tienen. Ya os contaremos más adelante detalles.

Ahora, os dejamos con este vídeo, en el que se refleja perfectamente cómo deben abrirse los corazones de estas adoradas criaturas al recibir al Señor. Benditos Simpsons.

lunes, 7 de mayo de 2012

Muchachada around the world. Hoy... Chicago

Quería reservarme esta entrada para algo más adelante, pero veo que sois varios los que estáis preparando ya viajes para haceros las américas este verano, y antes de que tengáis todo cerrado queríamos hablaros de esta ciudad, que se ha convertido en nuestra favorita nº 2, sólo por detrás de Nueva York. (Aunque San Francisco era también muy bonita...)

Chicago es... a ver... la leche. Sí. Así. Es una ciudad que surgió más tarde que las del este del país. Está situada a la orilla del lago Michigan. Y tiene un afluente del Mississippi al ladico, así que desde finales del XIX, se convirtió en el modo de llevar todos los cultivos del Mississippi hacia el noreste del país, a través de una red de canales. ¿Y qué? Pues que tienen dinero, mucho dinero.

Resulta que a finales del s. XIX un incendio asoló la mayor parte de la ciudad. Y como había que reconstruirla, y tenían mucha pasta, empezaron a hacer edificiacos del carajo, cada cual de un arquitecto más molón que el anterior. Y así nació una ciudad que para un estudiante de arquitectura, un amante del arte o cualquiera al que le gusten las películas es imprescindible en EEUU.



El centro de Chicago está en el Loop, una zona en la que el metro elevado hace circulitos. Por toda esa zona hay montones de edificios, de los que no vamos a poner foto porque hay muchísmos, y como quieras verlos todos en un día... no podís.

Además de edificios, en la principal arteria, la Avenida Michigan, hay tiendas y obras de arte. Las tiendas ya os las imagináis. Os ponemos aquí una fotico de obras de arte. Al lado del Art Institute (un museo bastante decente) hay un parque majísimo, el Millenium Park. Y la estrella es este boloncho, la judía o la nube:


Oye, una chorrada enorme pero que te absorbía el coco de mala manera. Te buscabas, mirabas los edificios, hacías fotos en posturas raras... en fin, muy majo.


Otra de las cosas que se puede hacer en Chicago es ver su skyline. Qué emoción ver la dichosa imagen en la realidad después de años de tormento tragándonos al brasas del Urkel que vivía en Chicago.




En fin, todo un fin de semana que estuvimos, que se nos hizo algo corto, pero en una ciudad que merece mucho la pena. Especialmente si la visitáis en verano, porque nosotros fuimos en abril y no veas el frío que hacía, sobre todo cuando soplaba el aire, es decir, siempre.

Ah, y por fin pudimos empezar a cumplir el sueño original que nos trajo a América: hacer la Ruta 66. La estamos haciendo, pero de otra manera. Otro día os contamos más sobre Chicago, que da para mucho.


domingo, 6 de mayo de 2012

Marineros de agua dulce

Menudos estamos hechos. No hay manera de hacer un viaje en el velero en condiciones. Ayer volvimos a salir por tercera vez con Oscar a navegar. Si en la primera ocasión casi nos chocamos con unos corales y en la segunda con un puente, en esta tercera ocasión, ante la insistencia, ya conseguimos chocarnos contra algo. Esta vez, contra los muelles de los supercargueros.

Nos acompañaban nuestros amigos Nacho y Raquel, y el objetivo era salir por la bocana del puerto de Miami, a unas 3 millas de nuestro muelle, y salir por primera vez a mar abierto hasta una barrera de corales y poder hacer algo de tubo (snorkel que le llaman por aquí).

El camino comenzó bien, y ya nos adentramos en el canal de los barcos grandes. Por ahí pueden pasar cruceros, cargueros de contenedores,... barcos tochos de verdad. De hecho, segun íbamos avanzando, veíamos unos y otros barcos, unas enormidades inmensas, qué miedo... ¿Y qué pasó?





Comenzaron las casualidades. Primero intentamos avanzar a vela, pero Marga y yo no hacíamos suficientemente rápido los cambios de dirección, y teníamos el viento de proa, así que era complicado. Seguimos a motor un rato, hasta que el motor se paró. Y a los pocos minutos, después de un par de maniobras fallidas... nos empezamos a acercar mucho a un muro... Oye, cambia la vela, cambia, ¡cambia! A babor, ¡¡¡que nos chocamos!!! Y sí, nos chocamos.

A nuestra izquierda teníamos un muelle bastante alto, con unas boyas del tamaño de mi salón (a mí me parecían así de grandes), y un agujero por debajo del muelle, que menos mal que la marea estaba alta, que si no ahí que nos metemos. A base de brazos intentamos frenar la hostia que nos dimos a 3 nudos de velocidad, pero nada... ¿Qué nos pasó?

Bueno, el barco no se hizo mucho daño. Nosotros tampoco, tranquilos. Lo mejor fue que desde arriba del muelle se empezaron a asomar los obreros, y cuando vieron que estábamos bien, mientras mascaban su almuerzo, se oían comentarios del pelo de "¿Por qué llevan un velero si no saben manejarlo?" o "Si es que se veía venir". De todo menos ayudar.

Terminamos remolcados por la barquita de pescadores más miserable que pasaba por allí (los únicos que se preocuparon un poco, ¡gracias!), volviendo a puerto sin poder ver los corales, y con Oscar cabizbajo porque, según él, que remolquen a un velero un día perfecto para navegar era vergonzoso.

Menos mal que nos resarcimos luego con una barbacoa bien amarraditos, y que vimos una iguana (otro bicho tachado de la lista) y vimos, aunque muy de refilón... ¡un manatí! Vimos los morritos y la cola de una pareja de manatís. Qué ilusión. Se han dado prisa, 10 meses... En fin, a ver si conseguimos la próxima vez salir al mar sin incidentes y vemos, por fin, manatís en condiciones.

jueves, 3 de mayo de 2012

Muchachada around the world. Hoy... Bahamas

En mi infancia estas imágenes ocuparon un lugar primordial en mi mente:



Yo veía aquellas palmeras, aquellas playas, aquellos bikinis, dándole al coco todo el día... y decía, yo quiero ir ahí. Bueno, pues hace un mes cumplí ese sueño: visitamos Freeport, Gran Bahama.

Ahora qué queréis que os cuente, ¿la verdad o la verdaaad?




Comencemos por la verdaaad. Bahamas es un paraíso de la leche. Aguas cristalinas, playas blancas con palmeras en el borde, barcos anclados en turquesas bahías donde puedes bañarte entre barreras coralinas, mozas que te sirven un cóctel en un coco, turistas dorándose al sol, fauna marina a tuti, navíos hundidos, actividades deportivas de alto riesgo, pueblos de pescadores pintados de colorines, vegetación tropical, veladas al calor de una hoguera, verano todo el año, conchas en las que puedes escuchar el mar...





Y ahora vamos con la verdad. La verdad es que la isla pues... tiene sus playas, con su aquel, pero en muchos momentos nos recordó a Denia. El tiempo que hacía... pues era verano de gota fría valenciana.


Las mozas que te servían algo en un coco eran un moreno llamado Jaimie o similar, y feo o gordo. Que además nos intentó hacer una gracia el primer día, y como no le entendimos ya no nos ajuntaba. Las mozas en la playa eran unos mariquitiquis sesentones con camisas de flores hawaianas, que habían quedado para su congreso anual del club del pepino, a lo Brokeback Mountain, en algún cuevero de la isla.

Fuimos a visitar el pueblo de pescadores, que consistía en un montón de turistas, por un pueblo (de colores, eso sí) medio desvencijado, con cocina típica del lugar como "Zorba el griego", y cocos a $10 rellenos de zumito rico. Volvimos al hotel en un barco que olía a gasolina pensando en la velada. Y llegamos a las 21:15 para descubrir que el concepto de velada nocturno se termina para esta gente a las 9 de la noche. Menos mal que por lo menos la luna no se la habían llevado. Y ahí que nos quedamos viendo las brasas. Qué diver...

El último día conseguimos ir a la playa después de que saliera el sol. La fauna marina... vimos una raya pasar en 3 días. Los deportes eran subirse a un plátano de goma y ser arrastrado por una lancha, o un voley playa en el que el rango de edad era: de 9 a 99, como los Falomir juegos. El submarinismo costaba $150, y en la versión barata no vimos ni un coral, porque había un montón de algas en la orilla. El navío hundido fue un kayak viejo hundido que daba repeluco del bueno, por si el dueño estaba hecho esqueleto debajo. Nos quedaba tomar el sol y darnos un baño.

Terminamos con las piernas rositas cangrejo, yo cabreado por quemarme las patitas, y Marga también porque el agua estaba fría. Y, además, la posibilidad de ver un tiburón era tan elevada que no quisimos correr riesgos.




En definitiva, nos los pasamos genial, especialmente buscando conchas como gañanes. Y es que, aunque la zona turística estuviera limpia, no había más que irse tres playas más allá para encontrar un gran tesoro. Si es que parece que nos han sacado de un chiste, como siempre. Qué divertido es esto de conocer mundo...


miércoles, 2 de mayo de 2012

John Taylor Gatto

Estos últimos días he encontrado la obra de un tal Gatto. El tipo, Profesor del Año varios años seguidos en Nueva York, decidió renunciar a la enseñanza en 1991 siendo aún profe del año. Escribió un artículo al Wall Street Journal que publicaron a los pocos días de su renuncia. Se hizo famoso entonces. Os pego la traducción del artículo al final de la entrada. El caso es que, aun siendo sus obras bastante apocalípticas, al menos en lo que hemos visto, a veces razón no le falta. ¿Qué hemos visto? Todo esto...

Los niños americanos están entrenados como auténticos autómatas. Muchos de ellos están tan entrenados para estarse sentaditos que con 7 años no saben casi ni correr. Hoy mismo me decían que aquí es costumbre llevar a los niños en carrito (y lo vimos hace días) hasta que tienen unos 4 años. En Disneyworld puedes alquilar carritos para llevar al niño (y lo hacen). Para el que se niega a estar sentadito hay dos soluciones: iPad o pastillita (el niño es hiperactivo, sabe usté...)

Sin recreo en el colegio, ni plazas cerca de casa, les cuestan mucho las relaciones sociales. En el colegio lo he visto las pocas veces que me he atrevido a jugar con ellos a pañuelo. Se echan a llorar al primer roce o si pierden.

La educación que reciben es de auténtica sardinita: tests de múltiples opciones semanales, caramelos o certificados constantes como premio, listas de honor del director, sociedades nacionales de honores,... Se les entrena en sacar mucho dinero: por llevar vaqueros, para una excursión, por los niños con leucemia, para el planeta, venta de donuts o pizza, galletitas scout o entradas para la función escolar... Se les entrena también en el consumo: comida del McDonalds como premio por hacer los deberes, revistas Time para niños gratis, celebraciones en pizzerías o boleras por haber recaudado mucho dinero,...

Los adultos tampoco se quedan atrás: están programados para consumir televisión a saco; en los eventos deportivos comen todo tipo de mierdas; el drive-through del McDonalds está lleno las 24 horas; están todo el día celebrando fiestas; son expertos compradores de absolutamente todo; en vez de desayunar en casa, prefieren pasar por una cadena de comida rápida y tomar un café y una pieza de bollería; todo el mundo vive a crédito y, aunque no tengan para comer, el iPhone o el iPad no le falta a nadie (hasta los niños de 8 años lo tienen)... La lista en el país del consumismo no tiene final. Aquí hay de todo, para todos, a cualquier hora. Sólo hace falta dinero, mucho dinero ( si hace falta 2 trabajos por persona para pagar todo eso, se tienen).

Así que después de conocer a los americanos, no me extraña que haya críticos como Gatto. Y te hace pensar seriamente si no le faltará razón al hombre y, sobre todo, si en España no estaremos siguiendo el mismo camino que los americanos. Ahí os dejo el artículo para que valoréis las perlas de este señor.

La escolarización gubernativa es la más radical aventura de la historia. Mata la familia al monopolizar la mejor época de la niñez y al enseñar la falta de respeto por el hogar y los padres. El diseño completo del proceso escolar es egipcio, no griego o romano. Proviene de la idea teológica de que el valor humano es una cosa escasa, representada simbólicamente por la estrecha punta de una pirámide.

Esa idea pasó a la historia norteamericana a través de los puritanos. Encontró su representación «científica» en la curva de campana, a lo largo de la cual se distribuye el talento según alguna Ley de Hierro de la Biología. Es una idea religiosa, la Escuela es su Iglesia. Ofrece rituales para mantener la herejía a raya. Suministra documentación para justificar la pirámide celeste.

Sócrates previó que si la enseñanza llegase a ser una profesión formal, algo como esto pasaría. El interés profesional es servido haciendo que parezca difícil lo que es fácil, subordinando el laicado al sacerdocio. La Escuela es un proyecto de empleo, proveedor de contratos y protector del orden social, demasiado vital para permitirse a sí mismo ser «re-formado». Tiene aliados políticos que vigilan su marcha, por eso las reformas vienen y van sin cambiar demasiado. Incluso los reformadores no pueden imaginar la escuela de forma muy diferente.

David aprende a leer a los cuatro años. Rachel, a los nueve. En un desarrollo normal, cuando ambos tienen 13, no se puede decir quién aprendió primero: los cinco años de diferencia no significan nada en absoluto. Pero en la escuela etiquetó a Rachel como «incapacitada para aprender» y también hizo perder velocidad a David. A cambio de un cheque de nómina, ajustó a David para que dependa de mí para decirle cuándo tiene que continuar y cuándo tiene que parar. No superará esa dependencia. Identificó a Rachel como mercancía de descuento, pasto de «educación especial». Estará para siempre atrapada en su sitio.

En 30 años de enseñar a chicos ricos y pobres casi nunca encontré un niño incapacitado para aprender. Tampoco encontré apenas alguna vez alguno dotado y con talento. Como todas las categorías escolares, estos son mitos sagrados, creados por la imaginación humana. Derivan de valores cuestionables que nunca examinamos porque conservan el templo de la escolarización. Ese es el secreto tras los tests de respuestas concisas, timbres, bloques uniformes de tiempo, clasificación por edades, estandarización y todo el resto de la religión escolar que castiga a nuestra nación. No existe una forma correcta de educación, hay tantas como huellas digitales. No necesitamos profesores certificados por el Estado para que haya educación: eso garantiza probablemente que no la habrá.

¿Cuánta evidencia más hace falta? Las buenas escuelas no necesitan más dinero o un año más largo. Necesitan elecciones reales de libre mercado, variedad dirigida a cada necesidad y que asuma riesgos. Tampoco necesitamos ni un curriculum nacional ni una evaluación nacional. Ambas iniciativas surgen de la ignorancia de cómo aprende la gente o de la indiferencia deliberada a ello. No puedo enseñar de esa manera más tiempo. Si sabe de algún trabajo donde no tenga que dañar críos para vivir, hágamelo saber. Para el próximo otoño estaré buscando trabajo.

martes, 1 de mayo de 2012

Muchachada around the world. Hoy... Los Ángeles

Siempre quise ir a LA, dejar un día esta ciudad...

Bueno, la verdad es que tampoco teníamos tantas ganas como la canción. Sergio y Enrique nos insistieron en ir a visitarla y, al final, ha sido una cosa curiosa.

Los Ángeles es una megaurbe. Desde que estábamos en las cercanías hasta que llegamos al hotel pasaron casi 2 horas por autopista. Antes de entrar estábamos un tanto acojonados por eso de no llevar GPS en el coche. Pero, querida muchachada, aquí las carreteras están hechas para los americanos. Vamos, que están muy bien señalizadito todo. Entre el tradicional mapa de carreteras y las indicaciones que habíamos visto antes de salir con Google Maps pudimos llegar bien a nuestro destino.

A la ciudad le encontramos dos puntos turísticos de interés: Hollywood Boulevard y Beverly Hills 90210 & friends.

Hollywood Boulevard es una calle que, cuando la ves, te sorprende. Y no muy gratamente, vamos a ser sinceros. De hecho por la noche, una vez se van retirando los turistas, la calle tiene un aspecto... curioso.

En Hollywood Blvd además de todas las tiendas relacionadas con el cine, tenemos dos sitios famosos: el teatro Kodak (que hoy ya no se debe llamar así), y el teatro Chino.

El Kodak, previo pago de nosecuanto, se puede ver en detalle. Pero nos conformamos con las escalinatas que hay dentro, con los nombres del Oscar a la mejor película de cada año en las columnas. El resto del teatro era un centro comercial con un batiburrillo de culturas milenarias que... en fin. Una horterada de primer orden.



El teatro Chino tiene a la entrada las típicas manos y dedicatorias de los actores. Ahí te tiras un buen rato busca que te busca y encuentras las huellas de muchos que ni conoces. Justo enfrente del teatro había mogollón de peña haciendo el memo disfrazados de cosas. Había 2 Mary Poppins, 3 Bumblebee, 2 Jack Sparrow, y algún Mickey despistado. En fin, entretenido. Nos encontramos las manos de Will Smith, y al día siguiente decidimos ir en busca de la mansión del tío Phil.



El vídeo que atormentó nuestras infancias, adolescencias y juventudes no da prácticamente pistas. Así que buscamos por Internet "casas de famosos". Menudo timo. 5 que fuimos a ver, 5 que no existían las direcciones. También había tours que te las enseñaban, pero como para creértelo. Mira, esta es la de Perico de los palotes, ¡oooh! Y fijo que nos quedaríamos tan contentos. En cualquier caso, las casitas que había por la zona la verdad es que eran la leche. Pero nos quedamos con las ganas de ver a un famoso en pijama sacando la basura.

Beverly Hills y Bel-Air están al ladito. Y no tienen NADA que ver con Hollywood Blvd. De hecho, el Boulevard termina en Beverly Hills. Y es cambiar el barrio y pega todo un cambio exageradísimo, todo limpito limpito.

El summun del pijerío, donde nos sentimos casi cucarachas, fue Rodeo Drive. La calle con las tiendas más caras del país era solo digna de Julia Roberts.



El cine, por cierto, engaña mucho. En Pretty Woman el hotel parece que está a tomar por saco de Rodeo Drive. Pues no, está justo al lado. No pude evitar acercarme por el hotel, a ver si veía al director barbitas.



En fin, toda una experiencia los contrastes de la ciudad. ¿Merece la pena venir hasta aquí? Hombre, pues si no se conoce EEUU yo diría que no. Hay otras muchas cosas que ver antes. Pero, mira, para pasar el rato no está mal. Otro día os hablaremos de Santa Mónica Beach y los vigilantes de la playa.