miércoles, 23 de mayo de 2012

Muchachada around the world. Hoy... Key West

Bueno, bueno, bueno, Key West, Cayo Hueso, qué emoción más grande. Todo el año estaban los americanos diciéndonos que Key West molaba, que era un sitio muy diferente de Miami, que las puestas de sol eran hermosísimas, que si el ambientazo de la zona, que si la abuela fuma... En fin, nos lo habían vendido muy bien. Y ya dijimos, oye, a lo mejor va a ser verdad.

Y fíjate por donde que sí, que era verdad... pero para el filtro de los americanos, que tienen un gusto digamos... local, por muy grande que sea el país. No es por echarnos el pisto, pero los europeos tenemos vistas otras cosas que el cartón piedra americano no puede ni soñar. Vamos a contaros qué es esto de Key West.

Key West está al sur de Florida, en una zona de islas conocida como "Los Cayos". Es una islita pequeña, dicen que pueblo de pescadores pero... ejem, espera que tosa un poco. Creo que vimos, a ver... espera... sí, 0 barcos pesqueros. Muchas barcas de recreo para pesca de particulares, pero poco barco de pescadores, poco puerto y menos pescado. Primer mito desmontado.

Otro de sus puntos fuertes es ser el punto más al sur de los EEUU continentales. Y todos tienen el título de "Southernmost", hasta el supermercado es el "más al sur de los EEUU". Pues enhorabuena chavales. Estuvimos en un mojón que, ya ves tú, tampoco tenía nada del otro mundo. Estaba petadísimo de turistas que hacían cola bajo un calor del infierno. Así que nos pusimos al ladito, que no había nadie, y venga: fotaca.



Donde no había nadie y sí que nos hizo ilusión estar (qué raros somos) fue en el principio de la US-1, la carretera que va desde aquí hasta Canadá. Ilusión porque vivimos al lado de la US-1 aquí en Miami. Es como nuestro segundo hogar.



Más cosas de Key West: los puestos callejeros. ¿Conocéis Benidorm o similar en Levante? Pues ya conocéis cómo son los puestecitos de Key West. A otra cosa.

Key West tiene edificios muy famosos, como un faro, la casa de uno que se dedicaba a expoliar galeones españoles hundidos o, esta vez sí, algo relativamente conocido: la casa donde vivió Hemingway durante 8 años. La verdad es que el tío se lo montó bien. Menudo caserón, y menudo estudio donde escribir. Esto sí que merece la pena verlo si venís por aquí.



Vamos con otro mito: "Las playas de los Cayos son fabulosas". Eso dicen todos. Bueno, las de algunos Cayos, porque las de Key West no lo son. Tiene tres playas, cada cual más estrecha que la anterior. El paisaje sí que parece como de película, pero es básicamente como todo lo que hay por aquí: fachada. La playa está petada de peña, huele a peces, y cuando te bañas ves por qué: hay "algún que otro" pez muerto, señal inequívoca de la excelente calidad de las aguas. Creo que me quedo con Miami Beach.

Bueno, a algunos les hace ilusión casarse en este punto tan al sur de EEUU. Así que las autoridades montan un chiringuito en la playa con unas sillas de plástico, una pérgola con flores, y listos para la boda.


Luego ya vimos cómo funcionaba, radicalmente opuesto a lo que haya en España. Estuvimos hablando con la juez de paz: 7 bodas tenía para ese día. Aquí cada cual alquilaba el material que quería, lo había en varias calidades, se llevaba a 20 invitados a la playa, se casaban y ya está.

Pero es que atentos a los invitados. Teníamos por un lado al gorritas blanco, que llevaba camisa y guantes blancos también, una mezcla entre Michael Jackson y Tamariz. Todo un personaje. Pero no se le quedaba atrás el mata-cocodrilos, que acudía a la boda con sombrero de pantano australiano, camisa con motivos salvajes, bermudas de explorador, calchetos blancos, playeras y, en la mano, una cosa con lo que quiera que beban los matacocodrilos (¿licor destilado de manglar del sur?). En fin, que menudas pintas para ir a una boda.


Pero lo que sí tiene "fama mundial" son las puestas de sol en Key West. En el paseo se reúne una marabunta para ver ponerse el sol en un sitio muy romántico. Bueno, si es romántico ver atardecer rodeado de gañanes bebe-cervezas y entretenido por todo tipo de actores callejeros, vale, era romántico.

No pudimos comprobarlo porque se nubló, y adiós invento. A nosotros nos gustó más el atardecer del viernes, que lo vimos desde el puente de las 7 millas, que une dos Cayos. Y mola, la verdad es que sí. Ahí tienen razón los americanos: el atardecer en el mar, desde cualquier sitio del mar, es una maravilla.

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