jueves, 17 de mayo de 2012

Matar moscas a cañonazos

A lo largo de estas dos últimas semanas han llegado a nuestra querida Miami dos cosas: las lluvias y los bichos.

Las lluvias empiezan a ser comunes cada par de días. Se empieza todo a nublar, se forman unas nubes negras que asustan al más valiente y a lo largo de media tarde se tira tronando como si se fuera a caer el cielo hasta que, de hecho, se cae en forma del más temible aguacero. Si vas conduciendo pierdes de vista al coche de alante, sólo ves las débiles luces de los semáforos y si vas en el carril de la derecha vas provocando una cascada tras otra. Menos mal que no suele haber gente andando por la acera. Y si por casualidad, eres uno de los poco que camina (llamémosle homeless, universitario o Josu y Marga), la lluvia cae en forma de ducha en la cual te puedes hasta lavar el pelete. Fijo que se te queda suave, suave.

Pero lo que más nos ha sorprendido es la llegada en masa de los bichos. Está claro que si sumas calor más humedad es igual a bichos. Bichos por todas partes, de todos los tamaños, con alas o que saltan, pero eso sí, toooooodos pican.

A nosotros, esta última semana no ha habido día en el que una manada de minibichines saltanines nos invada la bañera al atardecer. ¿De dónde salen? Ni idea, salen porque sí, ya está, no hay otra explicación. Pero a veces vienen acompañados de esas hormigas con alas que lo único para lo que creo que sirven es para morirse o para aparecer moribundas listas para morirse. En fin, lo que está claro es que todos estos bichos mueren con el spray matacucarachas, comprobado.

El caso es que esto de que a estas alturas de año aparezcan bichos en casa debe ser bastante común. Y lo digo porque últimamente es difícil pasar un día sin ver una casa envuelta. Sí, como en las pelis, lo mismo. Aquí vas conduciendo tan tranquila y de pronto ves una casa que parece un regalo. Completamente envuelta. Y encima suele ser con lonas a rayas con colores chillones, no sé si para hacer creer a los niños que ha llegado el circo y que pueden pasar o para alertar del peligro. Con esta gente nunca se sabe.


La historia está en que las deben envolver de madrugada porque cuando pasas por las mañanas aparecen ya así. Todavía no he visto el hecho en sí del envolvimiento. Se ve que lo hacen pronto para pillar a los bichos dormidos y no dejarles escapatoria. Luego las deben fumigar con una nube verde hiper tóxica y a eso de media tarde la familia puede volver feliz a su dulce hogar libre de criaturas desagradables y cenarse un buen cubo de sabrosas alitas del Kentuky.

En fin, ya veis que estos americanos no dejarán nunca de sorprendernos. Tienen siembre unas ideacas tremendas para solucionar a lo grande los pequeños problemas cotidianos. Creo que todavía no han descubierto esas cosas cuadradas negras que suelen estar detrás de las puertas de los hogares españoles que sirven para matar cucarachas...

2 comentarios:

  1. El típico de todo a lo grande elevado a la enésima potencia..... Acojonante la bilbainada de precintar una casa, hacer de ella el Mauthausen de los insectos, y por la tarde todo limpio, como si nada. ¿Y si les entran ratas? ¿Qué hacen? ¿Bombardean la casa?

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  2. Se las comen, Jonzu. Los McDonalds nacieron así.

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