Chicago es... a ver... la leche. Sí. Así. Es una ciudad que surgió más tarde que las del este del país. Está situada a la orilla del lago Michigan. Y tiene un afluente del Mississippi al ladico, así que desde finales del XIX, se convirtió en el modo de llevar todos los cultivos del Mississippi hacia el noreste del país, a través de una red de canales. ¿Y qué? Pues que tienen dinero, mucho dinero.
Resulta que a finales del s. XIX un incendio asoló la mayor parte de la ciudad. Y como había que reconstruirla, y tenían mucha pasta, empezaron a hacer edificiacos del carajo, cada cual de un arquitecto más molón que el anterior. Y así nació una ciudad que para un estudiante de arquitectura, un amante del arte o cualquiera al que le gusten las películas es imprescindible en EEUU.
El centro de Chicago está en el Loop, una zona en la que el metro elevado hace circulitos. Por toda esa zona hay montones de edificios, de los que no vamos a poner foto porque hay muchísmos, y como quieras verlos todos en un día... no podís.
Además de edificios, en la principal arteria, la Avenida Michigan, hay tiendas y obras de arte. Las tiendas ya os las imagináis. Os ponemos aquí una fotico de obras de arte. Al lado del Art Institute (un museo bastante decente) hay un parque majísimo, el Millenium Park. Y la estrella es este boloncho, la judía o la nube:
Oye, una chorrada enorme pero que te absorbía el coco de mala manera. Te buscabas, mirabas los edificios, hacías fotos en posturas raras... en fin, muy majo.
En fin, todo un fin de semana que estuvimos, que se nos hizo algo corto, pero en una ciudad que merece mucho la pena. Especialmente si la visitáis en verano, porque nosotros fuimos en abril y no veas el frío que hacía, sobre todo cuando soplaba el aire, es decir, siempre.
Ah, y por fin pudimos empezar a cumplir el sueño original que nos trajo a América: hacer la Ruta 66. La estamos haciendo, pero de otra manera. Otro día os contamos más sobre Chicago, que da para mucho.
Como mola la judia esa del Kapoor eh? toda su obra parecen puertas a dimensiones un poco yonkis, pero con estilo.
ResponderEliminarNadie más se ha preguntado por qué vive un niño gitano en la casa de Steve Urkel? Miradlo, si les esta robando la amoto.