martes, 1 de noviembre de 2011

Muchachada around the world. Hoy... Philadelphia



Uy! no. Muchachada around the world. Hoy... Philadelphia.



Ahora sí. Pero vamos, que a mí me hablas de Philadelphia y sigo pensando en el queso de untar...

Empecemos el capítulo de hoy. Como sabéis, estuvimos hace un par de findes allí y vimos varios topicazos por los que esta ciudad es conocida, aparte de por el susodicho quesete. La primera de todas, en la que estaréis pensando más de uno, es nuestro querido, valiente, luchador y noble Rocky. Vimos la escultura (sí, todos creéis bien, antes estaba en la parte alta de las escaleras mirando hacia la ciudad, pero ahora la han cambiado de sitio), subimos las mencionadas escaleras corriendo y con sudadera gris incluída, nos hicimos fotos, vídeo (que algún día montaremos y os mostraremos) y dimos saltitos una vez arriba mientras dábamos unos puños al aire. Vamos, lo más pueblerino que cabía esperar de ese momento y lugar. Menos mal que todo estaba lleno de Marciales Ruiz Escribano (Pa servirles) haciendo lo mismo.



Vimos también el Museo de Bellas Artes que, como ya puse en otra entrada, estaba de gañanes hasta la cencerreta haciendo cola para que les dieran su preciada audioguía. Y, tras ver este museo, fuimos a otro museo, el "Franklin Institute". Es así como un Cosmocaixa y fuimos porque pensábamos que ahí tenían el corazón gigante que sale en uno de los capítulos de House (donde sale una profe embarazada en un excursión con los alumnos y piensas que el chunguele le va a dar a ella pero al final le da a un chaval). El caso, que el corazón gigante no era el de House, menudo chasco. Sí, te podías meter dentro y tal y convertirte en un glóbulo rojo que hacía su rutinario recorrido, pero mira, yo sólo conseguí empezar a tener dudas de cómo es el corazón humano, y eso que creía que lo tenía claro...

Después de salir decepcionaicos nos fuimos a dar más vueltas por la city. Era sábado por la tarde-noche y sólo veíamos a gente muy cool sacados de alguna película de Woody Allen. Pero como nosotros no somos prósperos ciudadanos americanos que quedamos para cenar en el loft de unos amigos guionistas de cine y les llevamos de regalo una botella de vino europeo, pues nos fuimos a eso de las 7 y pico de la tarde al hotel y nos tragamos "Bebés contra perritos". Oye, que es un plan como otro cualquiera, eh?

El domingo, tras querer mimetizarnos con la ciudad nos compramos un colacao y nos lo llevamos en un vaso para tomar mientras caminábamos. Lo único que conseguimos, quemarnos la lengua. Tras ese fallido intento de convertirnos en autóctonos, decidimos volver a nuestro papel de turista y nos fuimos a ver todo el chiringo histórico que tienen para gente de nuestra ralea: la Campana de la Libertad y el Liberty Hall (qué guay, qué libre es esta gente). Vimos todo, hicimos las visitas guiadas correspondientes y le sacamos la foto de rigor a la campana rota. Josu aprendió mucho con todos los carteles que encontraba y hasta le tuve que sacar de un vídeo en chino que se suponía que explicaba la historia de cómo se independizó esta gente. (Nota de Josu: oye, que llevaba dos semanas chapando la historia del s. XVIII).



Y así, por hacer un poco recuento de los que vimos durante la tarde del domingo y la mañana del lunes pues... visitamos una bonita exposición de alumnos de Bellas Artes (con el mismo regusto que todas las exposiciones de alumnos de Bellas Artes), paseamos al lado del río que estaba lleno de gente haciendo footing con el último modelo de deportivas (excepto uno, que iba corriendo a pecho descubierto y en chanclas),intentamos subir a la torre del City Hall pero estaba cerrada porque habían tenido un terremoto, fuimos a ver la tumba de Benjamin Franklin, vimos la casa de Betsy Ross (la mujer que bordó la primera bandera americana) pero sólo por fuera porque nos querían cobrar unos cuantos dolarazos por entrar,...



...callejeamos por la zona más antigua de la ciudad (muy bonita, por cierto),...



...vimos dónde estaba situada la casa e incluso el váter de Franklin, nos comimos un bocata en un puesto callejero de comida rápida, hicimos unas fotos a la Pinza y al Love y vuelta para el aeropuerto.



En fin, que Philadelphia es una ciudad bastante chula en la que merece la pena pararse un par de días para visitarla.

1 comentario:

  1. jajaja que chula la foto de las escaleras!! y en el love alguien a grafiteado pene.

    que bueno lo del mismo regustillo de las exposiciones, jaja tienes toda la razon del mundo. Hace poco fui a una tambien de alumnos y si que lo sentí...(uno de los cuadros valía 400 pavazos)

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