Y el hambre me ha hecho fijarme en algo en lo que no había caído. Más que cualquier otra cosa, en Miami se puede encontrar una amplísima variedad de establecimientos de comida basura. Y encima, es que les encanta.
Todo comienza por la mañana, cuando voy paseando al colegio. Paso por delante del McDonalds, y no sé cómo lo consiguen, pero tienen el local lleno. ¡A las 7:30 de la mañana! De allí ves salir a satisfechos americanos con una bolsita de papel y un café. El café. Este café:

Yo pensaba que los americanos desayunaban un megabreakfast a base de gachas, huevos revueltos y torres de tortitas. Pues no, otro mito a la basura. Se toman su McCafé y, a veces, una rosquilla rosa.
Este vaso debe ser el mayor invento del siglo para los americanos: ¡Un vaso que lo coges y no quema! Y ahí salen con su café, y se dedican a pasearlo por donde pillan. Y tan orgullosos están que les da igual quién venga. Como si el Papa viene a visitarles. Si es la hora del café ellos se van con su café encima. No tienen la delicadeza de decir: "Su Santidad, ¿quiere un café?". No. Ellos se lo restriegan, que bien elegantes que son los vasitos de las narices.
Después del café pasan a media mañana a su "snack". Pero lo de media mañana es literal. Algunos "comen" a las 10:30. Y se meten entre pecho y espalda lo primero que pillan, véase: pizza fría del día anterior, un sandwich guarro, una salchicha arrugada, un poco de queso en barritas (como las de una termoselladora, pero en queso), pataticas fritas, lo que sea. Pero no os penséis que todos juntos, no, una cosica y ya está.
La siguiente comida que se echan al cuerpo es como a eso de las 4. Digo yo, no les he visto, pero es lo que yo hago. Que llego con tanta hambre que me echo al buche una "madalena" o un "curasán" mojado en leche. Bueno, quien dice uno, dice cinco, que hay mucha hambre para las 4. Joder, qué pasa. Que casi no como nada antes...
Y luego llega la cena. Y dices: vale, si no desayunan fuerte, cenarán fuerte. Pues tampoco. ¿Qué cenan? Seguimos sin saberlo bien. Suponemos que algo congelado metido en el aceite que acumulan para su jubilación en la freidora. Bueno, también les vemos a raudales en los McSitios de McComida. Pero nos negamos a creer que es su única dieta. De todas formas, en el súper nos cuesta encontrar comida digna.
Así que en nuestra ansia de parecer buenos americanos, nos hemos hecho un ranking de las mejores opciones alimenticias para el americano medio. Todas las opciones están cocinadas en extraños brebajes químicos que las hacen oler bien y los vende una dicharachera mascota (si no, no les gusta). Éste es el ranking, de peor a mejor, que así hay emoción.



El tercero por abajo... McDonalds. Todos sus McSabores son McNeutros. Están entre el jugoso sabor a carne americana y el de los periódicos del domingo (mojados con el mismo agua que el perro). Pero bueno, da alegría. Por lo menos el puto payaso Ronald no te miente, y te vende algo parecido a lo de España.


Hemos convertido en una costumbre (3ª semana consecutiva) ir a celebrar que es viernes al Five Guys. El último viernes descubrimos que las patatas las freían en aceite de cacahuete. Creemos que está prohibido en varios países, pero sabe rico. El resto debe cocinar las patatas en aceite de coche usado. Resumido en pocas palabras: una delicia para nuestro paladar, notamos cómo nuestras papilas rebosaban placer. Ha sido elegida mejor hamburguesa durante 10 años consecutivos en EEUU, así que por el momento es nuestra mejor elección.
De todas formas, visto lo que come esta gente, no nos extraña que cuando vayan a Europa les engañen con esa historia de la Nouvelle Cuisine. Comen poco, y malo. Y allí les dan poco, pero bueno. Como nuestro conocido Ferrán Adriá. Os dejamos con este vídeo de postre, no os lo perdáis. Está para chuparse los dedos.
P.D.: ¿Habrán descubierto este desayuno los americanos?
Hey pareja, en Donosti acaban de inaugurar el Basque Culinary Center, la universidad de la cocina, ni más ni menos. Van a formar a futuras generaciones de cocineros para seguir dando el palo al personal con la farsa de la nueva cocina ("cosas ocurrentísimas, unos platos que son gilipolleces impresionantes"). Donde esté una XXL del burryking, que se dejen de leches.
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