jueves, 27 de octubre de 2011

Ay el borreguismo, qué malo es.

De viaje por Philadelphia, a parte de acordarnos de Rocky, nos acordamos también, cómo no, de los Simpsons una vez más. Diréis, joé qué pesados, parece que tienen acciones de la Fox y necesitan publicitarlos; pero es que hay demasiados "Simpsons" en esta zona y es inevitable acordarse de ellos.

Esta vez me refiero al capítulo en el que nuestra querida familia va de excursión a un poblado del oeste (luego, más adelante, al abuelo Simpson le revientan los riñones y Homer huye del hospital cuando le van a operar para donarle su riñón. ¿Os situáis, no?). El caso, llegan al pueblo del oeste y se apuntan a una visita guiada donde el guía les explica que antiguamente todo estaba lleno de fulanas, que a su lado derecho pueden observar un atadero donde los vaqueros dejaban a los caballos y que el suelo que están pisando es el original. Y va Marge y le hace una foto, al igual que lo hacen el resto de turistas.


Bueno, pues esto nos pasó igualito este fin de semana. ¡Y dos veces!

La primera en el Museo de Bellas Artes. Pagamos un pastoncio para entrar en la súper exposición de Rembrandt y resulta que de toda la morralla que tenían sólo había 2 ó 3 rembrandts. El resto que si bocetos de fulano o de mengano copiando su estilo. Peeeero la exposición estaba hasta los topes, ¿por qué? Porque te daban una maravillosa audioguía donde grandes "expertos" de tal o cual universidad hacían comentarios sobre los cuadros. Vamos, que a esta gente si le das una audioguía, un vídeo interactivo o un mapa educativo se vuelven chililis, y si encima la información viene corroborada por un experto de la universidad de Massachusetts, ya es el no va más.

A todo esto hay que añadirle que en el resto del museo sólo había gente concentrada delante de un cuadro si el cartelito tenía el simbolito de los auriculares. El resto, vacío. Los girasoles de Van Gogh, vacíos. Claro, no tenían auriculares pintados...


Y la segunda oda al borreguismo fue en el Independence Hall, el edificio donde se firmó la declaración de independencia y la constitución de los Estados Unidos. Una cola de aquí a Lima para ver el edificio que te explicaba un segurata (que parecía el guardabosques del Oso Yogui), en una amena e ilustrativa visita. El edificio por dentro era más feo que el copón pero allí todo el mundo hacía fotos a todo lo que pillaba, salas, sillas, cuadros y hasta el atrezzo de papel con pluma que habían puesto para darle un toque más realista.


En fin, que no pude evitar hacerle un foto al suelo en honor a Marge Simpson.


Que conste que era el original del s.XVIII, ¿eh?

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