SOS Equipo azul

Hay una peli ochentera que para mí siempre ha sido mítica. Es una gran desconocida, pero aún recuerdo la de veces que debí verla imaginándome ser uno de los chicos. Esta es la peli: S.O.S. Equipo Azul.


En la peli, un grupo de chavales que participa en un Campamento en Cabo Cañaveral (existen los susodichos campamentos, damos fe), son lanzados por error al espacio en el transbordador. En fin, que siempre soñé con ser uno de ellos y el domingo pasado hice mi sueño un poquito realidad: estuvimos visitando el KENNEDY SPACE CENTER, nuestra primera visita turística.

Aprovechando el fin de semana del día del trabajo, fuimos hasta Cabo Cañaveral, a 4 horas de Miami, a visitar el chiringuito que la NASA tiene montado. La conclusión a la que llegamos tras la visita fue... cómo explicarlo... "como un parque de atracciones..., a lo sin atracciones".


Hay una chuminez que hacen como que te lanzan al espacio y te hacen creer que estás sufriendo la presión de Match-2, pero que debido a un fallo vas a chocar contra... ¡Zaragoza! Un paraje que debe ser bastante exótico para esta gente. Al final, sólo de casualidad, te salvas. Sí, ¿eh?

Otra de las cosas que más me gustó fue el pabellón de los niños, sí, lo sé, soy así. Tenía que acoplar el módulo a la estación espacial, típico juego chorra en Flash, que no conseguí. Y ahora estoy intentando encontrar algo parecido en Internet para quitarme la espinita. Mi meta es batir el record que tiene un niño de 8 años.

El plato fuerte de la visita era el tour en autobús. Acompañados de hordas de americanos con chanclas y calchetos blancos hasta media pantorrilla, nos metimos en el autobús, donde nos mostraban las bondades de la NASA en un idioma que casi no pudimos entender, pero decían que era inglés.

Nos soltaron en un par de sitios donde veías las plataformas de lanzamiento. Y mientras Marga hacía fotos, mi cerebro no paraba de imaginarse datos y qué pasaría si, además del clásico... si hubiera sido astronauta, entonces...


Luego nos llevaron al hangar donde tenían varias naves reales, entre ellas el cohete que usaban en las misiones Apollo. Pero, curiosamente, para los americanos, lo más valioso del lugar era... tachán, tachán, ... la película y los grasientos aperitivos que servían en el "Moon Café". Olían bien, pardiez. ¿Qué mierda ochentoide les pondrán para que huelan y sepan tan bien?


De vuelta al "Visitor Complex Center" nos dejamos engañar cual ovejas con una lanzadera de plástico que tenían. Sólo les faltaba los astronautas mirándote con cara de... "en 10 segundos voy a palmar, mira qué valiente soy"

Salimos, no sin antes pasar por la megatienda. Brutal. Marga se tuvo que contener para cumplir con nuestro presupuesto de Carpanta. Yo a punto estuve de comprar "SOS Equipo Azul", pero como sólo estaba en inglés... preferí no destruir otro recuerdo de infancia. Me consolé con la foto, digna de paleto de pueblo, con el astronauta de mentira.


Después llegamos al Hall of Fame. Eso estaba muy bien. Una breve historia de por qué los americanos son los mejores en el espacio (qué raro), con objetos reales, historias... bastante bien montado. No nos dió tiempo a visitar demasiado el pabellón, pero estuvo muy interesante.

Acabamos el día metidos en un motel de carretera, en Cocoa Beach, el Oropesa Ciudad de Vacaciones del lugar. Y para cenar, cómo no, no pudimos más que decantarnos por esta delicia: la hamburguesa triple del Wendy's, en honor a la fritanga espacial que no pudimos degustar.


P.D: Algunos afortunados tendrán en su bandeja de spam una foto con la que chantajearnos el resto de nuestras vidas. No olvidéis chequearlo, os podéis llevar una galáctica sorpresa.