martes, 22 de mayo de 2012

Home Run

Potro, esta entrada va por ti. Hoy hemos avanzado un poco más en los 4 grandes. Por desgracia se nos ha pasado el arroz, y no vamos a poder ver el hockey, pero por fin hemos ido a... ¡el béisbol!



Bueno, pues ahí que hemos estado. Hace un mes en Miami estrenaron un nuevo campo de béisbol. Oye, hay que reconocer que todo un señor estadio. Cubierto, con capacidad para más de 30.000 espectadores... y con aire acondicionado, como debe ser. El estadio estaba bien, porque toda la típica zona para moverse entre secciones está abierta al campo, y te puedes detener a contemplar el partido mientras aguardas que te sirvan suculentos manjares.



Aparte del estadio era curioso todo lo de la comida. Todo tipo de comida rápida para todos los gustos, pero un poco de todo, como siempre. Para los americanos era uno de los puntos fuertes del estadio, la calidad de la comida. Tengo que reconocer que al menos no sabía a fritanga barata. Con lo que no hemos querido atrevernos es con el casco de nachos (1ª opción del menú). Hubiera sido todo un puntazo hacerse con el caso de Homer, pero no ha habido valor. Estamos flojos últimamente.





El partido en sí... bueno, un partido de béisbol. El Potro nos avisó de que era algo lento. Y ya los mismos americanos nos dijeron que el deporte era... bueno, la excusa para reunirse, charlar con los amigos, tomar algo, y... de cuando en cuando, echar un vistazo a lo que pasaba en el campo. Tan peñazo era que, de cuando en cuando, escuchabas a alguien gritar mucho... y resulta que estaban reunidos en el bar entorno a una pantalla de tele viendo el baloncesto.

¿Y por qué la gente sigue yendo? Pues porque cada dos por tres te ponen una musiquilla de esas que parece que toca un tipo con un Casio. Pues sí. De verdad. Hay un tío con un piano Casio que toca la musiquilla para que la gente aplauda. Su pieza más socorrida, la del segundo 40. Cuando la tocaba Marga y yo no podíamos más que terminarla con el... ¡Poder perruno!



En fin, que la gente se estaba montando su propio show constantemente, bailoteando, y haciendo el memo para sobrellevar las 3 horas largas que ha durado el partido. Hasta hemos tenido un Homer bailón, un tipo loqueras que se ha puesto a hacer bailes raros en mitad del pasillo, se ha quitado la camiseta, y ha hecho la competencia a las propias animadoras. Puro espectáculo americano.



2 comentarios:

  1. He estado en Portugal, Francia, Italia, Inglaterra, Escocia, Grecia, Bulgaria, Dinamarca, Noruega, Suecia, Marruecos, Chipre, Israel, Líbano, Irak, Siria, Jordania, Yemen, Uzbekistán, India, Ceilán, Nepal, Pakistán, Birmania, Guatemala..., y en ningún sitio he encontrado gente tan diferente a nosotros.

    Definitivamente, son de otro planeta. El señor Spock era realmente de Chicago y no de Vulcano.

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  2. Después de tantos meses, me asombra que sigáis con este impulso explorador de la sociología norteamericana. Ya está. Ya pasó la más insulsa asignatura de la graduación en deportes americanos. Sois unos cracks.

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