lunes, 26 de marzo de 2012

Muchachada around the world. Hoy... San Francisco (I)

Teníamos dos días completos por delante para descubrir esta romántica ciudad, y no nos defraudó ni un poquito. Los dos días nos dedicamos a caminar, y caminar, y más caminar. Y, oye, nos dio tiempo a ver todo lo importante y descubrir también partes poco frecuentadas de la ciudad. Vamos a ver los puntos principales para el turista.

Los lugareños

La gente de San Francisco nos sorprendió. Nuestro primer contacto fue con una taxista con el pelo rosa que no paraba de dar palique, qué brasa, todo el viaje teniendo que atender. De ahí a todos los demás, que eran especialmente "nice". Pero un nice del bueno, no como el de Miami. Se veía gente de todo tipo y condición, todos como en un mundo de paz y armonía. Parecían Homer Simpson en "el país de la chocolata".



Como contraposición, los homeless (sin techo). La ciudad es un hervidero de vagabundos. Los hay por doquier. Cuando uno aprueba la oposición a homeless, hereda un carro de la compra del último homeless muerto. Con suerte, te toca uno que rebosa bolsas de plástico llenas de chumineces valiosísimas. Además, te ganas la plaza. Pero literalmente, porque cada uno tiene su "zona". Debe ir por antigüedad, no lo sabemos. Lo que sí tenemos claro es que en las colinas no había ninguno, porque se les ruedan los carritos y se lo roba un homeless de los que hay abajo esperando. Ahora en serio, hay algunas calles, bastante céntricas, que dan repeluco por la noche. En la ciudad saben que tienen un problema muy serio con los homeless, pero no encuentran solución.

El urbanismo

Lo primero que te llama la atención al llegar es el urbanismo de la ciudad. Las cuestas, las casas victorianas, los tranvías... forman un paisaje que aún no hemos visto en ninguna otra ciudad, y no nos quedan muchas de las grandes... La verdad es que tiene un encanto especial. Y además, está limpio. Tan limpio que tienen un día a la semana en el que hay que despejar cada calle de coches para que la limpien en profundidad. En este punto, un 10.

Hay muchas colinas en la ciudad. La principal y más visitada es Nob Hill, está al lado del turismo y es la que frecuentan los tranvías. De hecho, estos tranvías son más turísticos que otra cosa. Iban petados de peña y costaban el triple que los tranvías no turísticos. Así que preferimos subir las cuestas nosotros mismos a pie. Lo ves con calma y haces ejercicio.

Visitamos dos zonas de cuestas. El primer día nos acercamos a Buena Vista Park. Pocos turistas y unas vistas bastante majas de la ciudad.



Al bajar el parque nos metimos en una zona de película llamada Haight Ashbury (donde se cruzan estas dos calles). Y las casitas... vaya con las casitas que tenía la peña. Todas perfectamente alineaditas en su cuesta, siguiendo su estilo, usando los 12 colores de la caja de Carioca... vamos, una gozada pasear por ahí. Y cuesta abajo, más. De paso, al llegar abajo nos encontramos con la calle Haight, una zona muy similar a Candem Town de Londres, pero con la calle y las tiendas limpias. Zona muy recomendable.



La segunda zona por la que nos movimos fue Nob Hill y Russian Hill, las típicas colinas de los tranvías. Lo que aún seguimos sin comprender es cómo no se les caen los coches, porque tenían unas cuestitas bien majas.



En fin, una ciudad completamente diferente a Miami, que es más plana que una nadadora. Esto se alarga así que otro día os contaremos más sobre la ciudad, y los sitios más turísticos.

1 comentario:

  1. yo no estoy seguro de si conseguiria aparcar en ese cuestote... (de lo que si estoy seguro es de que mi hermano ahora diría esto: "tampoco se si sergio lo haría, eh, seryo?")

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