domingo, 17 de junio de 2012

Muchachada around the world. Hoy... Montreal

Hoy venimos a presentaros una ciudad como la copa de un pino, una de las pocas ciudades de todo Norteamérica que tiene algo de gusto arquitectónico, una ciudad en la que no parece que vives en medio de un polígono industrial o al lado de Los Simpson; una ciudad que, aunque está en una isla, es la segunda ciudad más poblada del país; una ciudad con una gran vida pública de día, de noche, en parques y hasta bajo tierra; una ciudad con una variedad cultural enorme; una ciudad en la que conviven gente de todas las razas y se hablan dos idiomas: francés e inglés. Bienvenidos a Montreal.

En Montreal hay mucho que ver y disfrutar. Nada más pisar la ciudad te sientes como en casa. En una gran parte de la ciudad predominan los edificios de apartamentos, o casitas adosadas con mucho encanto. También hay zonas típicas de casas individuales, pero están muy a las afueras. Además de las típicas casas te encuentras con calles, calles de verdad, con gente paseando, y coches aparcados ¡en línea!


Lo más llamativo no es ver coches, es ver gente. Esta ciudad tiene plazas. Parece una tontería, pero no lo es. En pocas ciudades de EEUU hemos encontrado plazas, no existen lugares públicos donde reunirse. La gente sólo puede reunirse en casa de los demás, o en el centro comercial. Pero aquí la gente está en la calle. Una de las plazas más famosas es la Jacques Cartier (primer europeo que llegó a Montreal), una plaza pequeñita, muy turística, pero hasta con bancos para sentarse.



Esta plaza está en plena zona antigua de la ciudad, una zona que nos recordó mucho a Europa. A mí especialmente me recordó a Munich por las banderas a cuadros. Estuvimos justo el fin de semana de la Fórmula 1 (no había presupuesto para ir a las carreras), así que aquí eran cuadros negros, y en Munich son cuadros azules. Pero mira, se daba un aire.

El resto de la zona antigua tenía como mucho gusto. Después de un año de ciudades americanas exactamente iguales, cualquier cosita bien cuidada te parece una maravilla.



Otro de los puntos de interés es la Basílica de Notre Dame. Es del s. XIX y está inspirada por fuera en Notre Dame de París, y por dentro en la Santa Chapelle, también de París. Una visita muy interesante, aunque algo cara ($10, y luego protestamos porque en la Catedral de Toledo te cobran 5€).



Fuera del casco antiguo tienen otras zonas muy interesantes. La primera, de obligada visita, coche mediante, es el Mont Royal. El monte que domina el centro de la ciudad, y que han convertido en un pulmón, lleno de parques y paseos. Estuvimos un domingo, aquello estaba lleno de familias, pero todos como muy tranquilos disfrutando de unos señores parques. Y disfrutando como hay que hacerlo: sentados en la hierba con el picnic mientras miras a los patos nadar.


El monte tiene unas vistas geniales de una buena parte de la ciudad. Desde arriba también oíamos los motores de los F1 rugir. Sí, sí, estarían como a 5-6 km de allí, pero se les oía arriba del todo, así que imaginad cómo tiene que ser estar en la pista. Las vistas ya dicen mucho de la ciudad: está todo verde, como muy cuidado. Al fondo se ve también el Estadio Olímpico de los JJOO de 1976.



En el Estadio Olímpico también estuvimos, aunque ya quedan muy lejos sus Olimpiadas, y han podido recuperar una buena parte de las instalaciones. De hecho, justo al lado, había un jardín botánico inmenso, que no pudimos visitar por falta de tiempo, pero que prometía.


Pero no todo van a ser cosas buenas. El punto negativo de esta ciudad es el frío, el invierno dura muchos meses, y casi siempre bajo cero. Peeero, estos canadienses tienen soluciones para todo, y por el centro de la ciudad tienen montado un chiringuito subterráneo para estar calentitos. Y, de nuevo, con plazas donde reunirse y bancos desde los que poner verde al que pasa. Si es que piensan en todo...


Al lado de esta plaza subterránea estaba la Plaza de las Artes, desde donde se dirige la oferta cultural de la ciudad. Los días que estuvimos acababa de comenzar un festival de música, con diferentes conciertos diarios gratuitos en varios escenarios. También tienen ópera, teatros, y hasta en los pasillos interiores tienen exposiciones montadas, como este videomontaje que encontramos:



Lo único que nos decepcionó un poco fue la comida, es bastante parecida a la americana, aunque tenemos que recomendaros los Bagel, y... un restaurante chino sólo de dumplings en Blvd. Saint-Laurent. Impresionante.

En definitiva, una ciudad en mayúsculas, con mucho que ver, hacer y disfrutar. Absolutamente recomendable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario