lunes, 9 de abril de 2012

Cuestión de huevos

Ya se ha terminado la Semana Santa. Por estas tierras conocida como Easter, no se celebra en todas partes igual. Para empezar, porque es una fiesta cristiana y, como toda fiesta religiosa, no puede ser celebrada obligatoriamente, no sea que hiera sensibilidades.

¿Y qué hacen los cristianos que quieren celebrarla? ¿Hay cole el Viernes Santo? Como no podemos dar la fiesta por motivos religiosos, nos inventamos que ese día los maestros están ocupadísimos programando, y listo. No hay cole. Y muchos maestros tampoco van al colegio. Fiesta para todos y tan contentos.

¿Y unos niños celebran algo, se lo pasan bien y los otros no? Tranquilos, que los americanos tienen soluciones para todo. Buscamos una tradición religiosa que no sea demasiado potente, le extraemos todo el jugo religioso y lo llenamos, esta vez sí, a tope, consumo de comida basura y ventas en masa. Lo hemos convertido en una tradición auténticamente americana.

Así que igual que hicieron con otras muchísimas fiestas cristianas (Navidad, Todos los Santos, el mes de la Virgen o San Patricio), la Semana Santa se convierte en una fiesta absurda: la caza del huevo de Pascua.



Como podéis ver, es importante utilizar una paleta de colores lo más primaveral, alérgica y ñoña que puedas. Y luego usar un conejito, como Playboy. Se le añade "Happy" y ¡Feliz Semana Santa!.

El simpático conejito trae huevos de Pascua a los niños, pero bien cargados de chucherías, o rellenos de alguna bomba azucarada. Y se los deja por toda la habitación/jardín/parcela para que los busquen. Cuando lo encuentran se lo comen. El por qué de un conejo aún no he encontrado a nadie que me lo explique bien. Debe tener algo que ver con la fertilidad. Un gran mensaje: "Los conejos se reproducen, por huevos."



Como la fiesta debe ser americana, tiene que estar acompañada de la exageración. Empieza el mogollón el jueves en el colegio: los críos sacan una cesta llena de azúcar. Luego sigue en casa. Para pasar a la parroquia o cualquier otro sitio. Tiene que haber huevos, ¡muchos!

La mejor historia que me han contado ha sido la de un hotel de playa que, para sus clientes, preparó 2 tandas de 2000 huevos cada una en el jardín. La segunda tanda, más concurrida, duró la friolera de 10 segundos en desaparecer.

Tradiciones descafeinadas y edulcoradas: ¡esto es América!

P.D: Lamentamos no haber publicado ayer. Volvimos muy tarde de nuestro viaje por Bahamas. ¡Ja!

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