martes, 3 de abril de 2012

El gañán y la tierra: Yosemite

Estados Unidos es un país muy grande. Y esa extensión le hace ser muy variado en cuanto a climas y paisajes. Sólo en California hay valles mediterráneos, desiertos, grandes bosques y montañas enormes. En España tenemos la suerte de tener algo parecido, pero en pequeñito, como de juguete todo.

Yosemite es uno de los primeros parques que se establecieron en el país. En un valle perdido en las montañas los gañanes fueron llegando poco a poco, con ganas de cortar árboles y tocar el violín. Y antes de que se lo cargaran todo un viejuner llamado John Muir descubrió que aquello era... hermosísimo, y había que convencer a la gañanada de que se fueran más hacia la costa.

Dicho y hecho, después de mucho tiempo, y alguna que otra visita presidencial, proclamaron al valle de Yosemite Parque Nacional. Además del valle metieron otras muchísimas montañas y zonas más alejadas. Lo más famosísimo es el Yosemite Valley, que fue lo que visitamos.



Ahora está montado muy a la americana, pero mucho. Después de una horita conduciendo desde el pueblo más cercano, entras en el Parque. Montañacas enormes, muchísimos árboles, todo bucólico... y de pronto te encuentras con las instalaciones del parque, a saber:

- Centro de visitantes.
- Museo de la historia y fauna del lugar.
- Tienda de souvenirs.
- Hotel.
- 3 zonas de camping.
- Supermercado, con todo tipo de productos.
- Oficina de correos.
- Club de girl nosequé, al rollo scout.
- Autobús interno, con 21 paradas.
- Contenedores antioso, obligatorios si vas a pasar la noche. Y cabinas telefónicas, con la guía metida en un protector antioso. Menuda hambre deben pasar para querer comerse la guía telefónica.




Todo esto en un radio de 15 minutos en coche. En fin, hasta aquí todo estupendo. Pero claro, lo que no podíamos imaginar es que lo tienen bien bien adaptado, a la americana. En todas las carreteras hay cunetas preparadas para que puedas aparcar. Y los senderos más famosos están adaptados a los minusválidos. ¿Cómo lo adaptamos? Echa la pala mecánica, luego pon cementaco y listo: hasta la misma cascadita. Imagináos la Cola de caballo de Ordesa o el Yelmo en La Pedriza, con un caminito asfaltado hasta la misma puntita. Pues eso es lo que había aquí.

Pero bueno, no todo va a ser malo. La verdad es que han preparado todo esto por algo. Y es por la naturaleza sobrecogedora que tienen aquí. Es una pasada. Y sólo exploramos una parte pequeña del Parque porque era invierno. La ventaja, que no había mucha gente y había mucha agua que nos dejaba ver cascadas y el típico paisaje ñoño de montaña, bosque y lago.





Si venís en verano, preparaos para reservar si queréis dormir por aquí. El Parque está muy preparado para recibir miles de visitas diarias. Lo bueno del verano, que puedes salir del valle y explorar los cientos de kilómetros de rutas que tienen preparados en una naturaleza impresionante.

De lo más famoso vimos El Gran Capitán y el Half Dome, dos montañas de granito tremendas. Y nos dejamos sin ver otras zonas más alejadas cerradas en invierno, entre ellas el bosque de sequoyas que tienen. Pero bueno, nos resarcimos de las sequoyas al día siguiente en otro Parque: el Sequoia National Park.

En definitiva, un Parque genial, a 4 horas en coche desde San Francisco, en el que merece la pena perderse un poco. No podéis dejar de visitarlo si venís por aquí.

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