miércoles, 30 de noviembre de 2011

La bosquepatrulla

Os íbamos a hablar de Washington, pero hemos encontrado algo mejor. Hoy en el cole nos han dado una contraseña para la fotocopiadora. Por fin se han dado cuenta de que tenían que controlar el tema. ¿Cómo que controlar? Bueeeno, el cole tiene 3 años de viiida, y la fotocopiadooora ha hecho yaaaa 2.930.000 copias. Sí, casi 3 millones. Pero, ¿cómo?

Hoy el profesor Frink nos ilustrará:



- A cada niño se le pide a principio de curso que traiga de 3 a 4 paquetes de 500 folios. Flipábamos cuando nos dijeron que teníamos que pedir a CADA alumno 1 paquete sólo los de español, pero se gastan, sí.

- Hay 26 clases de 25 alumnos cada. Son 25x26=650 alumnos.

- 650 alumnos x 2000 folios = 1.300.000 folios CADA CURSO

- Conclusión: Más de un millón de fotocopias.

Pero ñañas, ¿qué dices? ¡Eso es imposible! Bueeeno, la fotocopiadooora está más ocupada que el presidente. Yyyyyy, tiene un contrato míiinimo de 70.000 copias al mes. Y ayer nos dijeron que la tenemos sobreutilizada.

Lo mejor de todo es que este curso estamos batiendo récords. Creo que en 3 meses de curso hemos hecho ya medio millón, ¡JA! Joróbate colegio de Madrid, sólo 900.000 copias en 10 años. Vamos a ganar a todos, ¡atiende!

Lo que no concebimos, como americanos, como creadores, es hacer nada para ayudar a la naturaleza. Y por eso a lo largo y ancho del país tenemos la semana del medio ambiente, y precios especiales en muchas tiendas para combatir el cambio climático y la desaparición del Amazonas. ¿En qué consiste? En recaudar fondos para una ONG que lucha por los derechos de la madre tierra.

Sí, esta gente tiene momentos que rozan la absurdez. Por esa lógica, donar 1 dólar después de 1 millón de fotocopias ayuda a preservar el Amazonas. ¿Cómo funciona? ¡No funciona! Sigues gastando un millón de folios al año. Eso, claro, sin contar las millones de bolsas que te dan en el súper, los coches "ecológicos" que consumen 9 litros a los 100km, y el aire acondicionado (invento de un floridiano, por cierto) a tope el aaaaño entero (hay que bajar la temperatura de 25 a 18, ¿vale?)



Pero no os preocupéis, que instauraremos rápido una donación que salve nuestros bosques con la bosquepatrulla. Ni un bosque a la vista, aaah.

martes, 29 de noviembre de 2011

Memoriales

Y si nos preguntáis: ¿qué tal en Washington, qué visteis? Fácil, os lo resumimos en tres palabras: memoriales, museos y ardillas. Pero hoy toca hablar de memoriales.

Esta gente es mu sentida. Y no sólo farda de las cosas que tiene, sino de las que ha tenido. Sobre todo de su gente y sus presidentes. Aquí hay un megamemorial de mármol para cada uno de ellos. Y si no lo tienen, lo están construyendo. El más importante, el pirulín de piedra en honor a Washington, seguido de cerca por el señor Lincoln.

Pero bueno, los memoriales que más nos impresionaron fueron los de las guerras, especialmente el de Vietnam.

Aquí tienen un chiringuito montado con un mural con los nombres de los 58.000 soldados muertos o desaparecidos en Vietnam. Los hemos contado, están todos. Y para asegurarnos, el gobierno pone a nuestra disposición un libraco con los nombres, fechas, lugares de nacimiento y fecha de baja de todos y dónde está su nombre. A lo grande.



Estas cosas les tocan mucho la patata a los americanos, sobre todo porque en Vietnam se les torcieron un poco las cosas. Así que para facilitarte el toque de patata, había una mujer repartiendo papelitos y lápices para calcar el nombre de tu familiar y tenerlo de recuerdo.

No podía faltar la bandera de los desaparecidos. La banderica dice: "POW-MIA You are not forgotten". Al llegar a EEUU pensábamos que era algo de Miami, por lo de Mia, y que era de una secta. Pero no. Resulta que quiere decir Prisoners of War - Missing in Action (prisioneros de guerra - desaparecidos en combate, no se os olvida). Así que ahí la tenían entre los memoriales, ondeando bien orgullosa.



Había otros muchos memoriales, pero nos llamó mucho la atención este mensaje, capaz de sustentar toda un filosofía de vida: La fama cuesta, y aquí es donde vais a empezar a sudarla. (La libertad no es gratis)



Menos mal que para evitar caer en la depresión este gran país ha inventado el patriotismo y Los Simpsons, que se encargan de quitar leña al asunto, y todos tan contentos:

lunes, 28 de noviembre de 2011

La locura thanksgivinal

Acción de gracias... eso es lo que damos nosotros por estar de vuelta en casa. Madre de Dios, menuda paliza nos hemos metido en el cuerpo. Aquello parecía pequeño en el mapa, sí, sí, ¡una leche! Casi una hora de una punta a otra del parquecito de marras. Bueno, otro día os hablaremos sobre Washington.

Hoy todavía estamos recuperándonos, así que os vamos a hablar sobre algo fundamental para esta gente: Thanksgiving y el Black Friday.

Esto es lo que el americano medio hace en Acción de Gracias (4º jueves de noviembre). El miércoles todos se despiden del curro deseándose feliz día de Acción de Gracias, a lo Feliz Navidad de España. Lo mismo. Ya ese día las ciudades son un hervidero de gente. Ese miércoles es el día con más desplazamientos del año.

El jueves por la mañana, a dar un paseo con la familia mientras la suegra cocina el pavo, que por cierto tiene que estar en el horno media hora por cada libra (450 gr). Así que la buena señora se tira la mañana entera preparando la cena: pavo, puré de patatas, mazorcas, y otras verduras.

El jueves por la "noche", a eso de las 18, todo el mundo está en casa cenando con su familia. Aquí esto es más importante que Nochebuena, que es cristiana. Pero Thanksgiving no, lo celebran toditos. Y claro, como en la Nochebuena española, cada familia tiene su tradición.

Dos de las más extendidas son: poner el arbolito de Navidad al terminar de cenar, y ver por la tele el partido de fútbol americano. La estrella todos los años es el megaequipo de los Cowboys de Dallas, algo así como el Madrid o el Barça. Juegan siempre en su estadio por Thanksgiving, y es uno de los partidos más vistos con permiso de la SuperBowl. Ahora entendemos por qué Homer Simpson sueña con ser el dueño de este equipo, y se queda decepcionado cuando Hank Scorpio le regala los Broncos de Denver. (Nota para no aficionados: Homer sólo querría ser el dueño del Madrid o del Barça, no del Almería)



Pero la tradición que de verdad mola, de verdad de la buena, no es ni el fútbol ni el arbolito. Son las compras. Después de cenar muchas familias se largan a hacer cola a las grandes superficies para cuando abran, entre las 12 y las 5 de la madrugada, y arramblar con los mayores descuentos de la temporada. Es el Black Friday, el día que más facturan los comercios aquí. Y para que veáis cómo se las gastan, hicimos unas fotos a los "suplementos" que traía el periódico del jueves: 50 páginas de periódico, 100 de publicidad. Brutal.

martes, 22 de noviembre de 2011

Ve-ri-tas

Mmm, qué ocurrente título el de hoy. Es que me vuelvo más listo sólo de pensarlo. Bueno, en verdad no. En verdad me doy cuenta de lo tonto que soy. Y es que ese título (Veritas, verdad) es el lema de la archiconocida Universidad de Harvard que pudimos visitar en Boston.

La zona, como os contábamos ayer, nos recordaba a Portobello Road. Mucha gente por la calle, todo el mundo andando, edificios de ladrillo, algo curioso. En nuestros viajes últimamente estamos teniendo algo de mala suerte: siempre hay algo cerrado temporalmente. Y esta vez le tocaba a lo que prometía ser lo mejor, el Harvard Yard. Resulta que unos estudiantes indignados habían acampado allí, y sólo podían pasar estudiantes acreditados. ¿Indignados? ¿Por qué? ¿Por estudiar en la mejor Universidad del mundo? Así que nada, nos conformamos con respirar el aire, a ver si se nos pegaba algo. Las puertas de Harvard se nos habían cerrado. Seguro que en Brown nos admiten.



Estuvimos viendo por fuera otro edificio que no sabíamos muy bien qué era, hasta que nos asomamos a la puerta y vimos que era... ¡Howarts! Ahí estaban, en el comedor de la universidad, ingiriendo suculentos bocados para seguir pensando. Se nos olvidaba decir que era sábado y aquello estaba también hasta la bandera de gente.



Lo que nos sorprendió mucho fue el minimuseo de Ciencias Naturales que tienen. Aparte de los típicos bichos disecados, tenían una colección de flores, de todo tipo, unas 1200. Y cuando nos preguntábamos cómo harían para tenerlas tan bien conservadas, mirando con detalle nos dimos cuenta de que estaban hechas...



... de cristal de Bohemia. Flipa. Desde luego, sí que son listísimos los tíos.

Muy listos sí que son, pero necesitan desahogar la presión antes de los exámenes. Y como esta gente tiene exámenes todos los días, les pasa como a sus vecinos de la Universidad de Massachussets:



No sabemos si de aquí al lunes que viene podremos volver a publicar. Nos vamos a Washington DC, a la capi. No sabemos dónde cenaremos el jueves, Acción de Gracias, pero seguro que nos tomamos algo con pavo. Nos esperan Lincoln y los mayores museacos del país. Ya os contaremos.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Muchachada around the world. Hoy... Boston

Volvemos con otra entrega más de nuestros locos viajes. Hace ya un par de semanas decidimos que sería buena ocasión visitar Boston: cuna de la Revolución Americana, donde sucedieron muchas memeces importantes, como lo de aquellos que tiraron el té al mar, el Tea Party.

Para ilustraros brevemente, Boston fue una de las primeras ciudades que surgieron en los EEUU. Los puritanos fueron los fundadores de la ciudad. Este grupo, pasó de ser perseguido en Inglaterra a establecerse aquí para, poco después, perseguir a aquellos que no pensaban como ellos. Estos orígenes han marcado mucho la historia de esta zona, pues es una zona muy conservadora. Nada que ver con los cuáqueros que se instalaron en Philadelphia, un grupo religioso con mentalidad muy abierta. Actualmente, Boston es una ciudad con bastante peso en EEUU, sobre todo desde el punto de vista de política y educación.

Llegamos y lo primero que notamos: hacía un frío del carajo. Sí, pasar de los 27º que tenemos casi todos los días aquí a casi 0 se nota un poquito, pero también vino bien el fresquito. Otra cosa que notamos, importante: existe el otoño en otras partes del mundo. Una de las primeras cosas, el Boston Commons, donde los bostonianos apacentaban sus vacas. Cuando la historia de uno tiene sólo 250 años hay que destacar cualquier memez que suceda. Lo que nos gustó de este sitio fue encontrar tantos colores en los árboles, y ardillas a patadas.



Esta gente se ha hecho un recorridito, visitable en un par de horas, llamado el Freedom Trail, o Sendero de la Libertad, con muchas iglesias y casas de época repleticas de historia. A mí me gustó personalmente más la historia que se respiraba en Philadelphia, pero hay que admitir que la combinación de la casita al lado de los rascacielos es curiosa.



En general podemos decir que la ciudad es preciosa. El centro, además de histórico, lleno de rascacielos. Y los barrios, como Cambridge, nos recordaron muchísimo a la zona de Portobello Road en Londres. Otro día os hablaremos de la zona de Cambridge y de la mejor Universidad que tiene: HARVARD.

Aparte de pasear por la ciudad en sí, estuvimos en el Museo de Bellas Artes. Otro megarobo para entrar, como todos los museos que tienen los americanos. Pero con unas cuantas cosas interesantes: algunos Renoir míticos, una exposición de un Degas un tanto pederasta, cosas de Egipto, y hasta una capilla catalana (Santa María del Mur).



En cuanto a su gastronomía (hoy parecemos una guía de viajes) probamos algo curioso: la sopa de almejas de Nueva Inglaterra (la parte noreste de EEUU, donde está Boston, llamada así porque sus primeros colonos eran todos ingleses). Pudimos degustarla en otro sitio curioso: el Quincy Market, con un montón de puestos de comida, lleno hasta la bandera de turistas como nosotros. Vamos, como un Mercado de Sant Joan en Barcelona.

Dicen que Boston es lo más parecido a Europa que hay en EEUU. Damos fe de ello. Para empezar, parecía que hablaban en British, ¡les entendíamos todo! Una maravilla de acento. Y hubo otra zona que nos recordó al centro de Madrid: Little Italy (pronunciado "Lirelireli"). Casi se nos saltan las lágrimas al comprobar que los coches aparcaban en línea, ¡en línea! Y sin plazas enormes para aparcar. En fin, muy maja la zona. Nos llamó mucho la atención la mezcla de culturas: creencias italianas, patriotismo americano.



En definitiva, ciudad muy recomendable para visitar, con mucha historia en los EEUU y muchos grupos diferentes de inmigrantes, principalmente italianos e irlandeses (ahí están los Boston Celtics), que dan forma a la ciudad.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Más Feria que Libro

Ayer estuvimos disfrutando de (copio textualmente) "el evento literario más importante de los Estados Unidos que cumple 28 años de ininterrumpida existencia rindiendo justo tributo al libro, el autor y los lectores": La Feria Internacional del Libro de Miami.

Y diréis, cómo mola, ¿no? Pues no, no mola. Ni un poquito. Para esta gente todo tiene que tener el lo más grande, lo más antiguo o lo más importante. Y les creí, confié en ellos, ¡y creí que asistiría a ElDorado de los eventos literarios! Bueno, quizá no me engañaron, quizá sí era el mayor, pero entonces menuda chufa de evento. Menudos gañanes que están hechos...

Os cuento cómo iba el percal, y lo comparo con lo que yo pensaba que era una Feria normalita, la de Madrid.

- La Feria abre sus puertas 3 días (15 en Madrid).
- Tiene unos 180 puestos (casi 400 en Madrid; 7500 en Frankfurt, la Feria más grande del mundo).

Hasta aquí bien, pequeña pero quizá con mucha calidad, ¿no? Pues no de nuevo.

Entrar cuesta 8 dólares (gratis en Madrid), menudos ladrones. Dicen que es por seguridad, para que no se acumule demasiada gente. Claro, si yo en cualquier ciudad monto la Feria en una calle cualquiera, también es inseguro. ¿Dónde están los grandes parques públicos de esta ciudad? Ah, que no se puede hacer ahí porque no son "safe" ni "family-friendly" (otro día os cuento esta batalla).

Sigo, que estoy que trino. Segun llegamos a la zona, nos encontramos con un tobogán gigante de estos hinchables para niños, puestos de comida, y música. Mmm, sí ¿eh?, esto... ¿y los libros?

Nos asomamos por el sector A (20 puestos) y creo haber contado 2 puestos con libros. ¿Y el resto? De todo: sectas varias anunciando cómo salvarse, supermercados, bancos y universidades. Por fin nos encontramos con los dos puestos, y podéis ver en la foto la enorme cantidad de libros que ofertaban.



Seguimos paseando y ya en la zona intermedia confirmamos nuestras sospechas: aquello era una ful de primera. Lo más importante de la Feria era el escenario donde estaban dando un concierto, y la zona de comida (quizá deba decir zona de elementos ingeribles, porque comida lo que es comida... pues tampoco)



Ya visto el percal intentamos disfrutar un poco de lo que había. Pero tampoco os penséis que pudimos demasiado. Después de esquivar a los de los bongos y los zancudos conseguimos encontrar algún puesto medio digno, en el que vendían libros de segunda mano, como casi todos los de la Feria. Editoriales presentando sus novedades... poquitas.



En resumen, tome usted un par de tejadillos, súmele unos libros que se ha encontrado tirados por casa, añada unos puestos de comida, un par de escenarios, cobre 8 dólares la entrada y... ya tiene Ud. el evento literario más importante de los EEUU, ergo uno de los mejores eventos del mundo para los americanos. O esta gente no lee o es muy fácil engañarla, o las dos cosas.

Menos mal que nos salvó el día encontrar un puesto de la Editorial Usborne, mi favorita, autora de libros míticos de nuestra infancia como la serie "Cómo hacer...". Un puestaco con unos libros nuevos que daba gusto ojear, tocar y saborear.



El mejor puesto, sin duda, para esta Editorial... Británica.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Americanos sobre alas

No es oro todo lo que reluce. Ya os estuvimos contando hace tiempo que los viajes en avión son caros de narices. Como últimamente nos ha dado por dejarnos los cuartos en viajar, nos estamos pasando muchas horas metidos en aviones. Y, claro, empezamos a leernos con fruición todas las publicaciones que encontramos ahí.

El primer folletín que encontramos es el de la comida. Sí, amigos, los americanos son tan o más rancios que los europeos y no te echan ni unos panchitos para comer. Eso sí, te ponen una hamburguesa ridícula a precio de oro (10 dolarazos). Y encima, un triste chef sonriente que ha "diseñado un menú de altura". Como no sea la de la factura que me estás clavando, no sé de qué altura hablas...

En fin, seguimos admirando las revistas. Y nos encontramos con una completísima revista llena de artículos gañanes. La teletienda, ¡desde tu propia butaca! Nos llamó mucho la atención (leer con voz de anuncio de Micro-Machines):

la bata-manta; el sofá para perros; un organizador de ropa plegable para descolgar del armario y meter en la maleta tal cual; un repele-ácaros electrónico; una tapa de váter que se abre con sensor; una silla plegable gigante; una cometa para ir en monopatín; el último grito en artículos navideños; un palo para quitar la nieve del tejado; un mono-esquijama con abertura para el culo; braga-fajas varias; una empresa que te envía una caja con plastilina pa que pises y te hagas las plantillas sin necesidad de ir al podólogo; una jirafa para poner el papel higiénico; una hélice; un espejo con bigotes varios pintados; una réplica de la silla de Tutankamon; un crecepelo láser, con el antes y después de una señora alopécica, y... una almohada-airbag, que se apoya en la mesita, para sobarte mientras vas en el avión. Simplemente demencial. Y así, chorrada tras chorrada, ¡durante más de 200 páginas! Una revista que haría las delicias de cualquiera en el tiempo libre de campamento.


(Este no está dormido, está mareado de tanto soplar airbag)

La siguiente publicación, al estilo suplemento dominical, que pasaría desapercibida si no fuera por la imaginación desbordante que emplea a la hora de ilustrar al sufrido americano sobre la geografía española. Ahí tenéis el ejemplo. Sabemos que la plantilla de las ciudades se le movió, Coruña está flotando, pero no conseguimos encontrar cómo se les ha movido. Es para ponérselo a los críos como ejercicio de Geografía. A ver si encontráis León, Vitoria y la ciudad de Asturias.



Pero la mejor parte está por llegar. A mi me da por tocar todo lo que veo, así que cuando enganché las instrucciones de emergencia, encontré todo un mundo por explorar. Las imágenes más bizarras, antiguas y absurdas que he encontrado nunca en avión alguno. Os presento dos ejemplos, sacados del folleto, de auténtico coraje y valor. Dos personas, que saben afrontar con entereza y serenidad el trágico accidente de su avión. Ahí van el hombre-muellín y la mujer sin sonrisa (su ilusión era morir en un avión pero no lo consiguió). Ahora sí sé qué debo hacer.