jueves, 26 de enero de 2012

A Dios pongo por testigo

A los americanos les encantan los vídeos. En el cole, si tienes la clase patas arriba, les pones un vídeo y les ves sentarse tranquilamente, como activados por un resorte. Llega un mensaje que no pueden perderse.

Por eso, todo buen americano sabe que el mejor modo de que te escuchen es grabar lo que sea en vídeo: programas de tele, publicidad, teletienda, cine... pero si quieres que el americano termine de ver tu vídeo, no pase al siguiente y obedezca... tienes que llegarle a la patata.



Y por eso son expertos en crear escenas épicas, absolutamente lacrimógenas. Pones lo que quieres vender, le pones música, y lo pasas a cámara lenta. Un mensaje claro y leeeento. Y, oiga, éxito asegurado.

Desde que estamos aquí nos hemos encontrado varios ejemplos. Hoy nos hemos encontrado con este ejemplo de una iglesia (otro día os contamos el por qué), que, oye, cámara lenta y música épica, me han entrado ganas de volver a misa. Os dejamos el enlace, que el vídeo me da cosa ponerlo aquí, no sea que me excomulguen. Empieza el vídeo suave y terminas con unos pelos que ni después del paseo en avión de Memorias de África.

El mejor de todos fue el vídeo que nos pusieron cuando visitamos el Capitolio. El título: "Out of many, one". De muchos, uno (E pluribus unum, el lema del país, que mola más el latín). Básicamente te lavaba un poco el cerebro y te contaba cómo se legislaba. Pero, oye, con las escenas de las votaciones a cámara lenta, la música similar a Titanic, y la gente sonriente... cuando salías, no sabías por qué, pero te daban ganas de ser americano.

No tenemos el vídeo, pero sí este otro sustituto patriótico que hemos encontrado en Youtube. No es lo mismo, porque el otro montaje parecía que estabas viendo una batalla del Señor de los Anillos, pero bueno, os hacéis una idea.



Y hablando de sustitutos, los americanos también tienen el hermano pobre de los vídeos épicos: el musical. Os dejamos con Los Simpsons, que nos enseñan los elementos de un buen musical: acción y un final con muchos fuegos artificiales.

miércoles, 25 de enero de 2012

Centro de formación de patriotas: La burocracia

La gente de los scouts recordará seguramente el juego común de Jaén, en el que, en una de las pruebas, había que pasar por mil peripecias para conseguir que te sellaran un papelote.



En el colegio no tenemos que conseguir ningún sello, pero los papelotes no te los quita nadie. En este país los menores son material muy delicado, y hay que justificar absolutamente todo lo que haces con ellos "por tu seguridad". Seguridad por si te viene un padre y te pega una denuncia porque su hijo ya no va a ser Einstein por tu culpa. Ahí es donde entra la bendita documentación. En mi caso, tengo que llevar parte de esta documentación siempre encima.

Documentación que tenemos que tener preparada los maestros:
- Horarios.
- Lista de alumnos.
- Grados que les has ido dando hasta la fecha a tus alumnos. Uno por semana. El otro día echamos cuentas y el de música, que da a todo el cole, tiene que poner 9 notas x 25 alumnos x 26 grupos x 4 evaluaciones= 23400 notas por curso.
- Explicación de los códigos que asignas a los grados.
- Plan de emergencia del colegio.
- Información de contacto de los padres: números y correos, cuándo has hablado con ellos, por qué medio, conclusiones a las que habéis llegado.
- Medidas de adaptación curricular de los alumnos.
- Códigos para las medidas de adaptación curricular (hay como 100 códigos distintos).
- Lista con los objetivos del Estado. Nos quejamos en España con lo de las 8 competencias. Aquí hay unos 20 objetivos anuales, cada uno con código. Ejemplo: FL.III.1.2.B
- Registro de los cursos de desarrollo profesional que has llevado a cabo.



Ahora es cuando entra la tralla:
- El "Lesson Plan" (lo que estás dando) semanal, con especificación de lo que haces cada día. En algunos centros te piden que indiques lo que haces cada 10 minutos aproximadamente. Hay que indicar la actividad, el agrupamiento, qué objetivo persigues y qué objetivos del Estado estás cumpliendo con esa actividad.
- Lesson Plans antiguos: todos desde principio de curso.
- Códigos para leer los Lesson Plan.
- Indicación de qué día has evaluado a tus alumnos. Debe coincidir esta fecha con la fecha que has puesto en el libro de notas. Esto con cada uno de los 9 grados obligatorios por evaluación para cada grupo.
- En algunas asignaturas, debes recoger muestras relevantes del trabajo de los alumnos.


A esto se le suman temas menos burocráticos, pero algo tediosos:
- Corregir deberes.
- Corregir exámenes, que muchas veces tienes 1/semana por cada asignatura.
- Notificar a los padres, especialmente de los pequeños, los deberes que los niños van a tener y cuándo les vas a evaluar. Por escrito.
- Hacer fotocopias.
- Buscar materiales.
- Programar las clases.
- Reunirte de cuando en cuando.
- Preparar a los alumnos para los exámenes del Estado, que determinan si pasan o no de curso, así como el dinero que recibes tanto tú como el colegio el año siguiente.
- Otras tareas de las que ni me acuerdo, pero que algún día me exigirán.


Y, por último,... dar clase.

Hoy nos han notificado en el colegio que no podemos estar más allá de nuestro horario en el centro. Pues me dirán de dónde saco tiempo. Con lo sencillo que sería hacer esto...

martes, 24 de enero de 2012

Alianza de civilizaciones

Estos americanos son la bomba. Mucho antes de que ZP propusiera su Alianza de civilizaciones ellos ya estaban en el tema. ¿Cómo? Muy fácil: trayendo gente de todas partes del mundo.

EEUU es país de inmigrantes. Y a principios del s. XX fue cuando tuvieron las mayores oleadas. Para gestionar todo el mogollón y no estar todo el día empantanaos, los americanos construyeron varios centros de recepción de inmigrantes. El más famoso de todos, Ellis Island, está en New York. Hoy os hablaremos del montaje que tenían en la islita y lo que se puede ver en el museo.

Escena típica de película: inmigrantes a bordo de un barco y, entre la niebla, la Estatua de la Libertad. Y luego la vida en Little Italy. Lo que no nos dicen las películas es que la Estatua está en una isla bastante pequeña, que los inmigrantes ni pisaban, porque ahí no era.



Como apunte turístico, la Estatua está bastante chula. Hay un ferry que te lleva hasta ahí. Más que recomendable es comprar el billete con antelación en Internet, con fecha y hora cerradas. Pero OJO, porque en Internet hay mucho arribista que te clava 20 dolarazos por algo que vale 13 (a fecha Dic.2011). Hay que buscar la página del servicio de Parques Nacionales, y desde ahí se compra.

De hecho, comprar la entrada con una hora cerrada te va a garantizar ahorrarte bastante la cola que hay. Nosotros llegamos y en 30 minutos estábamos en el barco. Nos sentamos arriba tan contentos al lado de la borda para tener buenas vistas pero dio igual. El barco iba tan petado que al final la peña se puso de pie al lado de la barandilla. En fin, la parte de la Estatua bien.

Volvamos con nuestros inmigrantes, que no iban a tierra firme directamente. De hecho, a donde iban era a Ellis Island, donde se les "recibía" amablemente. Esta isla está al lado de la de la Estatua, pero podían pasar varias horas o días hasta que los barcos tuvieran permiso para desembarcar su "mercancía".

En los años con más entrada tenían un cupo mensual, y si te desembarcaban y ya habían entrado x personas de tu país ese mes... tenías que volverte. Para evitar devolver a los pasajeros, muchos barcos llegaban los últimos días del mes, fondeaban, y el día 1 se ponían a la cola.

El recibimiento dependía de la cantidad de pasta que uno tuviera. Los pasajeros de 1ª y 2ª ni siquiera bajaban a Ellis Island. Directamente les despachaban desde el barco, les montaban en otra barca y ala majo, a vivir tu vida en el país. Pero la gran mayoría tenía que esperar inmensas colas para entrar a la sala enorme donde empezaba el gran juego.



Primera prueba: "El trivial". 29 preguntas con tus datos (nombre, edad,...) que anotaban en un libraco. Como ahí había gente de todas partes que no hablaban inglés, tenían unos intérpretes que empezaban a decir la palabra "nombre" en porrocientos idiomas y miraban la carusa del pobre diablo ahí mohíno, hasta que se le iluminaba porque había entendido una palabra. Y a partir de ahí, lo demás. Qué ideaca.

Segunda prueba: "Doctor, doctor". Tenían 30 segundos para efectuar 15 pruebas a cada paciente y ver si estaba sano. Vamos a tener que importar esa eficiencia a la Seguridad Social. Si no estaba bueno, a observación.

Tercera prueba: "¿y tú tienes estudios, piltrafilla?". A partir de cierto momento prohibieron la entrada a los analfabetos. Era curioso ver cómo algunos inmigrantes pretendían saber escribir su nombre. Evidentemente los churros que te enseñaban en el museo eran de los suspendidos.

Cuarta y última prueba: "Money, money". Saca la pasta y dinos a dónde vas, que ya te diremos si puedes o no. Los que ya habían pasado tenían que comprar un billete de tren para algún sitio, o bien indicar dónde se iban a quedar. Algunos que no tenían un chavo tenían que esperar días hasta que un familiar venía a buscarles.

En fin, que era toda una experiencia para muchos. Aunque sólo rechazaron al 2%, el resto no tuvo que pasarlo bien precisamente. A partir de 1920 empiezan a efectuar todos estos controles en los países de origen y en los 50 se cierra la isla. El récord, en 1907 con más de 11.000 personas registradas en un solo día.



De toda aquella marabunta algo ha quedado, porque New York sigue siendo mezcla de gentes de todos los sitios del mundo. Dicen que se hablan 130 idiomas en la ciudad. Por eso la ONU tiene aquí su cuartel general. Y, por eso, siguiendo a nuestro amigo Kofi de Muchachada, una noche dejamos de lado nuestra vida del gorrino pachón y nos marcamos un baile enfrente de la ONU. Pena que no lo grabáramos en condiciones...

lunes, 23 de enero de 2012

Museacos

¡Bienvenidos a Museo Coconu... esto... ¡a los museos de Nueva York! Estas Navidades estuvimos seis días en la gran manzana, que nos sorprendió gratamente. Y hoy os vamos a contar lo que nos parecieron sus museos. No vimos muchos, pero sí los más importantes.

Lo primero que se puede decir sobre los museos es que hay de todo: museacos brutales y otros museos de los que te vas más cabreado que una mona. Los hay de arte, de ciencia... pero si queremos una clasificación realmente efectiva, sólo cabe una: museos para gañanes y museos para gafapastas.

Museos para gañanes

Tienen unas características por los que son fácilmente reconocibles. La primera: están llenos... ¡de gañanes hasta la cencerreta! Pues sí, tú llegas al museo tan contento y hay una cola de aquí a Lima para entrar. La segunda gran característica de estos museos: una vez dentro es curioso ver cómo hay salas donde no hay NADIE, para de repente entrar en una sala donde todo el mundo está apiñado en torno a un cuadro. Joder, ¿qué hay ahí? Media hora después te das cuenta de que es La Noche Estrellada. Ah, qué buena... pero resulta que al lado hay otros cuadracos también buenísimos, y nadie les hace caso porque no aparecen en la guía.

Vamos, que el proceso gañanil es: hago colaca, subo a la segunda planta, toco por mí y por todos mis compañeros, me hago la foto para subir a Facebook, me papeo un "menú Rembrandt" en la cafetería por una millonada y termino la visita en la tiendaca.

Esa es la última característica de los museacos gañaniles. Se distinguen por su tienda: está repleta de los más absurdos objetos habidos y por haber. No pueden faltar las gomas de borrar, llaveros, pines, marcapáginas, bolis, lápices blandos, postales de cuadros 2D en 3D (reinterpretación libre de los autores de la postal), cartas del póker con cuadros de la exposición, imanes. Y en una esquinita, escondidos, dos o tres libros en muchos idiomas a precio de oro.

Museos para gafapastas

Estos museos también tienen sus cosicas. Lo primero, para llegar tienes que jugar a la búsqueda del tesoro, porque son bastante complicados de encontrar. Llegas ahí y tienes a poca gente o ninguna. Eso sí, los pocos visitantes que hay miran cada cuadro con deleite, como si fuera lo último que fueran a hacer en su vida. No suelen tener prisa. Se puede disfrutar mucho de estos museos, pero te tiene que interesar algo el arte, porque aunque tienen algunos cuadros muy buenos, la mayor parte son reguleras.

Las tiendas de estos museos están llenas de objetos llamados a incrementar tu cultura y sacarte del mundo de la gañanería.

En fin, a lo que íbamos. ¿Y cuál es cuál? Venga, va.

Museos gañanes:

- Museo de Historia Natural. Ni lo vimos, del miedo que nos dio la cantidad de gente que había ahí. Debía estar muy interesante, pero en tres meses llevamos ya 2 museos del estilo. Si queréis verlo, hay que madrugar. Mucho.

- Guggenheim. Está interesante el museo... tiene algunas obras buenas, aunque la mejor obra es el museo en sí. Muy caro. Había una opción para entrar gratis a partir de nosequé hora... pero había que hacer una cola infernal.



- Metropolitan. ¿Cómo? ¿El Metropolitan? Bueno, sí y no. Este museo es la leche. Imprescindible. Absolutamente. Recomendamos subir directamente a la segunda planta (Europa - s. XIX/XX) porque tienen DE TODO, y buenísimo. Una barbaridad. El único problema: si quieres verlo bien hay que madrugar porque a partir de las 12 el museo se pone imposible de gente. Después ya hay tiempo para ver el resto: pinturas y objetos de todos los lugares y épocas, desde Egipto hasta hace dos días. El mejor museo que hemos visto hasta ahora. Venir a NYC y no verlo es un crimen.

Lo único que me decepcionó: que no hubiera una sola tienda digna en todo el museo. Todo estaba hecho para gañanes compra-recuerdos.

- MoMa. Esto sí que era el disparate de la gañanada, riadas de gente. Para mí, un museo absolutamente sobrevalorado, aunque también es cierto que no me va mucho el arte moderno. Sí, vale, tiene algunos cuadros buenos, pero ¿cuántos? Una planta (la 5ª) que merecía la pena con algunas grandes obras maestras, y el resto, morralla. Aunque sé que no son comparables me pareció mucho mejor el Metropolitan.

Museos gafapásticos:

- Fritz Collection. Una colección pequeñita en un palacete majísimo. Pocas obras, pero muy bien elegidas y de buenos autores. La tienda un gustazo.

- Hispanic Society. Muy escondida, muy pequeña, pero muy buena. Tienen una colección de Sorollas buena, pero el mejor cuadro de todos es La Duquesa de Alba, de Goya. Impresionante.



- Los Cloisters. Un arrevolvío de objetos medievales, especialmente claustros. Está en el culo de la ciudad, lejísimos del centro. Evidentemente, pocos turistas había por aquí, pero el museo merecía. Depende del Metropolitan. Y, curiosamente, la tienda de este museo es mejor que las que tiene el Metropolitan en la central. Hay que jod...



En fin, esto es lo que vimos. A pesar de los pesares, de la cantidad de gente y del precio (no es obligatorio en muchos sitios pagar), disfrutamos como enanos los museos. Un motivo más para venir a New York.

viernes, 20 de enero de 2012

El gañán y la tierra: Mammoth Cave

Querida muchachada: hoy; inauguramos; una nueva; sección; trepidante; al más puro; estilo; Félix Rodríguez de la Fuente. Os iremos contando nuestras aventuras por los espacios naturales de este gran país. Aquí sí que tienen mucha naturaleza, grande y bien conservada. Comencemos.

Nuestra primera parada es Mammoth Cave, la cueva del mamut, en el Estado de Kentucky, a hora y media en coche de Nashville. Es la cueva más larga del mundo, tienen explorados más de 587 km (sí, kilómetros) y aún no han encontrado el fondo.

Hace millones de años Kentucky estaba cubierto por un océano que terminó por crear una capa de roca, mezcla caliza y arenisca. Al secarse el océano, las lluvias y los ríos fueron atacando la roca, deshaciendo la arenisca y dejando la caliza. Y como estaban mezcladas, se fueron creando galerías. Hoy debe estar la mitad del Estado horadado, porque estas cuevas no eran las únicas que había por la zona.

La zona abierta al público no está mal, tienen hechos varios recorriditos con diferentes dificultades. Los chungos son unas 6 horas bajo tierra, con linternas, pasas por el río subterráneo, exigen botas y reptar por agujeros. Tienen hasta una roca de prueba para no tener que decir: "Eh, tú, gordo, te vas a atascar y no queremos rescatarte". Si pasas la roca, puedes hacer el recorrido. Si no cabes... te sonríen, te han llamado gordo pero ni te has enterado. Todo muy "nice".

Como los chungos no estaban disponibles hicimos los de "Dificultad moderada". Días antes nos habíamos preparado con ropa y calzado de montaña, pensando que las cuevas serían dificilísimas. Y nos encontramos con unas cuevas en las que había escaleras y zonas de suelo antideslizante. Comprendimos que el aviso "no recomendado si tienen problemas respiratorios al caminar o subir y bajar escaleras" querían decir exactamente: "Señores gordos: estaremos encantados de atenderles en el circuito fácil". Claro, el circuito fácil era "family-friendly" y se podía ir con carritos de bebé.



Uno de los circuitos que nos hicimos, "La nueva entrada", nos recordó a las cuevas en España, con algunos pasillos tortuosos, estalactitas y grandes desniveles.



El otro circuito, el "Histórico", era... pues histórico. Te llevaban por la zona que empezaron a explotar en el s.XX como visita turística. Se le llamó cueva del mamut porque era una cueva enorme, no porque hubiera mamuts. Así que esta parte era, como cueva, un poco aburrida.



Pero la historia que te contaban molaba. Cobraban a los ricachones un pastizal, y cada cosita era un extra. Podían hasta, por un pequeño plus, hacer pintadas en las paredes al estilo "Pepito estuvo aquí, 1915". En eso no han cambiado los americanos, te sacan pasta por todo. Al menos ahora ya no te dejan hacer pintadas. Lo más espectacular, la chimenea vertical de 60 metros por la que bajamos... por las escaleras. Chula.

Las cuevas se completaban con un montón de moñeces que se podían hacer en la superficie, que no hicimos porque sólo estuvimos unas horas. Eso sí, como lo tenían muy cuidado pudimos ver unos cuantos animalitos y hacer nuestros pinitos de amigo Félix.



A ver si acabo en plan documental... la naturaleza, caprichosa, tejió durante millones de años esta maravilla de dimensiones inciertas y poblada por extrañas criaturas. Es nuestra misión conservar este legado para que perdure hasta que la propia madre naturaleza decida transformarlo en el mayor cañón del mundo.

jueves, 19 de enero de 2012

Examen sorpresa

A ver, lápiz preparado todo el mundo: examen de Lengua. Sacad un diccionario, y si no en rae.es tenéis uno.

Ejercicio nº 1 - Corrija los acentos que encuentre (minipunto para el que averigüe qué es eso de Comicionada):



Ejercicio nº 2 - Estudie la coherencia en el uso de la persona Tú-Usted (no se deje despistar por las faltas de ortografía):



Ejercicio nº 3 - Determine el tema principal del siguiente texto:



Ejercicio nº 4 - Vuelva a redactar el siguiente texto para que tenga algo de sentido en el conjunto texto-foto. Respuesta libre.




Ejercicio nº 5 - Un malévolo empleado del Estado de la Florida (observe el código oficial y el "Revisado Noviembre de 2004") ha introducido algunos gazapos. El Estado necesita de su patriotismo. Haga el favor de solucionar este lío:



Ejercicio nº 6 - ADAPTACIÓN CURRICULAR: Corrige las faltas de ortografía.



Pase la página cuando termine.

Estos son sólo algunos de los ejemplos que nos hemos encontrado del perfecto castellano que se habla y escribe por estos lugares. Los documentos son: propaganda electoral para las elecciones a la alcaldía de nuestro barrio, y las instrucciones para el examen práctico del carné de conducir del Estado de la Florida. Ahí queda eso.

miércoles, 18 de enero de 2012

Muchachada around the world. Hoy... Memphis

En Memphis nos encontramos una ciudad muy parecida a Nashville: les gusta la música, tienen algunos sitios muy majetes para ver, está preparada para el turismo y... ¡está Graceland!

No podíamos empezar por otro sitio que no fuera Graceland. Y después, a la Sun Records. Es un estudio de grabación mítico que tienen abierto por el día para los turistas y por la noche siguen grabando a grupos raros. Nos tocó como guía una tipa loquísima. A ésta sí la entendíamos, pero nos seguía dando vergüenza que nos dijera algo, porque todo el rato estaba haciendo coñas con la gente. Por aquí para que un guía se gane sus propinas tiene que contarte su vida, hacerte chistes malos y reírse él solito. Así que nada, calladitos en un rincón para que no nos preguntara nada.



La siguiente parada: el centro, y Beale Street, una calle mítica con otro buen montón de garitos. La historia de Memphis es la leche: en la ciudad a principios del s.XX se empiezan a reunir por un lado los negros pobres de los alrededores, que se quedan sin tierras. Y se traen su música. Por otra parte, hay un montón de gañanes blancos de las montañas que llegan a la ciudad. Y traen su música. Y se juntan con los judíos, que son los únicos dispuestos a venderles cosas a estos grupos. No traen su música, pero influyen. Y luego está todo el tráfico del río, que trae a gente de todo el país.

Y todos juntos montan una calle que los blancos primero no quieren pisar, y que ahora es el orgullo de la ciudad. Y en ese caldo de cultivo que montan empiezan a surgir el blues y luego el rock.



Al final LA calle (fuera de esta calle había poca chicha) la visitamos bastante, pero el agotamiento no nos dejó entrar en ningún sitio. De nuevo, había partido, esa vez de baloncesto. Pero tampoco entramos, aunque la opción de ver a los Grizzlies no era mala.

Lo que nos sorprendió muchísimo fue ver el río. Menuda enormidad. Y eso que Memphis está como a mitad de camino. Ya tenemos un gallifante en visitas a ríos de colegio, sólo nos falta el Amazonas. Y nada más por hoy. ¡Oh, Dios mío, una entrada corta! Sí, cortica, como nuestra visita a Memphis. Hoy teníamos otros compromisos y no ha podido ser. Mañana más.